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22 de mayo de 2017

MARÍA, MARIQUITA Y MARIHUANA


El nombre hebreo Miriam ha llegado hasta nosotros gracias a la Biblia, y ligeramente deformado por su transcripción al griego y al latín: en la versión de los setenta, a mediados del siglo IV, san Jerónimo escribe ya María. Y esta forma, María, sigue siendo, con mucho, la más frecuente entre nosotros, aunque convive con todavía con formas alternativas como Miriam, Myriam ; diminutivos como Maruja, Mari, Marica o Mariquita.

Era costumbre entre los alquimistas medievales, ya fuera por dar mayor celebridad a sus obras o para evitar persecuciones, poner sus escritos al amparo de un personaje histórico. Uno de esos personajes fue la conocida como María la Judía, su origen parece perderse en el origen de los tiempos, especulándose con la tradición de que era Miriam, la hermana de Moisés y del profeta Aarón, y que otros identifican con cierta María alquimista. María la Judía, parece corresponder, en efecto, a una persona de carne y hueso y una gran descubridora de la ciencia práctica. Esta idea de María como persona física real es la que actualmente está más extendida entre los estudiosos del tema. Tiene gran fama de diestra operativa, quien al parecer hizo una pormenorizada descripción del instrumental en los laboratorios de la época.




Convertida así en uno de los mitos de la alquimia medieval, los alquimistas franceses asociaron su nombre a lo que entonces habían llamado balneum medicinae : un recipiente con agua puesto a la lumbre y en el cual se mete otra vasija para qe su contenido reciba un calor suave. Es decir, lo que aun hoy llamamos baño de María, o bañomaría, tan utilizado en química, farmacia y, sobre todo, en la cocina.

En el Nuevo Testamento, el evangelista san Juan nos presenta al pie de la Cruz, tres Marías: María de Nazaret, María Cleofás y María de Magdala (o María Magdalena). En los planes de estudio de la España franquista , todos los cursos de cualquier carrera universitaria incluía tres asignaturas de valor académico nulo y que se aprobaban sin necesidad de estudiar: la religión, la formación del espíritu nacional y la formación física. Por ir siempre juntas, como las tres Marías evangélicas, los estudiantes dieron en llamarlas las tres marías. Y todavía hoy, desparecidas ya de los estudios esas tres asignaturas, en la llamada España democrática, profesores y estudiantes siguen llamando marías, en escuelas, colegios, institutos y facultades, a las asignaturas faciluchas y de poca importancia, a las que apenas se presta atención por no ser decisivas para pasar de curso.
También de María deriva el nombre de marioneta o títere que se mueven por medio de hilos, por la semejanza de los antiguos títeres, de tamaño poco menos que natural, con las estatuas de las esculturas de la Virgen.

España, de profunda devoción mariana, tiene el nombre de María como el más frecuente para las mujeres. Tanto que el lenguaje popular acabó usándose por antonomasia como equivalente de mujer a secas. De igual forma que el diminutivo Maruja se utiliza hoy en España como nombre genérico para referirse al ama de casa que no trabaja fuera de su hogar; otro diminutivo, Marica, se usó también, primero para cualquier mujer , luego para los hombres afeminados, y, finalmente , en uno ejemplo de la confusión popular entre afeminamiento y homosexualidad, para designara a los homosexuales (también con las formas aumentativa, maricón, y diminutivo-eufemista, mariquita). Este uso genérico del nombre María en el sentido de mujer puede apreciarse también e muchas palabras españolas que incorporan la partícula mari, como marimacho (mujer masculinoide), marimandona (mujer autoritaria) o marisabidilla (mujer presumida y sabia).
Pero mariquita es también el nombre por el que se conoce al insecto Cocinella septempunctata. Como los campesinos medievales la dedicaron a la Virgen, porque la consideraban enviadas como un regalo por la Virgen María para ayudar a combatir la plagas, especialmente de pulgones, también símbolo de la buena suerte, fue llamado cochinito de santa María, y posteriormente Mariquita de Dios o simplemente mariquita.

El origen real de mariguana o marihuana sigue siendo un enigma para los etimólogos mejicanos, que dicen puede provenir de diversas voces precolombinas; del náhuatl malihuana, palabra compuesta por mallin que quiere decir prisionero, hua que significa propiedad, y la terminación ana, coger, agarra, asir. Se supone que los indígenas al identificar a la planta con el nombre de malihuana, quisieron expresar que la planta se apodera del individuo. También entienden que podría tratase de una derivación directa del árabe marwana (dura, valiente) , supuestamente llevada a la Nueva España por los moriscos enviados desde la península Ibérica para el cultivo de la seda a mediados del siglo XVI.

Pero tan frecuente es el uso de Mari en el sentido de mujer, que la creencia popular no dudó en recurrir a él para explicar el origen de mariguana o marihuana como contracción de Mari y Juana : “Juan” era en México cualquier soldado raso , y “Juana” , la adelita o soldadera que acompañaban a los soldados, y que cocinaban y les vendían marihuana, vino y aguardientes, productos prohibidos en los cuarteles; y traían información sobre la revolución.


VÍDEO: Mujeres en la Revolución Mexicana

VÍDEO: La participación de la mujer en la Revolución

Fuente: Parentescos insólitos del lenguaje-Fernando A. Navarro-Ediciones del Prado.

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