El 2 de julio de 1992 murió en Badalona ( Barcelona),José Monje "Camarón de la Isla".
Su secreto es que tenía dos edades: la de su cuerpo y la de sus circunstancias. Vivió cada día como si fueran tres. Y cantó las cosas de sus antepasados como si él, adolescente aún, ya fuera un antepasado más. El cante de Camarón es la suma lentitud construida con prisa. Porque sólo alguien que no está sometido a las leyes del tiempo puede alcanzar el espacio que él pisó con 19 años, cuando grabó su primer disco atado a las cuerdas del otro creador jondo, Paco de Lucía. José había tenido que engañar a los civiles para cantar en las ventas, sobre todo la de Juan Vargas, y llevar a su casa otro metal distinto al hierro de las herraduras que golpeaba su padre en el yunque hasta que la ceniza de los rescoldos lo mató cuando él apenas tenía 13 años. Se crió huyendo hacia sí mismo, buscándose a escondidas, como un fugitivo de su propio talento. Paco había tenido que embaucar al sacrificio para vengar las vejaciones que sufría la guitarra de su padre en las fiestas de los ricachones y se juró por sus muertos que alguien le haría alguna vez un monumento. Creció persiguiendo sus propias sombras, zamarreando con virulencia las vísceras de su genialidad.
Su secreto es que tenía dos edades: la de su cuerpo y la de sus circunstancias. Vivió cada día como si fueran tres. Y cantó las cosas de sus antepasados como si él, adolescente aún, ya fuera un antepasado más. El cante de Camarón es la suma lentitud construida con prisa. Porque sólo alguien que no está sometido a las leyes del tiempo puede alcanzar el espacio que él pisó con 19 años, cuando grabó su primer disco atado a las cuerdas del otro creador jondo, Paco de Lucía. José había tenido que engañar a los civiles para cantar en las ventas, sobre todo la de Juan Vargas, y llevar a su casa otro metal distinto al hierro de las herraduras que golpeaba su padre en el yunque hasta que la ceniza de los rescoldos lo mató cuando él apenas tenía 13 años. Se crió huyendo hacia sí mismo, buscándose a escondidas, como un fugitivo de su propio talento. Paco había tenido que embaucar al sacrificio para vengar las vejaciones que sufría la guitarra de su padre en las fiestas de los ricachones y se juró por sus muertos que alguien le haría alguna vez un monumento. Creció persiguiendo sus propias sombras, zamarreando con virulencia las vísceras de su genialidad.
Camarón y Paco de Lucía
Camarón de la Isla y Paco de Lucía grabaron nueve discos entre 1969 y 1977,que hoy se conciben con una antología del flamenco del siglo XX. Ambos se encontraron por primera vez en Jerez. En casa de los Parrilla. Lo contó Paco en el documental que le hizo su hijo Curro poco antes de morir. Allí se despreciaron. Como imanes puestos de espaldas. Pero el de Lucía se despertó después de aquella juerga con una iluminación: «Había visto al mesías». José venía de haber hecho varias giras con Juan Valderrama y el guitarrista ceutí Antonio Arenas, sus verdaderos padres artísticos. Traía a cuestas muchas noches largas en la casa de los Vargas, donde escuchó por primera vez a Caracol y trabó amistad con otro gitano misterioso, Alonso Rancapino. Quijote y Sancho. Paco lo buscó para hacer un disco en Madrid. Su padre, Antonio, tenía mano. Eran dos niños. Dos locos. Dos elegidos. En una sola tarde registraron una apoteosis. Un muchacho cantando de otra forma lo de toda la vida. Otro muchacho tocando un siglo por delante de los demás. El primer disco , de 1969, se tituló Camarón de la Isla con la colaboración especial de Paco de Lucía.
Camarón y Tomatito
Separado artísticamente de Paco de Lucía, el espíritu inquieto y su amistad con los jóvenes valores gitanos de la época hicieron que Camarón buscara otros horizontes para su arte. Sería en 1979 cuando realizaría la primera grabación sin Paco de Lucía, La leyenda del tiempo, obra clave para entender el particular universo creativo de Camarón. El disco, el primero que grabara con su amigo Tomatito a la guitarra, fue una auténtica revolución en el mundo del cante, y la primera toma de contacto con el particular calvario que Camarón hubo de sufrir durante el resto de su carrera por las voces críticas que le censuraban que había “traicionado” la ortodoxia y la tradición que tan ponderada había sido antaño por parte de sus mentores. El tiempo dio la razón a Camarón e hizo que el flamenco llegara a popularizarse.
Veinte años escuchando discos antiguos y sacando cosas a mi manera, he hecho un camino para la juventud del flamenco.
Hace falta imaginar, experimentar cosas y cambiar algo. Hace falta arriesgarse. Yo ya sabía de antemano lo que iba a pasar, claro. Es que los puristas no experimentan nada de nada. Si se queda uno solo con los puristas nos quedaríamos siempre en el mismo sitio. Están metidos en un círculo del que no se salen, y yo creo que hay que salirse un poco, ¿no? Experimentar.
Camarón de la Isla
Como cantaor, Camarón fue, por un lado una de las gargantas mejor afinadas del flamenco, y al mismo tiempo, una de las voces más desamparadas de la historia del flamenco. Y luego, la medida de su genio la da el hecho de que llegó con la misma intensidad a las multitudes y a los especialistas como una criatura genial sin haber inventado nada. No necesitó inventar nada para ser un genio.
Felix Grande
VÍDEO: Especial Camarón 25 años-La garganta de Dios.
Fuentes; ABC-Sevilla 2/07/2017 / Camarón de la Isla-El dolor de un Príncipe-Francisco Peregil- Editorial Libros del K.O:
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