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22 de octubre de 2017

EL LESBIANISMO

Retrato de  Safo

Con la expansión del cristianismo la aceptación de las relaciones homosexuales practicadas en culturas antiguas , mayoritariamente masculina, y en particular las femeninas, hoy conocidas oficialmente como lésbicas,  fue decreciendo poco a poco hasta llegar a convertirse en motivo de persecución. 


En la Edad Media solo se conocen contados casos de lesbianismo a través de los archivos eclesiásticos donde se recopilan denuncias, condenas y sermones. San Ambrosio, en el siglo IV, califica el deseo de unas mujeres por otras de acto lujurioso; San Crisóstomo lo califica de vergonzoso. Siglos más tarde , San Anselmo se refiere a la relación sexual entre mujeres como un atentado contra la naturaleza; y en el mismo sentido se pronuncia Pedro Abelardo. Santo Tomás ,en su influyente Suma Teológica, sostiene que existen cuatro categorías de vicios contra la naturaleza y enumera, la masturbación, el coito con los animales, coito en una posición no natural, y cópula con el sexo indebido, macho con macho, hembra con hembra. Posteriormente muchos teólogos se basarán en Santo Tomás para condenar el lesbianismo como un pecado de lujuria.


En diez siglos sólo existen una docena de alusiones al lesbianismo, siempre ligadas a la condena eclesiástica, la herejía o la brujería. Las monjas, por ejemplo, son instruidas para evitar la atracción carnal entre ellas, y más adelante, en los Concilios de París (1212) y Ruan (1214) se les prohíbe dormir juntas y se las obliga a mantener sus cuartos iluminados durante la noche. Otras medidas para evitar estas relaciones consisten en impedir que las monjas se visiten o se les prohíbe que cierren las puertas para poder ser controladas por la abadesa en todo momento. 

A finales del siglo XVI, el escritor francés Pierre de Bourdeille (señor de Brântome), admitía que las relaciones sexuales entre mujeres se habían convertido en una moda trasladada de Italia a Francia por una dama noble que probablemente era la reina de Francia, Catalina de Medici. Esta reina habría sido el ejemplo de un grupo de mujeres conocidas como "Batallón volante" que, según Pierre de Bourdeille, preferían hacer el amor entre ellas a quedar embarazadas y perder su honor. Es este escritor francés, el señor de Brântome, quien un una obra recopilatoria sobre amores entre mujeres, titulada “Las lesbianas”, utiliza por primera vez la palabra "lesbiana", en alusión a la isla de Lesbos en donde vivió Safo.

Otras mujeres de la época conocidas por sus tendencias lésbicas fueron Juana de Arco, Catalina de Erauso (la "monja alférez") y la reina Cristina de Suecia. El tratamiento que se da en esta época al lesbianismo es, dentro de la condena, más liviano que para la homosexualidad masculina. Se considera que la simiente masculina es más importante que la femenina, y por tanto su derroche inútil constituye una mayor ofensa a Dios. Las relaciones lésbicas se castigan con penas menores, equiparables a las de la masturbación. Sin embargo este tratamiento no es unánime puesto que en algunos lugares el lesbianismo se castiga incluso con la pena de muerte. En líneas generales, el lesbianismo se considera un problema mucho menos grave que las relaciones entre hombres, lo que da lugar a una menor persecución, pero también a una mayor ignorancia de la existencia y de la identidad de las mujeres lesbianas. 
 Sor Benedetta Carlini

En los siglos XVI, XVII y XVIII se trata el tema de las relaciones sexuales entre monjas , como el caso de Sor Benedetta Carlini nacida en 1590, en Toscana (Italia), y conocida como “la monja lesbiana", por ser el primer caso documentado en Occidente .De familia acomodada, entra en un convento a los nueve años. A los 23 años empieza a tener visiones de la Virgen María y de ángeles guardianes. Sor Benedetta es elegida abadesa del Convento de la Madre de Dios siete años después a causa de aquellas visiones, pero posteriormente levanta sospechas debido a que afirma tener contacto directo con Cristo. Durante la investigación, las autoridades de la Inquisición determinan que había mentido acerca de sus visiones y estigmas, y además descubren evidencias de que Sor Benedetta había mantenido relaciones lésbicas con otra monja, Bartolomea Crivelli, y obligado a otras monjas a mantener relaciones varias veces a la semana.
En la citada investigación Sor Benedetta confiesa que:
Durante dos años, dos o tres veces por semana, tras desnudarme y acostarme, obligaba a mi compañera a que se desnudara y se metiera en la cama también, besándola como un hombre y agitándome sobre ella hasta que ambas nos corrompíamos, lo que a veces duraba una hora y otras, dos horas o más. Estas cosas las hacíamos especialmente por la mañana, al amanecer. Pretextando que necesitaba algo, la llamaba y tomándola por la fuerza pecaba con ella como he dicho antes. Para obtener mayor placer ponía mi cara entre sus pechos y los besaba, queriendo estar siempre así, sobre ella. En varias ocasiones en que Bartolomea no quiso acostarse conmigo para evitar el pecado, fui a buscarla a su cama y subiéndome encima de ella pequé igualmente a la fuerza. En otros momentos, pretendiendo estar enferma y necesitar algo, le asía con fuerza su mano y metiendo su dedo en mis genitales me excitaba tanto que me corrompía. ( alcanzar el orgasmo )Y besándola y poniendo mi mano en los suyos hacía que se corrompiera ella. Cuando hacía esto parecía estar en trance. Como si fuera mi ángel, adolescente de pocos años, el que hiciera aquellas cosas. El ángel llamaba a Bartolomea su amada y le hacía prometer que jamás confesaría lo que hacían juntas, asegurándole que no había pecado alguno en ello...
Entrégame tu corazón y déjame actuar como deseo -le decía. De aquella manera el ángel lograba su propósito y ambas nos corrompíamos sin que ni una ni otra llevásemos a cabo los ejercicios espirituales que las monjas suelen hacer antes de la confesión general. Tras los actos deshonestos, hacía la señal de la cruz sobre su cuerpo y sobre el mío propio y todo quedaba perdonado.
Sor Benedetta fue despojada del cargo de abadesa y mantenida bajo arresto en su celda durante los 35 años siguientes, solo pudiendo salir para ser azotada o para oír misa. Murió en 1661, a los 71 años de edad. Su amante lo había hecho un año antes, en 1660.


A finales del siglo XIX surge una nueva disciplina, dentro de la Psicología, conocida como sexología, con la que se pretende estudiar científicamente las relaciones sexuales. El lesbianismo se clasifica entonces como una perversión patológica, junto con otras como el sadomasoquismo, el fetichismo, el exhibicionismo, la zoofilia o la pedofilia. Asimismo se describe a la lesbiana como una mujer masculinizada, dando lugar a un estereotipo que, si bien coincidía con algunas lesbianas, dejaba al margen a otras muchas mujeres que no se vestían de hombre o no presentaban comportamientos masculinos. La sexología considera a las lesbianas enfermas mentales porque las contempla desde el rol social estereotipado de la época, es decir, se apartaban de la normalidad que se atribuía al papel de la mujer como esposa, madre y cuidadora de la progenie. El aspecto emocional se obvia por completo. Con estos conceptos erróneos, en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX se cometieron abusos tales como considerar el lesbianismo una enfermedad de mujeres prostitutas o internar a las lesbianas en manicomios junto a criminales, aplicándoles métodos como el electroshock, la lobotomía o la extirpación del clítoris.

Y así ha sido hasta mediados de nuestro siglo. Todavía a finales del siglo XIX, cuando en la Inglaterra victoriana se declaró ilegal la homosexualidad, el lesbianismo escapó a toda posible persecución, por la sencilla razón de que la reina Victoria, se negó a reconocer su existencia.

Ya en el siglo XX la influencia de los estereotipos creados por los psicólogos hizo que se extendieran entre la población creencias absurdas sobre las lesbianas como la separación en dos roles, el de la mujer masculina (invertidas congénitas), que hacía de marido, y la mujer femenina (pseudolesbianas), que cumplía el rol de esposa. 

En los años veinte se desarrollaron campañas para prevenir la enfermedad mental lésbica entre las chicas jóvenes, y esa labor provocó que empezara a asociarse el lesbianismo con la marginación, la enfermedad, la perversión y el vicio. Ante este tratamiento muchas mujeres lesbianas se aceptaron a sí mismas como enfermas e intentaron rechazar sus emociones casándose o suicidándose.

La homosexual femenina, además de lesbiana tiene otros términos que la definen, como por ejemplo los menos conocidos  de cimbalita y sáfica y los populares tortillera y boyera/bollera, cuya procedencia es la que sigue: 
Cimbalita: De las Fiestas Mistéricas, que se celebraban hace  más de 2500 años , y en las que se realizaban unas ceremonias en las que participaban únicamente mujeres, sacerdotisas que adoraban a la diosa Cotito (también conocida como Cotytto, Cotis o Kotytto). En estas ceremonias, cuuyo objetivo era obtener prosperidad y abundancia, las sacerdotisas mantenían relaciones lésbicas y orgías. Uno de los ritos consistía en hacer una procesión mientras cantaban y tocaban, entre otros instrumentos, unos platillos de bronce llamados "címbalos" a la vez que danzaban con falos ceñidos a sus caderas. 
Sáfica: De Safo, una poetisa griega nacida en la isla de Lesbos en el 628 a.C., que  tenía un internado para jovencitas de familias nobles y una escuela de danza, música y poesía en una isla del Mar Egeo llamada Mitilene, y en el que Safo mantenía relaciones con las internas. 
Boyera o bollera : Probablemente procede de antiguas sacerdotisas que dirigían carros de bueyes (de ahí la denominación de boyeras). Estas sacerdotisas celebraban ceremonias (hace 4000 años)  por un rito religioso feminista según el cual sólo las mujeres representaban la Tierra, la única y más antigua diosa que adoró la humanidad antes de que el principio masculino la destronase. Estos cultos femeninos eran los residuos de un período matriarcal en el que toda la religión estaba en manos de las mujeres. Los ritos tenían carácter astronómico. De hecho existe la constelación de Boyero (antiguamente llamada Boyera y masculinizada a posteriori) representada por una sacerdotisa conduciendo un carro de bueyes.
Tortillera: Utilizado en muchos países hispanohablantes, principalmente en Cuba y España, y se refiere a una tortilla fu-yong que es una tortilla falsa donde no existen los huevos (en referencia a los genitales masculinos), que lleva el personaje Iluminada en la novela "Maitreya", del cubano Severo Sarduy. Esta tortilla fu-yong, que parece hacer referencia a un plato chino, se refiere más bien a "fullón", el aumentativo de fullería. Es, por tanto, una tortilla falsa, donde no hay huevos de por medio.
Otros términos también utilizados son virago (mujer viril), machorra (se decía de las ovejas que no criaban), o fricatrices o tríbades ("Las que se frotan" .Tribadismo deriva del verbo τtríbō del griego antiguo, que significa ‘frotar’". En la Grecia antigua, una mujer que frotaba o restregaba sus órganos genitales con los de otra mujer, era llamada una «tríbade» El término se aplicaba especialmente a la frotación de vulva contra vulva y clítoris contra clítoris.queers (término inglés que  significa extraño, anormal, y que a partir del siglo XIX empezó a utilizarse con una connotación sexual),...

Fuentes : Una historia natural de la homosexualidad-Francis Mark Mondimore- Editorial Paidós Ibérica

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