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19 de diciembre de 2017

LA MANERA CORRECTA DE SENTAR UN ASESINO EN SU MESA.


Leonardo da Vinci, el más grande de los genios del Renacimiento, no solo fue pintor, escultor, arquitecto, ingeniero, diseñador, músico, contador de acertijos y hacedor de nudos, sino que también se encuentra íntimamente ligado al arte de la cocina, aunque tan refinado y sensible como visionario e incomprendido.

Al hacerse cargo de la cocina de la posada "Los Tres Caracoles" intenta modificar los gustos de sus parroquianos, duros y hambrientos trabajadores que se complacían comiendo inmensos platos de suculenta polenta con trozos de carne esparcidos de cualquier manera, que a Leonardo le resultaban terriblemente desagradables, apostando por un nuevo menú de Leonardo consiste en pequeñas porciones de manjares exquisitos sobre pedacitos de polenta tallados de distintas formas y primorosamente dispuesto lo que provoca la indignación de los comensales que indignados por la escasez de las porciones irrumpen en la cocina, viéndose obligado Leonardo a huir por piernas para salvarse.

Lejos de darse por vencido,Leonardo, hace un nuevo intento, esta vez junto a su amigo Sandro Boticelli Sandro Botticell; los dos artistas abren un establecimiento bastante improvisado, construido en su mayor parte con lienzos viejos, y lo llaman La enseña de las Tres Ranas de Sandro y Leonardo, Leonardo pinta un lado de la enseña que cuelga fuera del local y Boticelli el otro. Pero el mundo elegante de Florencia no se entusiasma con su revolución culinaria y Leonardo fracasa de nuevo.

Deprimido tras su segundo gran fracaso gastronómico, decide abandonar Florencia. Enterado de esto, Lorenzo de Medici le da una carta de presentación para su amigo Ludovico Sforza "El Moro ", gobernador de Milán. Leonardo abre la nota antes de entregarla y no encuentra ninguna alusión a sus aptitudes como pintor o cocinero, y es recomendado únicamente como tañedor de laúd. Decide entonces redactar otra misiva haciendo hincapié en sus habilidades como fabricante de puentes, fortificaciones y catapultas, y sobre todo en sus cualidades sin igual para la pastelería, que Sforza toma en consideración , nombrando a Leonardo ,Consejero de fortificaciones y Maestro de festejos y banquetes de la corte.


Como maestro de festejos y banquetes de la corte de Sforza, Leonardo establece unas reglas de protocolo sumamente curiosas, como por ejemplo Sobre los hábitos indecorosos que un invitado a la mesa no debe practicar y De la manera correcta de sentar un asesino a la mesa. 
 
Hábitos indecorosos que un invitado a la mesa no debe practicar
  • Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado. 
  • Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa. 
  • Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento. 
  • No debe poner la cabeza sobre el plato para comer. 
  • No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento. 
  • No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo. 
  • No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa. 
  • Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa. 
  • No ha de limpiar su armadura en la mesa. 
  • No ha de tomar la comida de la mesa y ponerlo en su bolso o faltriquera para comerla más tarde. 
  • No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a esa mismo fuente. 
  • No ha de escupir frente a él.
  • Ni tampoco de lado. 
  • No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa 
  • No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos. 
  • No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles. 
  • No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando. 
  • No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida). 
  • No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa. 
  • Ni tampoco serpientes ni escarabajos. 
  • No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera). 
  • No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama. 
  • No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor). 
  • No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos. 
  • Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa. 
  • No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia). 
  • Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.

De la manera correcta de sentar un asesino a la mesa. 
Si hay un asesinato planeado para la comida, entonces lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquél que será objeto de su arte (y que se sitúe a la izquierda o a la derecha de esta persona dependerá del método del asesino), pues de esta forma no interrumpirá tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña.

En verdad, la fama de Ambroglio Descarte, el principal asesino de mi señor Cesare Borgia, se debe en gran medida a su habilidad para realizar su tarea sin que lo advierta ninguno de los comensales y, menos aún, que sean importunados por sus acciones.

Después de que el cadáver (y las manchas de sangre, de haberlas) haya sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentren sentadas a su lado, y en este punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quién habrá esperado afuera, dispuesto a sentarse a la mesa en este momento.
Pero lo cierto es que tanto Hábitos indecorosos que un invitado a la mesa no debe practicar como De la manera correcta de sentar un asesino a la mesa esté extraído de libro " son falsos y están basados en un supuesto manuscrito original de Da Vinci que se denominó Codex Romanoff , que no está en el museo de l´Hermitage (Leningrado) como algunos piensan ni en poder de los herederos del genio renacentista, sino que se trata de un libro imaginario escrito por los historiadores, Shelagh y Jonathan Routh, sin otra intención que divertir a sus lectores, y que en España forma parte del libro Notas de cocina de Leonardo da Vinci. 
Aunque Leonardo era un cocinilla declarado, y es verdad que tuvo una taberna en Florencia a medias con su amigo Sandro Boticelli, negocio que cerraron por falta de clientela,  embargo, ni inventó el sacacorchos para zurdos, ni las máquinas para cortar fiambres, ni un gramófono para filetear la carne, ni tampoco el tenedor, utensilio que ya se usaba en Constantinopla en el siglo XI. 
Se trata pues de un imaginario tratado de gastronomía y también una guía de urbanidad y un manual de usos y costumbres , falsamente atribuido a Leonardo da Vinci.
Fuentes :Notas de cocina de Leonardo da Vinci -

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