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15 de marzo de 2018

EL OSCURO DISNEY ( Parte 3 de 3 )


Mientras, Disney coquetea con el movimiento Nazi Americano,(Adolf Hitler era un apasionado de los dibujos de Blancanieves y de Pinocho de la factoría de Walt Disney, hasta el punto de que se entretenía haciendo copias de esos cómics) preocupado porque sus películas no puedan verse en los territorios ocupados por Hitler. No obstante, cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, los estudios Disney colaboraron estrechamente con el gobierno, produciendo películas educativas y de formación militar, así como otras encaminadas a elevar la moral en retaguardia, tales como los cortometrajes Der Fuehrer's Face ("El rostro del Führer), Education for Death ("Educación para la muerte"), Reason and Emotion ("Razón y emoción"), y el largometraje Victory Through Air Power ("Victoria a través de la fuerza aérea", 1943), en el que se defendía la idea de que era necesario construir más bombarderos para ganar la guerra.

También Walt Disney tiene sus dosis de genio incomprendido, como cuando en una decisión personal y rechazando las advertencias de personas de su equipo, se empeña en hacer la película Fantasía proyectada en 1940 con su querido Mickey Mouse como protagonista, y que, pese al éxito de algunos episodios, concretamente el de los honguitos de la "Danza China", hecho por Arthur Babbit, es un fracaso. 

En diciembre de 1999 se estrenó "Fantasía 2000" película de animación de Disney, que conmemora el 60 aniversario de la película Fantasía, el tercer clásico de Walt Disney, del año 1940. 

VÍDEO: Fantasía - Danza china (1940)

La selección musical de Fantasía se rige por piezas ya del dominio público, excepto La consagración de la primavera de Igor Stravinski  cuyo tema pagano y escándalo histórico en su estreno jamás llega a conocimiento de Walt Disney, que la ve como el fondo ideal para ilustrar el destino de unos dinosaurios. Ello no obstante, no le impide tener con Stravinski uno de sus habituales comportamientos miserables, ofreciéndole de mala gana cinco mil dólares por el derecho de usar la música como mejor conviniera al proyecto. Stravinski, al que los abogados de Disney le hacen saber que los derechos de su obra se han firmado en la Rusia prerrevolucionaria y son irreivindicables , acepta indignado. Más vale poco que nada.

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Walt Disney y Lillian Bounds

¿Y a quién amó Walt Disney? Ciertamente que no a su padre ni a su esposa, Lillian Bounds, una entintadora de su estudio con la que se casa el 25 de julio de 1925, al cabo de un mes de noviazgo. La luna de miel es en Los Ángeles, y hacia allá toman un tren. Lilian nunca olvida ese viaje: Disney, sumamente nervioso, no puedo consumar el matrimonio con el pretexto de que lo había atacado, de pronto, un insoportable dolor de muelas. La pantomima dura cuatro días más. Esa noche, Lilian observa en Walt una conducta que luego entenderá como resultado de la neurosis aguda que sufre su esposo: lo ve caminar muchas horas por los corredores del tren, en una actitud de ansiedad y desesperación, y hace lustrar sus zapatos varias veces cuando se acerca la madrugada. 

No son infrecuentes las depresiones profundas de Disney , que se encierra en su despach0 y deja de hablar a su esposa durante días. Cuando sale de su crisis, discute con Lilian por cualquier cosa, le grita y se pone a llorar. Tampoco Lillian está lista para las ansias de fama de su esposo, que aparece solo en todos los eventos, al grado de que se le considera uno de los solteros más codiciados de Hollywood , cuando lleva diez años de casado. 


En la primavera de 1949, Disney tiene la idea de un parque de diversiones que recree sus mundos personales, desde el Kansas de su infancia (Main Street) hasta su utopía (Tomorrowland); tarda seis años en construir su sueño máximo, que no comparte su esposa Lillian, y donde impone unas reglas cuarteleras para que todo sea “políticamente correcto” 

Walt Disney se queda cada vez más tiempo ahí, hasta que se instala en uno de los edificios de Main Street. Disneylandia no es sólo su Xanadú, sino el retorno a una infancia que su padre le había robado a golpes. 

Desde sus comienzos Disney , se niega a separar las funciones de entretener y educar y elimina la frontera entre la cultura pública y los intereses comerciales, y crea un universo perfecto en el que los personajes reafirman la primacía del individualismo y la competitividad , eso sí ,todo ello sin que en ningún momento el orden establecido sea nunca puesto en cuestión. Así, bajo el manto de la inocencia y el entretenimiento, la factoría Disney encubre el poderoso papel educativo que ejerce a través del manejo de la cultura del mercado, creando deseos, defendiendo valores conservadores , modelando gustos y finalmente transmitiendo ideología ultraconservadora a su receptor/gran consumidor, mayormente niños y jóvenes. 

A primera vista, podría parecer que su carga ideológica no es muy intensa; pero no hay que olvidar que las películas de Disney van dirigidas (aunque no solo a ellos) a los niños, es decir, a un público indefenso ante los poderosos estímulos audiovisuales de estos excelentes (desde el punto de vista técnico) productos. Teniendo en cuenta, además, el extraordinario éxito de los grandes “clásicos” disneyanos, su amplísima difusión tanto en el espacio como en el tiempo, sería un grave error subvalorar la potencia indoctrinadora de sus almibarados mensajes ético-estéticos, que han grabado en las mentes de varias generaciones de niños unos patrones de belleza y bondad  y de fealdad-maldad. 

Tras la muerte de Disney, ocurida el 15 de diciembre de 1966,su marca sigue vendiendo la misma mercancía, ahora además utilizando la explotación de mano de obra barata en países tercermundistas, para vender sus productos a precios caros en el primer mundo. 


Curiosidad cinematográfica

En 1946 Dalí conoció a Walt Disney. El encuentro de estos dos genios dio lugar a una de las más extrañas colaboraciones artísticas: el surrealista amante del escándalo trabajando durante ocho meses con el creador de Mickey Mouse. El resultado fue Destino un corto de animación que quedó inacabado ya que Disney, alegando problemas financieros, abandonó el proyecto.

Durante 57 años 'Destino' fue considerada una película perdida. Pero en 2003 con solo 20 segundos rescatados de los "sótanos" de la Disney y partiendo de los bocetos e instrucciones que había dejado Dalí, Roy E. Disney retomó y finalizó el proyecto de su tío.

El resultado no puede ser más genial y extravagante: el mágico mundo de Disney protagonizado por paisajes sombríos, espacios desérticos, hormigas, relojes blandos y estatuas colosales.

'Destino' se estrenó el 2 de junio 2003, dura apenas seis minutos y cuenta la historia de Cronos y el amor desdichado que siente por una mujer mortal. La historia continúa con danzas femeninas a través de paisajes surrealistas inspirados en pinturas de Dalí. No hay diálogo y la banda sonora cuenta con una canción del compositor mexicano Armando Domínguez. El cortometraje fue muy bien recibido, ganó muchos premios y fue nominado en 2003 al Óscar al mejor cortometraje animado.


Fuentes:  El perfecto americano- Peter Stephan Jungk- Editorial Turner /Para leer al Pato Donald – Ariel Dorfman y Armand Mattelard-Editorial Siglo XXI / El ratoncito feroz—Disney o el fin de la inocencia –Henry A. Giroux- Editorial Fundación Germán Sánchez Ruipérez./ El libro negro de las marcas – Klaus Werner y Hans Weiss-Editorial DeBolsillo.

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