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26 de marzo de 2018

ESTRATEGIAS PSICOLÓGICAS DEL CINE DE TERROR ( Parte 1 de 2 )


Los estímulos atemorizantes en las películas de terror se presentan agrupados en tres categorías diferentes, dependiendo de si provocan la respuesta de forma incondicionada,condicionada, o por generalización. 

ESTÍMULOS INCONDICIONADOS 

Ruidos intensos 

Éste es uno de los elementos más usados en las películas de terror y suele coincidir con el desenlace de una escena de tensión. Hay que tener en cuenta que cualquier estímulo intenso puede provocar miedo, pero si se ha preparado la situación podemos intensificar ese efecto. No se puede mantener atemorizada a una persona durante toda la película únicamente a través de la presentación repetida de ruidos intensos, lo cual obliga a reducir su número y a aumentar su efecto. 

Es muy común la consideración del miedo como la amenaza no consumada de agresión. Esta amenaza hace alusión a todos los estímulos condicionados que han sido asociados con la estimulación propia de la agresión , principalmente el conocimiento de que el agresor está ahí, cerca del protagonista. Sin embargo, han llegado a ser mucho más efectivos todos los estímulos que se han condicionado a lo largo de la historia del cine y que predicen esa llegada de la situación aterradora. El espectador es capaz de responder a ciertos planos, cierto tipo de música e incluso de situaciones porque en el pasado han sido asociados con ese estímulo intenso final. 

VÍDEO: Instrumentos utilizados para crear música de terror

En el cine hay ocasiones en las que se presentan ruidos que no pertenecen a la situación propiamente dicha. Estos ruidos están muy relacionados con la música, la mayoría de ellos, en realidad, son acordes disonantes, principalmente de percusión, piano o violín, coherentes, casi siempre, con el estilo de la banda sonora. 

Movimientos súbitos e inesperados 

Los movimientos bruscos y repentinos provocan por sí mismos efectos atemorizantes en el espectador pero, como la mayoría de los elementos que abordamos, este tipo de estimulación siempre se presenta junto a otras variables. La mayoría de las veces esta combinación tiene como objetivo potenciar el efecto de los movimientos súbitos, coordinándolos con sonidos intensos y desagradables o preparando situaciones previas de calma (estímulos condicionados inhibitorios aversivos).

Pero los movimientos súbitos no se refieren exclusivamente a las figuras, también son utilizados en los planos de cámara y en la música. Es una técnica muy eficaz mantener un plano fijo, que induce cierta quietud, para luego pasar de forma brusca a un travelling, que está asociado a la presencia de una amenaza. En cuanto a la música, se utiliza de una forma muy similar. Se empieza con una intensidad piano para realizar un cambio brusco a forte. El efecto es análogo, cambiar bruscamente de una situación tranquila a otra en la que diferentes estímulos condicionados señalan la presencia de peligro. Si comparamos las bandas sonoras de las películas de terror podemos encontrar, entre otros, este rasgo común, melodías muy dinámicas en crescendo y minuendo.

VÍDEO: Banda sonora de Psicosis



Estimulación novedosa 

El miedo más antiguo e intenso es el miedo a lo desconocido, entendiendo “lo desconocido” como lo opuesto a lo cotidiano, a lo normal o a lo familiar, Podemos identificar diferentes elementos en el cine de terror cuyo objetivo es generar esa extrañeza en el espectador, entre los más frecuentes señalaremos las siguientes: 
Música asociada a contextos antagónicos. Como por ejemplo la utilización de canciones infantiles, de cuna o de cajas de música en situaciones grotescas o de mucha tensión (Al final de la escalera, 1980). 
Sonidos difícilmente asociables a algo conocido o en situaciones no naturales (Los otros, 2001).
Resultado de imagen de cartel posesión infernal
Planos con perspectivas angulares, muy distanciadas de los planos de visión humana (Posesión infernal, 1982). 
Abuso o desuso desmesurado de colores, o utilización de mezclas difíciles de encontrar en el medio natural (En la boca del miedo, 1995). 
Rasgos físicos antinaturales y malformaciones físicas (La parada de los monstruos, 1932).
VÍDEO: Freaks ( La parada de los monstruos, 1932)
Comportamientos desviados de la media, siniestros, extravagantes o insólitos (Psicosis, 1960). 
Objetos “fuera de lugar”, que no deberían estar ahí o funcionar como lo hacen (Poltergeist, 1982). 
Centrar la amenaza en seres normalmente inofensivos, como ciertos animales (Los pájaros, 1963) o niños (¿Quién puede matar a un niño?, 1990). 


La presentación repetida de este tipo de estímulos incondicionados puede provocar la habituación en los sujetos, y, como consecuencia, que pierdan su poder evocador . Este fenómeno puede darse durante la reproducción de una película pero también hay que tener en cuenta las consecuencias de la acumulación durante la historia del sujeto. Para evitar esta pérdida de efecto existen principalmente dos técnicas : la recuperación espontánea y la dehabituación. 

Recuperación espontánea 

Simplemente el paso del tiempo sin presentar ese estímulo puede hacer que vuelva a adquirir sus propiedades evocadoras. Para mantener constante la tensión en el espectador es crucial la distribución de la estimulación intensa. 

Deshabituación

Si presentamos el estímulo incondicionado al que se ha habituado el sujeto con otro estímulo novedoso podemos hacer también que recupere su poder de evocación. Cuánto más intenso y novedoso sea el estímulo, mayor será la deshabituación. Esta es la base de la progresión que suele procurarse en las películas de terror, en las que se administra la presentación de los elementos de la trama para poder ofrecer siempre algo nuevo en la siguiente situación atemorizante. 


ESTÍMULOS CONDICIONADOS 

Son aquellos estímulos que en un principio no provocaban ninguna respuesta en el sujeto, pero que tras el emparejamiento repetido con otro estímulo que sí lo hace (ya sea de forma condicionada o incondicionada) adquieren sus mismas propiedades evocadoras . Este tipo de estimulación es la más utilizada, sobre todo para crear climas de tensión o angustia (que generan ansiedad) que luego concluyen en finales intensos (que provocan miedo). 

Lo oculto 

Esta variable es, probablemente, la que más dudas presenta a la hora de categorizarla como condicionada o incondicionada. Lo oculto está muy relacionado con lo desconocido no como a lo extraño o novedoso, sino como a aquello que no se ve, lo que se esconde. Hay que tener en cuenta que las situaciones que dificultan nuestra percepción también merman nuestra capacidad de defensa frente a peligros. Es muy probable que estos entornos hayan precedido a otras como movimientos bruscos o ruidos intensos, estímulos inesperados que sí tienen un valor atemorizante innato. Independientemente de su consideración condicionada o no, lo cierto es que el cine ha hecho un tremendo uso de lo oculto, principalmente a través de las siguientes estrategias: 
La oscuridad 

La noche y las sombras son prácticamente una constante en el género. La utilización de las luces para componer espacios ocultos a la vista del espectador es la mejor forma de generar cierta tensión, por un lado, y de facilitar movimientos súbitos e inesperados.


Los colores 

En las películas de terror es habitual utilizar los filtros de color azul en las escenas como simbolismo de la noche, el frío, la tristeza creando una ambiente irreal y expuesto al peligro, mientras que en las cintas de ciencia ficción se utiliza el color verde, el tono rojo cálido en las de género romántico y los colores saturados en las comedias. 

Los planos cerrados 

Es muy común utilizar primeros planos de los personajes / víctimas, sobre todo cuando ya se ha planteado la situación como amenazante. Estos planos cerrados, además de ocultar al espectador la amenaza, tienen otra función relacionada con la identificación. Al ser primeros planos se puede observar con mayor detalle la expresión de terror de los personajes y ésta puede también funcionar como estímulo condicionado.

La filmación subjetiva 

Tiene el mismo efecto que los planos cerrados, cuando se refiere a la visión de la víctima: es un plano más cerrado que la visión en tercera persona, por lo que esconde más elementos de la situación y ayuda a la identificación con el personaje.

Continuará...

FuenteAnálisis funcional de las estrategias psicológicas de terror en el cine - Vicente Pérez Fernández y Andrés García García – Universidad Nacional de Educación a Distancia

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