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9 de marzo de 2018

LA SUPUESTA PORNOGRAFÍA DE ANA FRANK

Durante la ocupación nazi de Holanda, ayudados por varios empleados de la oficina de unos almacenes de Amsterdam, Ana Frank, permaneció ,durante más de dos años ,oculta con su familia y otra familia judía (los Van Daan), en una buhardilla de la casa de atrás de dichos almacenes , a la que se accedía a través de una puerta secreta oculta por un armario basculante, hasta que, finalmente, fueron delatados y detenidos.  Ana Frank escribió entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944 un diario, al que llamó Kitty, que tituló Las habitaciones de atrás y en el que relataba las experiencias del grupo.

Dicho diario, censurado por su padre Otto Frank  que ocultó los más íntimos pensamientos su hija, para evitar las reflexiones demasiado personales acerca de las relaciones de la joven con su madre, con sus compañeros de clase y otras consideraciones sobre cuestiones sexuales, «a fin de respetar las conveniencias de la época» , fue publicado el 25 de junio de 1947 , bajo el títulos de Las habitaciones de atrás, que en ediciones posteriores suelen llevar como título Diario de Ana Frank  o El diario de Ana Frank.  Desde 1947 fecha de la primera edición del Diario, traducido a 56 idiomas, se sabía que Otto Frank había tachado algún fragmento, pero no se sospechaba que fuera de tal importancia, tanto en la extensión como en los temas tratados (1). En ellos se muestra la personalidad real de Ana Frank , presentándose no como la de una santa  sino como la de una niña normal con las inquietudes propias de su edad y de las circunstancias en las que se encontraba.

En colegios de Estados Unidos, se recomienda su lectura a niños de entre 12 y 13 años, quienes cursan el séptimo grado. Pero un grupo de padres de Northville, Michigan, consideraron   que el libro es “demasiado pornográfico para niños de esa edad”. La alerta la dio la madre de una alumna, quien mencionó que a su hija no le había gustado leer la historia, ya que en ciertos capítulos, Ana Frank, está descubriendo su anatomía y describe su experiencia sin pudor. Padres de Estados Unidos se organizaron  y exigieron a los colegios que al menos les pidan autorización antes de recomendar lecturas con contenido sexual a los niños. Los pasajes suprimidos por "demasiado pornográficos" que no figuraban en ediciones anteriores del libro, se incluyeron sin embargo en una nueva versión publicada  con motivo del 50 aniversario del fallecimiento de la protagonista. 

(1) Algunos pasajes censurados
Sobre su primera regla

“PD: Olvidé mencionar la importante noticia de que probablemente me venga pronto la regla. Lo sé porque sigo encontrando una mancha blanquecina en mis bragas”.

En otro pasaje vuelve a hablar de la menstruación: “Es un signo de que una chica está lista para tener relaciones con un hombre. Pero eso no se hace antes del matrimonio. Después, sí. También se puede decidir si [a partir de ese momento] se quieren tener niños o no. Si es que sí, el hombre se tumba sobre la mujer y deja su semilla en la vagina de ella. Todo sucede con movimientos rítmicos”.

Sobre los anticonceptivos

“Cuando la pareja decide evitar los niños, la mujer toma medidas internas y eso ayuda. Puede fallar, claro, pero si de verdad quieres hijos, a veces no es posible. Al hombre le gustan estas relaciones y las desea; la mujer algo menos, pero también”.

Sobre la prostitución (y la homosexualidad de su tío)

“Si los hombres son normales, van con mujeres. Por la calle, hay mujeres que hablan con ellos y entonces se van juntos. En París, hay casas muy grandes para eso. Papá ha estado allí. El tío Walter no es normal. Hay chicas que venden esta relación”.

Sobre su cuerpo

“Hasta que cumplí once o doce años no me di cuenta de que había un segundo conjunto de labios en el interior de la vagina, aunque no puedas verlos. Lo que es aún más divertido es que pensaba que la orina salía del clítoris. Le pregunté a Madre una vez qué era ese pequeño bulto y me dijo que no lo sabía. ¡Cómo sabe hacerse la tonta cuando quiere!”

Sobre tumbarse junto a un hombre

“Todo el mundo se burló de mi ayer porque me tumbé en la cama al lado del señor van Daan. ‘¡A tu edad! ¡Qué escándalo!’, decían, y otros comentarios del estilo. Ridículos, por supuesto. Jamás querría acostarme con el señor van Daan como ellos intentan insinuar”.

Sobre su relación con Peter van Pels, un joven de 19 años del que estuvo enamorada

“Le conté todo sobre las chicas, sin dudar en hablar de los asuntos más íntimos. Me pareció bastante divertido que pensara que la apertura del cuerpo de una mujer no salía en las ilustraciones. Él no podía imaginarse que en realidad estaba ubicada entre sus piernas. Terminamos la tarde besándonos cerca de la boca…”.

Sobre las conversaciones con el joven también escribió en enero de 1943:
“Peter, en alemán la palabra ‘geschlechtsteil’ significa órgano sexual, ¿verdad? Pero entonces los órganos masculinos y femeninos tienen nombres diferentes”. “Lo sé”, respondió él. “El femenino es la vagina, eso lo sé, pero no sé cómo se llama el de los hombres” [añadió Ana]. “Hmmm”, dijo él. “Oh, bueno”, dijo la niña: ¿cómo se supone que vamos a conocer esas palabras?”

Un mes más tarde incluyó otra referencia sobre el joven: “Ha dicho que nunca se sentirá cristiano, pero que después de la guerra se asegurará de que nadie sepa que era judío. Sentí un pinchazo [cuando lo dijo]. Qué pena que todavía tenga esa falta de deshonestidad”.

Sobre los maridos

“No está mal que un hombre llegue al matrimonio con un poco de experiencia. Al fin y al cabo, no tiene nada que ver con el matrimonio en sí, ¿no?”.

Sobre chistes picantes

“Usaré esta página estropeada para apuntar chistes picantes”, escribió Ana Frank el 28 de septiembre de 1942. Algunos de los que incluyó fueron los siguientes:

“¿Sabes por qué las mujeres de las Fuerzas Armadas alemanas están en Holanda? Para hacer de colchón a los soldados”.

“Un hombre tenía una mujer muy fea y no quería tener relaciones sexuales con ella. Una tarde volvió a casa y vio a su amigo en la cama con su esposa. Entonces el hombre dijo: ‘¡A él le gusta y a mí me toca hacerlo!”

Viernes, 24 de marzo de 1944
Querida Kitty:
Últimamente subo mucho a la habitación de Peter por las noches a respirar algo del aire fresco nocturno. En una habitación a oscuras se puede conversar como Dios manda, mucho más que cuando el sol te hace cosquillas en la cara. Es un gusto estar sentada arriba a su lado delante de la ventana y mirar hacia fuera. Van Daan y Dussel me gastan bromas pesadas cuando desaparezco en la habitación de Peter. «La segunda patria de Ana», dicen, o «¿es conveniente que un caballero reciba la visita de una dama tan tarde por la noche, en la oscuridad?». Peter tiene una presencia de ánimo sorprendente cuando nos hacen esos comentarios supuestamente graciosos. Por otra parte, Mamá es bastante curiosa y le encantaría preguntarme de qué temas hablamos, si no fuera porque secretamente tiene miedo a un rechazo por mi parte. Peter dice que lo que pasa es que los mayores nos tienen envidia porque somos jóvenes y no hacemos caso de sus comentarios ponzoñosos.
A veces viene abajo a buscarme, pero eso también es muy penoso, porque pese a todas las medidas preventivas se pone colorado como un tomate y se le traba la lengua. ¡Qué suerte que yo nunca me pongo colorada! Debe ser una sensación muy desagradable. Por lo demás, me sabe muy mal que mientras yo estoy arriba gozando de buena compañía, Margot esté abajo sola. ¿Pero qué ganamos con cambiarlo? A mí no me importa que venga arriba con nosotros, pero es que sobraría y no se sentiría cómoda. Todo el día me hacen comentarios sobre nuestra repentina amistad, y te prometo que durante la comida ya se ha dicho no sé cuántas veces que tendremos que casarnos en la Casa de atrás, si la guerra llega a durar cinco años más. ¿Y a nosotros qué nos importan esas habladurías de los viejos? De cualquier manera no mucho, porque son una bobada. ¿Acaso también mis padres se han olvidado de que han sido jóvenes? Al parecer sí; al menos, siempre nos toman en serio cuando les gastamos una broma, y se ríen de nosotros cuando hablamos en serio.
De verdad no sé cómo ha de seguir todo esto, ni si siempre tendremos algo de qué hablar. Pero si lo nuestro sigue en pie, también podremos estar juntos sin necesidad de hablar. ¡Ojalá los viejos del piso de arriba no fueran tan estúpidos! Seguro que es porque prefieren no verme. De todas formas, Peter y yo nunca les diremos de qué hablamos. ¡Imagínate si supieran que tratamos aquellos temas tan íntimos!
Quisiera preguntarle a Peter si sabe cómo es el cuerpo de una chica. Creo que en los varones la parte de abajo no es tan complicada como la de las mujeres. En las fotos o dibujos de un hombre desnudo puede apreciarse perfectamente cómo son, pero en las mujeres no. Los órganos sexuales (o como se llamen) de las mujeres están más escondidos entre las piernas. Es de suponer que Peter nunca ha visto a una chica de tan cerca, y a decir verdad, yo tampoco. Realmente lo de los varones es mucho más sencillo.
¿Cómo diablos tendría que explicarle a Peter el funcionamiento del aparato femenino?
Porque, por lo que me dijo una vez, ya me he dado cuenta de que no lo sabe exactamente. Dijo algo de la abertura del útero, pero ésta está por dentro, y no se la puede ver.
Es notable lo bien organizada que está esa parte del cuerpo en nosotras. Antes de cumplir los once o doce años, no sabía que también estaban los labios de dentro de la vulva, porque no se veían. Y lo más curioso del caso es que yo pensaba que la orina salía del clítoris. Una vez, cuando le pregunté a mamá lo que significaba esa cosa sin salida, me dijo que no sabía. ¡Qué rabia me da que siempre se esté haciendo la tonta!
Pero volvamos al tema. ¿Cómo diablos hay que hacer para describir la cosa sin un ejemplo a mano? ¿Hacemos la prueba aquí? ¡Pues vamos!
De frente, cuando estás de pie, no ves más que pelos. Entre las piernas hay una especie de almohadillas, unos elementos blandos, también con pelo, que cuando estás de pie están cerradas, y no se puede ver lo que hay dentro. Cuando te sientas, se separan, y por dentro tienen un aspecto muy rojo y carnoso, nada bonito. En la parte superior, entre los labios mayores, arriba, hay como un pliegue de la piel, que mirado más detenidamente resulta ser una especie de tubo, y que es el clítoris. Luego vienen los labios menores, que también están pegados uno a otro como si fueran un pliegue. Cuando se abren, dentro hay un bultito carnoso, no más grande que la punta de un dedo. La parte superior es porosa: allí hay unos cuantos orificios por donde sale la orina. La parte inferior parece estar compuesta sólo por piel, pero sin embargo allí está la vagina.
Está casi toda cubierta de pliegues de la piel, y es muy difícil descubrirla. Es tan tremendamente pequeño el orificio que está debajo, que casi no logro imaginarme cómo un hombre puede entrar ahí, y menos cómo puede salir un niño entero. Es un orificio al que ni siquiera con el dedo puedes entrar fácilmente. Eso es todo, y pensar que todo esto juega un papel tan importante.
Tu Ana M. Frank
El diario termina el 1 de agosto de 1944, tres días antes de que las SS invadieran el escondite de Ana y su familia para trasladarlos al campo de concentración nazi de Auschwitz. Allí murió en 1945. El único sobreviviente fue su padre, quien dedicó su vida a honrar y proteger la memoria de su hija hasta su muerte en 1980. Además de censurar las partes más controvertidas y eróticas de los cuadernos de su hija, también ocultó un comentario sobre sí mismo: “La afición de papá por hablar de tirarse pedos e ir al baño es asquerosa
”.
Fuentes: http://www.annefrank.org/es/http://www.annefrank.org/es/ El País 1 /02/1981 / https://worldmaxnews.wordpress.com

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