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19 de abril de 2018

CURSO DE PREPARACIÓN PARA EL MATRIMONIO


El 30% de las bodas españolas del último año se han celebrado bajo el rito cristiano. Para suscribir el protocolo católico es obligatorio cumplir los preceptos de la Iglesia, entre ellos realizar un curso prematrimonial de adaptación de la pareja a los valores cristianos.La mayoría de las parroquias incluyen un curso presencial con el párroco o el sacerdote que va a realizar los oficios. En grandes ciudades como Madrid lo más normal es hacerlo a distancia con un manual y unas preguntas tipo test que se devuelven luego para ‘convalidar’ el curso. Basta leer el libro y contestar correctamente el cuestionario de cada capítulo. Este método es muy usado por las parejas no practicantes que deciden casarse por la Iglesia por presión familiar o social. 

La técnica Ottawa sigue siendo uno de los métodos de preparación al matrimonio de los jóvenes españoles que se casan por la Iglesia. Un curso prematrimonial a distancia lleno de tópicos y clichés machistas que todavía se reparte en muchas parroquias. Se trata de un texto de 1984 reeditado por el Servicio de Formación Prematrimonial en 1993 (ISBN 84 85032-12-8), y republicado hoy mil veces sin retoques ni correcciones mediante fotocopias cutres que distribuyen algunas parroquias. El curso consta de 15 lecciones por fascículos y un test de 20 preguntas al final de cada lección. La mayoría del texto habla de como vivir la fe y Dios en pareja. 


Como ejemplo un manual rescatado de una parroquia madrileña del barrio de Salamanca. No se trata de fotocopias de un antiguo catecismo de los años 60, es un texto tremendamente machista y misógino que todavía reparte la Iglesia para formar a sus corderos del siglo XXI. 

La última lección del curso trata sobre “La vocación y la misión del hogar”. Tras 14 lecciones de prescripción ética y religiosa se propone aleccionar sobre la posición que debe ocupar cada miembro de la pareja en el nuevo hogar cristiano. 

La página 0 de la lección está, lógicamente, dedicada a Dios. Pero ya en la primera página aparece este maravilloso cuadro que resume muy bien todo lo dicho en este manual misógino.


El hombre es ‘la fuerza’. El que debe cargar con la iniciativa , mientras ella lleva el peso en ‘el corazón’. El hombre es firmeza y solidez y establece las estructuras del mundo y del hogar. 

La mujer, por el contrario, ha sido creada para ser ‘compañera de’. Su alegría consiste en sentir la presencia del marido e hijos.

El cuadro no es casualidad o mera anécdota. En la misma lección se vuelve a incidir en el papel de cada miembro de la pareja. El alma femenina es más de inyectar dulzura y cariño, el hombre inspira más confianza y es el responsable y el dueño de la marcha del hogar.

La mujer siempre a la sombra del hombre. Su profesión seguirá siendo 'sus labores' a pesar de que luego —si es capaz de sacar tiempo suficiente— pueda trabajar fuera de casa. Todo para que ella se sienta un poquito más culpable. 
"[..] El hombre es capaz de hacer un trabajo duro de durante varias horas, tal vez durante varios meses. Incluso en los días ordinarios, se da intensamente a intervalos. Esto explica por qué siente la necesidad de arrellanarse en la butaca al volver del trabajo; no obedece necesariamente a pereza o indiferencia el que no se ponga inmediatamente a ayudar a su mujer en los trabajos de la casa [..]" 

La sinceridad de un matrimonio cristiano consiste en que él cuente sus cuitas profesionales y ella sus problemas con la escoba. 
En "Sexo y vida íntima" el manual cristiano es un baúl de disparates exóticos, misóginos e irracionales. Un compendio de consejos, que más allá de la moral cristiana, interfieren en las normas básicas de convivencia y del sentido común, coqueteando no en pocas ocasiones con la cultura de la violación y de la misoginia. 

Por ejemplo, en la lección 14, sobre la fecundidad de los esposos cristianos, se incluye este cuadro a modo guía moral sobre los actos de la vida íntima. Una especie de pliego de descargo a la hora de tener relaciones sexuales con tu pareja y redactado por verdaderos ‘expertos’ en la materia. 
El acto de la vida íntima “Es OBLIGATORIO cuando uno de los cónyuges lo reclama razonablemente”. Mención especial merece el tema de la masturbación. “Síntoma de retroceso psicológico”, dice textualmente y que “retarda el pleno desarrollo de la sexualidad humana”. 
En uno de los párrafos (remarcado en rojo) se llega a insinuar que los jóvenes que no dejan de tocarse sus genitales acaban sintiendo excitación sexual sólo con personas que tengan sus mismos genitales. Una deducción de verdaderos expertos en la materia, lógicamente.


Ninguna sorpresa encontrarse con el rechazo frontal a cualquier método anticonceptivo artificial. Al fin y al cabo es parte de la doctrina de la Iglesia. 

El manual hace un viaje durante ¡13 páginas! por la fecundidad y los mecanismos para encontrar la fertilidad: Ogino, Knaus, continencia, temperatura basal... en lo que llaman “mecanismos de regulación de los nacimientos”. Una forma de explicarte que conocer los periodos de fertilidad te ayuda también a usar los infértiles como anticonceptivo. Todo ello sin decirlo veladamente porque sus argumentos posteriores contra los anticonceptivos artificiales también valdrían contra los naturales. El fin del matrimonio es la reproducción. 

Más tarde también se pone en boca de la ciencia: “Todos los anticonceptivos ocasionan una disminución del control cerebral sobre los reflejos eyaculatorios y el instinto sexual”. El condón retrasa un poco la eyaculación por una mera cuestión física, no psicológica. 

El siguiente párrafo revela aún más sutilezas y clichés. ‘El hombre pide, la mujer solo sabe sugerir” . El hombre solo ordena y, directamente, hay que cumplir sin rechistar. Porque su opinión es cristianamente irrefutable.

Y es que cada vez que empieza un párrafo pedagógicamente prometedor acaba estropeándose. Las tareas del hogar hay que compartirlas porque ambos están capacitados para solventarlas con brillantez, aunque se dice , y parece cierto, que los hombres cocinan mejor que mujeres. 

Dentro de este manual de vida que todo lo sabe y todo lo controla tenemos generalizaciones para llevarnos las manos a la cabeza una y otra vez . “El hombre tiene que ser dos años mayor que la mujer para compensar su menor desarrollo fisiológico” 

De toda la vida en el matrimonio cristiano ha estado mal visto que ella sea mayor que él. No puede ser ese ‘cabeza de familia’ si tu mujer te saca 10 años.

La certificación de la teoría aparece al final del párrafo. La mujer no puede superar en ningún caso en más de 5 años a su marido, la mitad de lo exigido a ellos. 

Que este manual lleve tanto tiempo en circulación sin que ninguna autoridad civil (incluso eclesiástica) se haya pronunciado al respecto no es más que un síntoma de un problema mayor. El de una sociedad desigual y aún muy tolerante con el machismo y con la bula eclesiástica para adoctrinar más allá de sus dogmas de fe

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