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19 de diciembre de 2018

CALENTURAS JAPONESAS


Si hay un país tradicionalmente innovador en el sexo es sin duda Japón, con sorprendentes costumbres y ofertas de servicios sexuales, algunas de las cuales se describen a continuación:

Vitrina con bolsas de bragas usadas 
Burusera. Es un tipo de tienda en Japón en donde jovencitas venden sus bragas usadas. Los clientes son usualmente hombres japoneses que huelen o experimentan de algún otro modo con las bragas para obtener estimulación sexual como un tipo de fetichismo.

Lo más habitaual es que las chicas compren unas bragas de las más baratas que puedan encontrar, las utilizan esas bragas durante varios días seguidos, sin cambiárselas, y, cuando están lo suficientemente sucias, solo hay que ir a una de estas tiendas para entregar las bragas usadas. A veces, las chicas se quitan las bragas allí mismo, lo que recibe el nombre de namasera, que le da un plus a las bragas porque queda totalmente claro que son material con "certificación de autenticidad".

Para completar el paquete, el vendedor suele incluir una foto de la chica junto a las bragas, para excitar aún más la imaginación de sus futuros compradores, y guarda ambas cosas en envoltorios de plástico transparente colocando las bragas de forma cuidadosa, de forma que la parte de la entrepierna, la que generalmente tiene las manchas del uso cotidiano de la prenda, quede a la vista de los posibles compradores.

Máquina expendedora de bragas usadas 

Existen también en algunos locales especializados máquinas expendedoras de bragas usadas de colegialas El artilugio se corresponde con una máquina expendedora de tabaco, reciclada para vender bragas usadas de colegialas Las braguitas vienen envasadas al vacío para conservar la "frescura" según dice en el embalaje. Además, la empresa vendedora asegura que todas las bragas que venden han sido llevadas al menos una vez. Los paquetes vienen acompañadas de una foto de su supuesta propietaria.
Movidas por la crisis económica, la falta de oportunidades laborales para los jóvenes y la necesidad de comer, cientos de mujeres apuestan por vender sus braguitas usadas en foros de internet. Aunque este fetiche ya estaba a la orden del día en Japón, donde existen incluso máquinas expendedoras donde comprar supuestas braguitas usadas por colegialas japonesas, en los últimos años ha llegado también a España.
La mecánica es tan sencilla como desvestirse. Algunas páginas web dan la posibilidad a las mujeres de que pongan sus prendas a la venta. Sólo han de presentarse en un foro habilitado para ello con algunas fotos sugerentes, una breve descripción... Y pueden comenzar a postear hilos con su ropa íntima, con ciertos requisitos.
En primer lugar, cuantos más días de uso tengan las braguitas... mejor. Su precio se eleva si son varias jornadas seguidas de uso, si se va al gimnasio con ellas, si las mujeres se masturban con ellas o tienen restos de fluidos o escatológicos. Además, tampoco hace falta que sea lencería fina. Es más, algunos compradores solicitan que sean lo más normales posibles. En grandes superficies se pueden comprar packs por un euro.
Una vez hecha la transferencia, la braguita se introduce en una bolsa de plástico al vacío -sí, de las que se utilizan para congelar alimentos-. El vacío ayuda a conservar el olor de la prenda, que se introduce en un sobre de plástico de burbujas. Algunas de las webs, incluso, recomiendan introducir notitas o pequeños detalles de las usuarias de las braguitas, que por supuesto resultan ser falsas.

Enjo Kosai. Es el nombre de las citas entre hombres maduros y colegialas, a veces sólo para pasear juntitos de la mano, y a veces para tener sexo. Es el medio que usan las jóvenes para conseguir artículos de lujo y de marca. 

Imekura o Clubes de Imagen. Son lugares donde el fetichismo campa a sus anchas. Cada club está especializado en una imagen concreta y en su correspondiente uniforme: colegiala, enfermera, policía, azafata… Los más “tradicionales” son los “Maid Cafés”, donde las camareras van vestidas de criadas y tratan a la clientela como “auténticos señoritos”. Algunos Clubes están especializados en exhibicionismo, con lo que un cliente puede contratar a una colegiala para que le acompañe en un viaje en metro, por ejemplo, y practicar sexo con ella en el andén, o incluso en el vagón.

Love Hotels o Hoteles del amor. Habitaciones temáticas y totalmente equipadas para el “amor” que se alquilan por horas.

Hosts Clubs o Clubes de anfitriones. Lugares donde acuden mujeres y pagan por la compañía de jóvenes apuestos que las entretienen, conversan con ellas, las aconsejan y en ocasiones (dependiendo del local) comparten sexo.

Talleres
JK sagyōsho o “talleres”. Muchachas vestidas con uniformes escolares de falda corta posan sentadas con las piernas abiertas , mientras al otro lado de la habitación donde se encuentran estas chicas hay hombres que pagan por poder mirar las bragas de estas muchachas durante un tiempo determinado mediante espejos.
Enjo Kosai. Es el nombre de las citas entre hombres maduros y colegialas, a veces sólo para pasear juntitos de la mano, y a veces para tener sexo. Es el medio que usan las jóvenes para conseguir artículos de lujo y de marca.

Pink Salons o Salones Rosas. Son locales especializados en sexo oral. Están haciendo furor por sus precios casi ridículos. Son locales con baja iluminación donde cada cliente se sienta, y al cabo de un rato, una empleada se le acerca y le practica sexo oral. Al cabo de unos diez o quince minutos, se acerca otra chica diferente para hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta agotar el bono de tantas sesiones como el cliente haya comprado.


Terekura o Clubes de Teléfono. Fomentan el primer contacto de muchas jóvenes con el mundillo de la prostitución. Los clientes, siempre hombres, van a estos clubes, se sientan en un cubículo que tiene un teléfono a esperar la llamada de alguna de estas jovencitas. Para las chicas, el número de teléfono es gratuito; es el cliente el que corre con los gastos de la llamada. Suele ser una de las formas más habituales para el “Enjo Kosai”.

Pantsu Getta. El nuevo juego de moda. Comienza cuando una mujer publica un mensaje en un foro anunciando que ocultó su ropa interior usada (y que ya no necesita) en una determinada zona de la ciudad. Entonces, todos los interesados deberán buscar la prenda en la calle y pedir más pistas a la chica a través de Internet. El juego concluye cuando el afortunado comunica los detalles en el mismo foro, entre otras cosas para que nadie siga buscando.

No-pan kissa o cafeterías sin bragasUna no-pan kissa, que se traduce literalmente como “cafetería sin bragas”, son cafeterías en las que las camareras visten cortísimas minifaldas sin llevar nada de ropa interior. Además, partes del suelo de la cafetería están cubiertas de espejos para que se vean bien todos los “encantos” de las camareras. 
Fuentes : El Mundo- Suplemento Papel -2/6/2016 /https://japonismo.com / https://atomix.vg

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