Droga es toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce una alteración de algún modo, del natural funcionamiento del sistema nervioso central del individuo y es, además, susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas. ( Organización Mundial de la Salud)
LA HOJA DE LA COCA
La hoja de la Erythroxylum coca no es una droga, sino un producto no aditivo que se consume mediante el mascado o mediante bebidas o infusiones confeccionadas con un extracto de ésta. Posee proteínas, vitaminas y minerales que la hacen no solo una excelente opción nutritiva, sino además una vía para curar diversas enfermedades. Cada 100 g de hoja de coca contiene: total de nitrógeno 20.06 mg; alcaloides no volátiles totales 0,70 mg; grasas 3.68 mg.; carbohidratos 47.50 mg.; beta caroteno 9.40 mg.; alpha-caroteno 2.76 mg.; vitamina C 6.47 mg. y vitamina E 40.17 mg.
LA COCAÍNA
La cocaína es una droga adictiva obtenida de la hoja de coca , sintetizada por primera vez ( (extraída de las hojas de la coca) en 1859 por el químico alemán Albert Niemann y no fue sino hasta 1880 cuando empezó a hacerse popular en la comunidad médica. Fue comercializada como medicamento en Estados Unidos en 1882, fundamentalmente para el dolor odontológico en los niños y para el tratamiento de la gota.
En 1884, Sigmund Freud escribió su famoso trabajo Sobre la coca, en el que afirmaba que esta sustancia era un medicamento muy eficaz para combatir la depresión, eliminar molestias gástricas de tipo nervioso e incrementar la capacidad de rendimiento físico e intelectual. Afirmaba también que no producía hábito, ni efectos secundarios, ni vicio. Tras cinco artículos de auténtico proselitismo sobre la cocaína, convertido en un adicto Freud abandonó su defensa y finalmente se negó a que éstos figurasen en sus obras completas, tras comprobar sus efectos indeseables. No obstante, recomendó la cocaína al oftalmólogo Carl Köller, quien descubrió su gran valor en la cirugía ocular. como la intervención de cataratas. El fármaco administrado en forma de colirios no sólo adormecía el ojo sino que restringía el sangrado porque estrechaba los vasos sanguíneos. Con este descubrimiento, la medicina dio un paso de gigante y nació la anestesia local.
Obtención de la cocaína
La obtención de la cocaína se consigue tras someter a las hojas de coca a un proceso químico largo y complicado de transformación. Las principales vías de administración de la cocaína son oral, nasal, intravenosa y pulmonar. La forma de administración nasal, conocida como “esnifar” o “snorting”, es el proceso de inhalar la cocaína en polvo por la nariz, de donde pasa directamente a la sangre a través de las membranas nasales. También se puede aplicar la droga directamente sobre las mucosas. La inyección o la administración intravenosa transporta la droga directamente a la sangre aumentando así la intensidad de su efecto. Al fumar, se inhala el vapor o el humo de la cocaína a los pulmones, donde la sangre lo absorbe a la misma velocidad que cuando se inyecta, resultando un efecto eufórico casi inmediato.
LA NOVOCAÍNA DE LOS AÑOS 30
Estaba oculta en maletines, bolsillos falsos, monederos. Podía encontrarse en los lugares del hampa y los cabarets, los locales de cuplé y jazz. El periódico El Sol, el 1 de febrero de 1931, hizo un recorrido por los orígenes de una cocaína y novocaína muy vinculadas al dandismo y la bohemia:
«En Europa fue Francia quien primero se entregó al cocainismo, y en 1912 comenzaron a conocerse los primeros focos entre los estudiantes y bohemios del Barrio Latino y de Montmartre. Durante la guerra causó grandes estragos en la población civil y entre las tropas, especialmente los aviadores. En cambio, la aviación alemana sufrió más los efectos del morfinismo. En la actualidad, parece haber decrecido el cocainismo en todo el mundo».
La cocaína, a comienzos de siglo, recibía el nombre de «cocó» o «mandanga». Pero los traficantes pusieron de moda una nueva sustancia que se hizo rápidamente famosa a partir de los años 30: la novocaína.
Ya se usan algunos sustitutivos, entre los cuales se distingue la novocaína, con una toxicidad tres veces menor que la cocaína, y como ella, desprovista de acciones secundarias, irritación, etc. ( Crónica, 14 de julio de 1935)
En una habitación del piso que Martínez tenía alquilado en la calle Arco del Teatro encontraron los agente Franquero y Laguardia estos ochenta frascos de cocaína y morfina, ocultos en el espesor de un tabique... También había una partida de tabaco inglés y americano, falsificado.- Sustancias requisadas. Frascos de cocaína y morfina ( CRÓNICA, 27 de octubre de 1935)
La morfinómana acaba de hacer la mezcla en un vaso, y de aplicarse una inyección. El tóxico empieza a hacer su efecto, y la expresión del rostro de esta mujer delata, por lo típica, el empleo del estupefaciente ( CRÓNICA, 30 de junio de 1935)
La «mandanga», al ser más cara, dio lugar a que los traficantes vendieran novocaína en lugar de cocaína, mucho más barata y difícil de distinguir previamente.
Cinco gramos de “coco” pura, por los que se han pagado unos seis duros, se transforman, una vez pasada la frontera, en veinticinco gramos, gracias a la eficaz ayuda del ácido bórico, la fenacetina y la novocaína, que no es tóxico». ( Crónica, 27 de octubre de 1935)
Dos expresiones características de la mirada de una cocainómana. Arriba: la de abatimientos, cuando la intoxicada lleva algún tiempo sin tomar la droga. Abajo:la de excitación y extravío, cuando la paciente se halla, en pleno, bajo el efecto de la cocaína ( CRÓNICA , 30 de junio de 1935)
Del mismo modo, Crónica afirmó que :
«... la novocaína es anestésico, no tóxico, y, por tanto, tenía la venta libre. No hay más que esperar la llegada del cliente, y cuando este se presenta, rodear la cosa de mucho misterio e ir sencillamente a la farmacia a comprar el anestésico, que luego se vende como cocaína pura. Las ventajas son dos: primera, que sale mucho más barato, y segunda, que si la Policía sorprende al traficante no puede hacerle nada, porque no se trata de un expendedor de drogas tóxicas, sino, todo lo más, de un ciudadano que se dispone a realizar una minúscula estafa». Sin embargo, los consumidores de droga lo notaban enseguida desde que la consumían. Su sabor era más dulce y descomponía el cuerpo. Nada más tomar una dosis llegaban las náuseas y los dolores estomacales.
Estuches farmacéuticos de novocaína de la época
La novocaína entró rápidamente a formar parte de las sustancias «peligrosas» asociadas al jazz, el ambiente de los cabarets y a la noche. Los periódicos retrataron el ambiente de los locales nocturnos en lugares como el barrio Chino de Barcelona y su consumo de cocaína y novocaína. Hubo periodistas que siguieron durante toda la noche a los «novocainómanos» y aseguraron que eran aspirantes a dandis.
CRÓNICA Y LA NOVOCAÍNA -14 de julio de 1935
La asociación entre amantes del jazz, bailarinas y noctámbulos con la novocaína y la cocaína se hizo evidente. Crónica lo explicó así:
Se inicia la Primera Guerra Mundial y Barcelona se llena de cocottes francesas dispuestas a vaciar los bolsillos de una burguesía catalana que ve en el conflicto una ocasión de enriquecerse. Parisinas que llegan acompañadas de una cajita de polvo blanco que al inhalarla provoca risas. La cocaína se convierte entonces en una sustancia cuyo uso denota elegancia, estar a la última, saber vivir la vida, conocer los ambientes canallas de Barcelona. En fin, todo lo que los corridos de Barcelona quieren aparentar [corrido es el nombre que los barceloneses de antes de la Guerra Civil daban a la persona que se corre las juergas].
Tango de la cocaína (1926)
Letra:
Soy una flor caída del vicio fatal
esclava por el destino vencida,
sola en el mundo nacida del pecado,
un desalmado me hizo mujer.
Fue aquél querer el yugo engendro del mal pendiente
fatal de mi alma verdugo.
Y al fin caída por el fango envilecida
para todos soy juguete de placer.
Y en la cocaína que otro mundo me ilumina
busco calma para mi alma de mujer.
Ella endulzó la hiel
de este dolo que me hizo cruel,
cocaína, se que al fin me ha de matar!
Me asesina, pero calma mi pesar.
Si me deja, todo es sombra en mi vivir.
Sé que al fin me ha de matar
pero no me hace sufrir.
Con la ilusión perdida ya nada
del mundo espero,
ni ya me importa la vida.
Desvanecida la sombra del pasado
y destrozado mi corazón.
Busco en el mal ansiosa la droga encontrar
que al fin me ha de dar la muerte piadosa.
Reina de la orgía su bendita tiranía
poco a poco consumiendo va mi ser.
Ella me domina y otro mundo me ilumina
cuando calma busca mi alma de mujer.
Ella endulzó la hiel
de este dolo que me hizo cruel,
cocaína, se que al fin me ha de matar!
Me asesina, pero calma mi pesar.
Si me deja, todo es sombra en mi vivir.
Sé que al fin me ha de matar
pero no me hace sufrir.
Fuentes : Aprendiendo de las drogas: Usos, abusos, prejuicios y desafíos – Antonio Escohotado-Editorial Anagrama / https://www.alainet.org /Agente provocador-Vol.1 - V.V.A.A. Editorial La Felguera
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