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2 de septiembre de 2019

EROTISMO Y PORNOGRAFÍA JAPONESA


A diferencia de nuestra cultura occidental, donde el cristianismo siempre ha contemplado el sexo como una actividad pecaminosa y la prostitución como un acto degradante, el sintoísmo y el confucianismo siempre han entendido ambos conceptos como refuerzos del orden y la cohesión del grupo. Así, mientras en Occidente la tradición religiosa ha creado una imagen del cuerpo como una fuente de pecado y ha desplazado el sexo al ámbito de la más estricta intimidad, en Japón el sexo se ha percibido históricamente con una mayor naturalidad, y ha ocupado un lugar destacado en el orden social. 

Actualmente quedan vestigios de estas costumbres, como el Kanamara Matsuri (Festival del Pene), que cada año se celebra en el santuario de Kanayama, situado en Kawasaki, una localidad cercana a Tokio, fiesta religiosa que exaltan de forma explícita la fertilidad y la armonía sexual y que reúnen cada año en Japón a decenas de miles de seguidores.

 


Durante el siglo XVI , Japón entrará en contacto con la cultura europea a través de acuerdos comerciales y misiones religiosas, cuyos valores puritanos no llegan a influir realmente, en la sociedad nipona ni en su manera de concebir las relaciones eróticas, y aunque tanto la mitología japonesa como su principal religión, el sintoísmo, ofrecen muy poca información referente al sexo, no sucederá lo mismo con las creaciones artísticas en su conjunto. 

Será durante el periodo Edo (1603-1868) cuando la impronta de la erótica en la vida diaria nipona será mayor, y cuandose popularizó el arte shunga, un género dentro del ukiyo-e que consistía en dibujos grabados en madera en libros, acompañados con pequeños relatos de la situación en la que el dibujo tenía lugar. 

Shunga es un género de producción visual japonés que tiene como tema principal la representación del sexo. La traducción literal del vocablo japonés (de origen chino) shunga significa «imágenes de primavera», siendo «primavera» un eufemismo común para el acto sexual. Las escenas describían relaciones sexuales de todo tipo, incorporando en ellas a los más variados actores de la sociedad japonesa de entonces, como a los miembros de la clase comerciante, samurais, monjes budistas e inclusive seres fantásticos y mitológicos. Está vinculado, principalmente, con la producción gráfica conocida como «estampas del mundo flotante», o xilografía ukiyo, a partir de imágenes de álbumes o de ilustraciones de textos de la literatura popular de entonces, así como con la producción pictórica de la época. A pesar de que su producción estuvo marcada por regulaciones y prohibiciones por parte del gobierno, la realización de este tipo de obras continuó prácticamente hasta la prohibición de material «obsceno» en el Código penal japonés del año 1907. 

VÍDEO: SHUNGA: el erotismo en la estampa japonesa.

La gran mayoría de los ilustradores del género shunga realizaron este tipo de imágenes debido, entre otras razones, a que tanto artistas como editores obtenían buenas sumas de dinero de la venta del material, incluso a pesar de estar vigente alguna prohibición, por lo que existe una gran cantidad de imágenes que fueron realizadas por ilustradores de renombre. Por otro lado las mismas prohibiciones llevaban a sus creadores a no firmar sus trabajos, pero a modo de que la gente supiera el autor, desarrollaron una serie de artimañas, como poner en las imágenes sobrenombres o señales apenas perceptibles, que eran fácilmente identificables para el público de la época.

El sueño de la mujer del pescador

Esta famosísima estampa erótica, bautizada en principio como Buceadora y pulpo y conocida poéticamente como El sueño de la mujer del pescador, en la que una hermosa mujer desnuda, con el pelo húmedo y suelto, está acostada entre unas rocas frente al mar. mientras un enorme y expresivo pulpo estimula su vagina y rodea su cuerpo con varios tentáculos, mientras un pulpo de menor tamaño le acaricia un pezón y roza sus labios, es una de las obras maestras del artista japonés Katsuhisha Hokusai, y forma parte del álbum de estampas eróticas (shunga) llamado Kinoe no komatsu y publicado en 1814. En realidad Hokusai no fue el primero en imaginar ese tipo de escenas, aunque sí el que mejor las plasmó… Muchas de las abundantes imágenes de la época que incluyen buceadoras y pulpos se pueden interpretar como parodia erótica de una antigua historia popular en Japón durante el período Edo: la leyenda de Taishokan y en particular el episodio de la toma de la joya o Tamatori Monogatari. En la historia original, una buceadora se sumerge en las profundidades del océano para recuperar una gema de valor incalculable que había sido robada a su hijo por el rey Dragón del Mar. Una vez con la joya en su poder, y mientras volvía a la superficie gracias a una cuerda atada a su cintura, fue perseguida por un ejército de monstruos subacuáticos y atacada por un feroz dragón marino. En lugar de defenderse y correr el riesgo de perder la joya, la buceadora se abrió el pecho con una daga y escondió la gema en su interior… El dragón la asesinó, pero al encontrarse el cadáver de la valiente pescadora, su hijo pudo recuperar la piedra preciosa.

En su origen el Taishokan era una historia solemne y de tintes religiosos, y el episodio del Tamatori se subrayaba como ejemplo de la abnegación y sacrificio femeninos. Pero no solo sólo Hokusai sino muchos otros artistas de su época parodiaron la leyenda convirtiendo el dragón marino que perseguía a la pescadora en un pulpo con intenciones libidinosas. 

El texto que acompaña a El sueño de la mujer del pescador no deja dudas ni sobre el origen del grabado ni sobre el placer que siente la pescadora. 
El pulpo grande dice: 
Me preguntaba cuándo, cuándo llegaría la hora del rapto, pero ese día ha llegado. Al menos ella ya ha caído en mis redes. Y digan lo que digan, es un coño de lo más rellenito y apetecible. Aún más que una patata. Chupar y chupar hasta saciarse, y luego llevármela al palacio del rey Dragón, y hacerla prisionera”. La buceadora susurra (elimino las abundantes onomatopeyas de gemidos y resoplidos): “Ah, este pulpo odioso, chupando la piel de la boca interior de mi útero hasta dejarme sin aliento, ¡que me corro! Con su boca prominente provoca mi vagina abierta. (…) ¡A ver! ¿Qué diríais, qué diríais si ocho piernas os abrazaran? Oh, está hinchándose adentro, las secreciones rezuman como agua hirviendo. Siento cosquillas, una tras otra hasta perder la cuenta, límites y barreras desaparecen… Ya estoy… ¡Me corro! ¡Me corro! 
El pulpo pequeño, mientras tanto, parece más concentrado en su labor:
Cuando mi pariente haya acabado, también yo usaré mi boca prominente para restregársela desde su clítoris hasta su culo hasta hacer que se desmaye, y cuando vuelva en sí, volveré a hacérselo, jeje.
Netsuke

En realidad Hokusai no fue el primero en imaginar ese tipo de escenas, aunque sí el que mejor las plasmó. Ya en el siglo XVII se fabricaban netsuke (pequeñas estatuillas de marfil) que empleaban este motivo: a veces de forma sugerida y en otras ocasiones de manera explícitamente sexual. Estos netsuke se empleaban a modo de broches de los que colgar monederos o bolsitas de los kimonos tradicionales, carentes por completo de bolsillos, y permitían añadir un toque de libertad y picardía en las decoraciones estrictamente reglamentadas de la vestimenta. En la actualidad se siguen produciendo muy buenos netsuke, empleando marfil de mamut (ya que los elefantes son especie protegida), plástico o madera. Y en muchos de ellos siguen apareciendo variaciones del pasatiempo erótico preferido de la pescadora de Hokusai: piezas ideales para la colección de cualquier erotómano. 


Japón empezó a sufrir la censura en 1917 ,y si hasta entonces casi todo el arte japonés estaba exento de trabas gubernamentales, empezó a aplicar una reglamentación que ya no les permitía exhibir las relaciones sexuales de una forma tan gráfica como lo habían hecho por ejemplo las estampas pornográficas Shunga. Así, el artículo 175 del Código Penal japonés modificado varias veces desde su implementación en 1907, establece que :
Aquella persona que distribuya, venda o exhiba públicamente un texto, una imagen u otro tipo de material obsceno, será castigado con una pena de más de dos años y una multa de no más de 2 millones y medio de yenes. La misma pena se aplicará a la persona que posea lo anterior para el propósito de su venta.
Se castigaba la venta y posesión de de imágenes obscenas, si bien el concepto de obscenidad tenía varias interpretaciones. Así, en 1920 se aseguraba que dicha palabra describía los actos ilícitos contra la política nacional pero no se hacía referencia a ningún elemento relacionado con el sexo más allá de este contexto. Así, si un artista se refería a la vida íntima del emperador o algún político de renombre, por leve que fuera la insinuación, podía ser juzgado por infracción grave de la ley, pero si se describía explícitamente cualquier acto sexual de un ciudadano de pie, la infracción perdía su gravedad. 

Esa indeterminación, también suponía el desconocer que parte del cuerpo humano era susceptible de ser considerada deshonroso. En este punto, el vello púbico de la mujer se llevó la peor parte, pasando su visión a a ser obscena a partir del año 1960. Algo extraño si al mismo tiempo se puede contemplar sin problemas, la degradación de la mujer, la tortura de la misma , o, en general, aceptar como correcta la violencia sanguinaria en cualquier expresión artística , y, por el contrario, rechazar la muestra de los genitales.

Actualmente la censura de la imagen del pene y de la vagina en publicaciones y cine japonés se mantiene, aportando a este género una cualidad única y particular que es única en el mundo entero. No existen problema a la hora de mostrar senos o traseros (o incluso detalles explícitos del ano y de su interior), pero el resto tiene que ser tapado por medios digitales, el famoso pixelizado. Cuando no existían esas técnicas,los realizadores se las ingeniaban para coreografiar la escena de un modo que se taparan las partes prohibidas con objetos del mobiliario o con niebla. 

La censura de las partes íntimas de la mujer, alude al deseo masculino y pedófilo de que ellas no pierdan nunca el estatus de niña, al igual que en la iconografía de las geishas, utilizando su maquillaje blanquecino o la pintura mínima de sus labios para que parecieran muñecas. Asimismo el aspecto virginal de la mujer disminuye con la profusión del vello púbico, un pelo frondoso que ni siquiera está arreglado en las ingles.

Aunque la censura se ha ido relajando en los últimos años, sigue estando presente en todas las producciones donde aparecen desnudos acompañados de actos sexuales, lo que afecta directamente a toda producción pornográfica que se realiza en el país o que se importa al archipiélago.

BREVE DICCIONARIO ERÓTICO JAPONÉS


Bokashi 

Velado o el borrado total o parcial de una imagen, lo que en inglés se denomina fogging o blurring. El verbo bokasu de hecho significa oscurecer. Con este tipo de efecto mosaico se pretende ocultar el vello púbico y los genitales ya que su exposición pública es considerada obscena y está penalizada por el artículo 175 del Código Penal japonés. 

No obstante, a partir de los años noventa la ley se ha ido relajando poco a poco y en estos momentos sólo se censuran primordialmente aquellas escenas de desnudos que van acompañadas del acto sexual, lo que incluye, por supuesto, a toda la producción pornográfica que se realiza en Japón o que se importa en el país.


Ero-guro 

Constituye un género e el que pueden encontrase pulpos violadores, intestinos enamorados, lamidas de córneas, genitales pixelados, cuerpos amputados, torturas imposibles… son algunos de los ingredientes más insólitos del eroguro, género de géneros netamente japonés que nace de la combinación desenfrenada de tres elementos fundamentales: el erotismo, lo grotesco y lo absurdo. Contempla un mundo de erotismo extremo, corrupción física y moral, decadencia, deformidad y crueldad, que en su esencia última manifiesta un trasfondo absurdo y nihilista de la existencia, donde se confunden la risa y el horror, el placer y el dolor, lo monstruoso y lo sublime.


El porno tentacular

La censura también ha originado una forma curiosa de representar algunos elementos prohibidos, dando lugar a una serie de juegos eróticos que abundan en el porno japonés, y que han constituido rasgos identificativos del mismo. Una estampa típica del sexo japonés es aquel protagonizada por una mujer penetrada por varios tentáculos, género desarrollado por varios autores para evitar a la censura japonesa que prohibía mostrar penes en las obras pero que aparentemente no prohibían mostrar penetraciones sexuales de tentáculos o similares.

Más allá de su espectacularidad gráfica, la utilización de tentáculos no deja de tener cierta lógica práctica. Un manojo de tentáculos prensiles pueden emplearse para lo mismo que unas manos (inmovilizar, desnudar arrancando la ropa a tirones, apretar los pechos, acariciar, abofetear…) y para lo mismo que un pene (arrojar líquidos de variado color y consistencia sobre la piel, penetrar por cualquier orificio corporal disponible…).


La analogía entre un tentáculo y un pene, en la sexualidad cefalópoda responde a una necesidad masculina de acariciar, multi-penetrar, poseer y, sobre todo, abrumar a la pareja sexual sublimando las propias limitaciones fisiológicas, permitiendo celebrar una orgía completa con sólo dos participantes. Complementariamente, responde a una necesidad femenina de ver estimuladas todas sus zonas erógenas por un amante omnipresente y simultáneo, en un larguísimo orgasmo con un fuerte componente de abandono, sea activo sexo húmedo y lascivo, resbaladizo y apasionado, animal y primario.

Es un género comprendido en el ero-guro , con raíces en el arte erótico japonés antiguo, y cuyo éxito ha supuesto que sea considerado como un género separado. Se trata de un género erótico en el que varias criaturas con tentáculos violan a personajes femeninos jóvenes , aunque también puede darse el caso que en la escena erótica representada ambas partes den su consentimiento. Muchos de los títulos bajo este género consisten en dominación o humillación, combinados frecuentemente con el fetiche bondage. 


Hentai 

Significa 'pervertido/perversión' o 'transformación', y da nombre al género del manga y el anime de contenido pornográfico.


Pinku 

Cine erótico


Pinku Eiga 

Género cinematográfico japonés que se caracteriza por presentar argumentos que incluyen escenarios eróticos o violentos con apariciones recurrentes del sexo explícito, en los que participan personajes de carácter rebelde o promiscuo, y en los que intervienen elementos como el asesinato, el sexo explícito, el abuso sexual, el secuestro y el BDSM ( Acrónimo de Bondage: B, Disciplina y Dominación: D,Sumisión y Sadismo: S, y Masoquismo: M)

Generalmente el hombre adopta la postura dominante y la mujer la de la figura sumisa que recibe todo tipo de vejaciones que al final habitualmente acaban por satisfacerle.

ñ

Roman porno 

El Roman porno es cine erótico no pornográfico, que llega en los años setenta , en el que las escenas sexuales son simuladas, no mostrándose zonas íntimas o vello púbico, para lo cual se utilizan todo tipo de trucos , normalmente optando por poner una gama variada de objetos, floreros, teteras, ....., entre la cámara y el objeto censurado.



Fuentes: Cine erótico a la japonesa - Juan M. Corral –T&B Editores/ Eroguro-Jesús Palacios - Editorial Satori /https://japonismo.com / http://revistacultural.ecosdeasia.com/

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