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24 de septiembre de 2019

CHARLATANES Y PRODUCTOS MARAVILLOSOS ( Parte 1 de 2 )

charlatán

1.Que habla mucho y sin sustancia. 
2.Hablador indiscreto.
3. Embaucador 
4.Persona que se dedica a la venta ambulante y anuncia a voces su mercancía.

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española

En los diccionarios de la lengua toscana de finales del siglo XVI el charlatán aparece como un practicante pobre de la medicina, un traficante ambulante de ungüentos y otros remedios, que sacaba dientes y publicitaba sus productos en las plazas , apelando a la acrobacia, la recitación, los juegos de magia, la retórica, el canto y la comicidad. Sus productos no hacían crecer el pelo ni volvían los muertos a la vida; no proporcionaban la juventud eterna ni de otros milagros que eran pregonados para atraer a un público ignorante pero necesitado de curación de enfermedades reales, sin importar cuántas veces se hubiera denunciado que los vendedores de secretos vendían, en realidad, mentiras.

Los charlatanes , que llegan a alcanzar su máximo esplendor entre los siglos XVI y XVIII , utilizan el espectáculo como medio de promoción y venta de sus "productos maravillosos", que tienen muchas semejanzas con el teatro popular: los charlatanes y los actores llevaban el mismo tipo de vida errante y su éxito se vinculaba a la capacidad de hablar en público, en la escenificación, el gesto, a la astucia y los juegos de palabras, y sobre todo a hacer verosímil una buena historia. Detrás de lo pintoresco y popular se esconde un fenómeno perfectamente imbricado con la realidad desde hace siglos. Los charlatanes, a veces por azar y a veces por la capacidad para predecir las expectativas de los pacientes, supieron sobrevivir en el tiempo y adaptarse a las geografías humanas más diversas.


Ya en la Edad Media, la figura del charlatán se corresponden con un  médico que va de plaza en plaza, que hace operaciones pequeñas y vende determinados ungüentos apelando a cierto origen exótico de los remedios que ofrece, ya sea de África, Asia o América. Un remedio que les ha llegado a través de un intermediario que les ha revelado su secreto. Además, el teatro era la gran estrategia para vender, apelando  a los saltimbanquis y a la música congregando a la gente en la plaza a través de un espectáculo. Estas dos estrategias, lo exótico y lo teatral, son bastante antiguas y se prolongan hasta el siglo XIX. En Italia era un charlatán clásico que usaba la música como atracción, y que sin embargo al llegar a América, cambia su estrategia de atracción y lo que hace es montar un museo de historia natural, una colección con la que viaja, y empieza a presentarse como un naturalista viajero que está recorriendo el continente. Esto habla del poder de observación de estos personajes, que se dan cuenta de lo que la gente está esperando y se lo dan . 

La capacidad para el marketing de los charlatanes era brillante , e igual permitía  vender en Italia una crema que estaba patentada como crema del Ejército, con una composición conocida para varias dolencias, como transformarla cuando llega a América,  promocionándola como "crema incásica" asegurando , en la promoción, que la encontró excavando en unas cavernas bolivianas en la que encontró la momia. Allí encontró unas ánforas repletas de este remedio que tendría unos remedios curativos extraordinarios. Un secreto que vendría de una cultura milenaria desaparecida. 

Es una buena muestra de esta práctica que todavía se mantiene hoy, el atribuir poderes curativos a lo exótico, transformando una crema que traía de Italia en un remedio para todo aprovechando el prestigio que empezaban a tener las antigüedades incaicas en el siglo XIX tanto en América como en Europa.

Los charlatanes aprovechan los mercados y las ferias para anunciar y vender sus productos buenos para todo ,rodeados de atracciones, magos y fenómenos. El show para vender un tónico maravilloso que lo cura todo va acompañado de espectáculos de variedades con actores con la cara pintada de negro, bailarinas hawaianas y cómicos, en un escenario decorado con láminas de anatomía en donde se localiza el origen de la dolencia.


Vender y convencer fueron las necesidades del charlatán  para sobrevivir, y vender y convencer son los objetivos fundamentales que definen tanto a la publicidad como a la propaganda.  El charlatán es  un comunicador cuyo éxito pasa por convencer a sus auditorios para que crean lo que dice y adquieran lo que vende., y para ello debe utilizar todos los recursos comunicativos posibles para lograr su fin.

Estos personajes fueron los grandes impulsores de una publicidad que muy pronto se generalizó en las páginas de los periódicos, con anuncios que reflejaban en el papel las mismas claves provocativas y espectaculares desarrolladas en la comunicación oral. 


Si se analiza la oferta de anuncios que más presencia tuvieron en la prensa española desde sus inicios, a mediados del siglo XIX, aparecen tónicos, jarabes, elixires y otros remedios que los charlatanes vendían en la calle y que ahora lo hacían a través del correo si el anuncio lograba su fin de captar la atención. 

Un artículo del Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia del 24 de octubre de 1852 lo advertía con toda elocuencia:
Es muy cierto: el charlatanismo, indígeno [sic] de todos los países, reina aquí como soberano de algunos años a esta parte y va invadiéndolo todo. Los periódicos y las esquinas se llenan diariamente de anuncios y carteles de charlatanes doctores, y de doctores y no doctores charlatanes en que ofrecen al público prodigios; en la última plana de los periódicos se ven multitud de anuncios de remedios secretos cuya venta prohíben las leyes.

En Francia en el siglo XIX, se empieza a limitar quién puede curar y con qué remedios, y con una legislación estricta se persigue a los charlatanes, se difunden sus nombres en los periódicos con nombre y apellidos, les ponen multas, van presos, tienen juicios y demás. Pero eso no significa que se hayan acabado. Es cierto que con legislaciones y tribunales médicos bien establecidos, la práctica de la charlatanería empieza a restringirse. Pero eso no ocurre al mismo tiempo en todo el mundo: en esa época están permitidos en Italia, por ejemplo. Allí son una profesión, la más baja categoría de los médicos, como podían ser los barberos y más arriba los cirujanos. Los charlatanes estaban habilitados para hacer algún tipo de operaciones, como extirpar verrugas, y para vender remedios que estuvieran aprobados por los tribunales de medicina locales. Es un tipo de medicina que se realiza en espacios públicos, en la plaza. Ellos trabajaban con médicos y por lo general viajan con ellos, que son quienes les firman las recetas. Fue una asociación entre médicos y charlatanes que prosperó y hasta incluso cuando la charlatanería estaba arrinconada.
Ya a finales de del XIX y principios del XX , los charlatanes atrayendo  a golpe de voz y espectáculo a la gente, venden en puestos ambulantes en calles y plazas, productos milagrosos: pociones mágicas hechas de aceites esenciales, plantas medicinales y alcoholes; pastas mugrientas que se aplicaban como parches y que supuestamente curaban todo tipo de afecciones: dolores musculares, golpes, dolor de cabeza, migrañas, tos, picaduras de insecto, heridas ... , como el Ungüento de la Serpiente y Bálsamo Tigre el  parche llamado Serptuga, para cuya venta el feriante atraía a la gente utilizando una tortuga y una serpiente vivos y un mono que saltaba y corría alrededor de la parada , y que eran la atracción de grandes y pequeños. 

León Salvador

El más famoso charlatán que hubo en España, fue el popular León Salvador ( 1873- 1949), que bien trajeado, a veces con corbata y sombrero y otras con txapela y un lápiz en la oreja derecha, vendía relojes, pulseras y medallas en "oro de ley",.... y el producto que le hizo más popular: las hojas de afeitar marca Piel Roja fabricadas cerca de Irún, y cuya actuación definía de la siguiente manera el escritor Galo Vierge “Bonarillo :
Subido sobre un tabladillo profusamente iluminado con dos grandes bombillas a su derecha y a su izquierda como una guardia de honor,dos viejas maletas portadoras de los famosos relojes,brochas y cuchillas de afeitar,lapices y pitilleras que le dieron fama y dinero ! Duros a peseta¡ Como León Salvador no hay nadie¿ No ven ustedes que soy como un gran artista que trabaja siempre a teatro lleno?!Animense que solo llevo engañandoles cincuenta años¡El primitivo altavoz difundía crujiente y a los cuatro vientos su voz de esparto. 
Señores,advertía,mientras se santiguaba mirando al cielo,les ofrezco a vds. un hermoso reloj del sistema patatometro,con su correspondiente cadena de tres DUROS. Y no esto solo,no,que va. El que se lleve el reloj y la cadena se llevará también lo que tengo en mi puño y cuando abría la mano,la sorpresa era general porque en ella escondía otro reloj,una cadena,una sortija y veinte duros en dinero!Casi nada¡.Esto es dinerito,dinerito del bueno,reiniciaba el chamullo ante los asombrados espectadores.Nada hay,señores míos,en este mundo más despreciable que el dinero,ved aquí en estas pecadoras manos,todo lo que he ganado hoy...Pues de nada vale,créanmelo ante la amistad,el amor,el talento y el heroísmo.El dinero lo corrompe todo en el mundo. Abre el grifo de los intereses,de la traición y la venganza,todo ello baldones de la humanidad. Védmelos en mi mano.Billetes mugrientos,que casi me queman de sujetarlos...Y tu,niño,ten cuidado que ya te he visto,como me querías guindar la peseta que se ha caído

En la filmografía española podemos encontrar ejemplos en La calle sin sol (1948), de Rafael Gil, rodada en Barcelona y con Manolo Morán haciendo de charlatán...

VÍDEO : La calle sin sol (Fragmento)

... y en Domingo de carnaval ( 1945) de Edgar Neville  en la que dos charlatanes para vender uno cremas para problemas de piel y el otro lápices , dicen a su público:
Miren, ¿saben lo que voy a regalarles? Un artículo que sirve para este público que tiene que estar la mayoría del tiempo que en vez de pensar en otra cosa tiene que estar tocando la guitarra por los picores y las erupciones. ¿Quieren ver cómo se quita esto? Muy fácil. Escuchen, que escuchando se aprende y el saber no estorba. Aunque soy una charlatana en estos momentos, termino mi trabajo y soy una persona decente. Y si no supiera que esto era bueno para ustedes, me pondría a arrancar piedras con los dientes en un camino. Porque tengo amor a mi trabajo lo mismo que un hijo a una madre pueda tener. ¿Tiene usted niños con costras? ¿Con pupas? Público culto que me está escuchando… 
A lo mejor su niño, con eso, es un fenómeno de la pintura. A lo mejor es un Murillo, a lo mejor un Tintoretto, a lo mejor un Veronés. O a lo mejor es un Moreno Carbonero. Bueno, le quita usted el Moreno y se queda en carbonero solo, pero el niño algo será. Lo que se ríen los papás con los monos que les pintan los chiquillos. Bueno, y lo que se ríen las mamás cuando el niño les pinta las paredes, ¿no es verdad? Lo mismo que van los padres misioneros por las selvas ecuatorianas con el evangelio en la mano, vengo yo por las ciudades de Castilla con el lápiz para quitar el analfabetismo, que es la plaga más grande que puede tener una nación. ¡Abajo la incultura! ¡Abajo el cerrilismo! ¡Y abajo el alcoholismo!
Estas escenas costumbristas exponen la persistencia de una práctica que se mantiene desde los inicios de la modernidad. Pero el charlatán es una figura que a pesar de las apariencias no forma parte del folclore popular, sino que forma parte de una tradición más antigua que liga la medicina y las curaciones al viaje y al poder de la palabra.

Productos famosos ofrecidos por charlatanes son por ejemplo el Linimento Sloan ( posteriormente, con similar componente principal y diferente forma de aplicación aunque para similares dolencias , en España apareció el  conocido como Parche Sor Virginia ), Aceite de Serpiente y el Bálsamo Tigre
Continuará ...

Fuentes: Charlatanería y cultura científica en el siglo XIX- Irina Podgorny -Editorial Catarata /http://enarchenhologos.blogspot.com - Ungüents, bàlsams i liniments: xarlatans i ciència popular-Encic H. March / http://blog.uchceu.eshttp://es.wikipedia.org/ 

1 comentario:

  1. El Ungüento de Serptuga se fabricava en una farmàcia de Barcelona, C/Escudillers y era un muy buen producto con más de 80 años. Su ignorancia al respecto me hace dudar de todo el artículo.

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