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7 de octubre de 2019

SUPERHÉROES, JUSTICIA Y PSICOLOGÍA


Los superhéroes/héroes de los cómics y películas acostumbran a relacionarse con la justicia y el orden ya que por regla general su principal dedicación es la de preservar la paz y defender a los habitantes de sus respectivas ciudades o planetas de amenazas externas provenientes de villanos de toda condición. No obstante un análisis algo más exhaustivo deja muchas dudas acerca de si su idea de Justicia y sus actos están sujetos a la legalidad. 

En ese sentido hay que preguntarse si respeta Batman la presunción de inocencia cuando sale por las noches a acabar con los mafiosos de Gotham, a los que todo el mundo sabe culpables, pero contra los que no ha habido juicio; qué ocurre cuando para salvar una ciudad los superhéroes destruyen edificios o producen víctimas colaterales ; o si es lícito que personajes ocultos bajo una identidad distinta a la suya actúen con independencia de policías y jueces para preservar la paz y la armonía o para prevenir un mal mayor. 

Técnicamente, un superhéroe/antihéroe , es un individuo que está dotado de uno o varios superpoderes obtenidos por proceder de otros planetas, como Superman ; por accidente o de manera inducida (Spiderman, Hulk, Capitán América, Jessica Jones, Daredevil…) ; gracias a elementos externos que les ayudan a potenciar ciertas capacidades , o simplemente habilidades aprendidas y perfeccionadas con la práctica que los convierten en personajes que no son estrictamente de superhéroes sino de héroes por carecer de superpoderes por ellos mismos (Batman, Iron Man, Doctor Extraño, Viuda Negra…), lo cual habitualmente no les impide actuar también como antihéroes . 


En todo caso, lo que todos tienen en común son capacidades excepcionales que deciden emplear para defender el bien y el orden establecido, enfrentándose con "villanos" , a veces también con poderes especiales, que suelen ser individuos malvados que pretenden sembrar el caos, la venganza y la injusticia. 


Los superhéroes/héroes encarnan en el imaginario colectivo el ideal de Justicia en un mundo ficticio en donde estos personajes, por si solos, pueden acabar con los problemas de la sociedad, defenderla de las amenazas presentes e incluso futuras y no encontrar obstáculos en este camino más allá de los producidos por el enfrentamiento con el villano de turno. Pero este ideal, en la mayoría de los casos, se da de bruces con la legalidad, ya que normalmente los superhéroes no son precisamente escrupulosos con las normas establecidas, por mucho que sus acciones vayan siempre encaminadas a que triunfe “el bien” y el orden establecido. 

La pregunta es si es moralmente aceptable que para conseguir un bien mayor se salten algunas normas, y también cual es el límite . Lo cierto es que los superhéroes/héroes cuentan con un amplio grado de tolerancia en sus acciones por parte de la sociedad y las autoridades, no solo porque éstas suelen ser beneficiosas en su balance final, sino porque además se les debe una cierta “gratitud” por haber decidido renunciar a la tranquilidad de una vida anónima y dedicar sus habilidades a hacer el bien, en lugar de utilizarlas para su propio beneficio, actitud suficiente para otorgarles cierta manga ancha en sus actos. 

Lo cierto es que normalmente los superhéroes suelen colaborar con la policía y con las autoridades, pero utilizando unos discutibles métodos no precisamente ortodoxos. De hecho, es habitual que detengan sin orden judicial, allanen moradas, utilicen la intimidación e incluso la agresión física, persigan sin detenerse ante nada… pero estas “faltas” de procedimiento suelen ser vistas, no ya solo por las autoridades competentes en sus respectivos mundos, sino incluso por los espectadores y/o lectores de cómics, como un mal menor, a pesar de que en el mundo real, el de los ciudadanos sin poderes especiales, la obtención de pruebas o testimonios con éstas prácticas no sería aceptada ante un tribunal, e incluso puede que les acarreara una denuncia por abuso de autoridad o vulneración de derechos fundamentales. 

Habitualmente detrás del superhéroe/héroe existe un ciudadano que, con más o menos éxito, vive una doble vida. En la mayoría de los casos se comportan como ciudadanos ejemplares y tienen serios cargos de conciencia si no actúan según marcan las normas, pero sin embargo, en cuanto se enfundan su máscara o su traje, esto desaparece y el único límite lo marca "su" moralidad, no las normas jurídicas o policiales, y si hay que saltárselas para conseguir dar un escarmiento a quien lo merece, no tienen el mayor problema. Es decir, se comportan como justicieros que, si necesitan obviar las leyes para conseguir lo que ellos consideran justo, las obvian. En ocasiones, incluso, las normas legales suponen un “obstáculo” para la consecución de sus fines y el triunfo del bien sobre el mal. 


Pero intentar cumplir las mismas normas a individuos con poderes especiales y personas normales es difícil ya que en ocasiones las acciones de los superhéroes/héroes no se limitan a los criminales y villanos, sino que causan tanto daño y temor a la población civil que las autoridades deben intervenir obligando a los superhéroes/héroes, suponiendo que ellos lo acepten, a someterse a la ley o en caso contrario a sufrir el rechazo de población y autoridades 

Es el caso del grupo Los Vengadores, por ejemplo en Civil War, la tercera película de la saga, en la que debido a los daños colaterales de la actividad de este grupo en anteriores misiones, las autoridades instauran los “Acuerdos de Sokovia”, que establecen que los superhéroes necesitan ser supervisados y controlados, por lo que se exige a los miembros del grupo que respondan ante las Naciones Unidas, además de crear un consejo de administración que determinará cuándo van a necesitarse sus servicios. Las posiciones en torno a esta nueva ley generan un conflicto interno que divide al grupo en dos bandos: por un lado, el liderado por Steve Rogers/Capitán América, que propugna la libertad de acción de los superhéroes, y por otro Tony Stark/Iron Man, que apoya la decisión de la clase dirigente arrepentido por acciones pasadas, lo que desata un gran enfrentamiento entre ambas facciones. 


En esta misma línea, en la novela gráfica de culto Watchmen los superhéroes llegan a volverse impopulares entre la policía y el público, cuando sus acciones han cambiado el curso de grandes hitos históricos, lo que lleva a la promulgación de una serie de leyes en 1977 que las prohíben, salvo que operen como agentes aprobados por el Gobierno. El asesinato de uno de ellos desata una serie de acontecimientos que se desarrollan en este ambiente tan hostil para los individuos con poderes. 

También merecen ser mencionados en este apartado los X-Men, que si bien no son superhéroes al uso, sino “mutantes”, personas normales que han nacido con dones o poderes extraordinarios que han decidido hacer el bien pero que tienen en común la hostilidad general de los humanos “normales”, que les obliga incluso a ocultarse. En cierta ocasión, las autoridades promulgan leyes en su contra, e incluso les ofrecen una “cura” para eliminar sus peculiaridades, estigmatizándolos aún más socialmente como si su mutación fuera algo negativo.

VÍDEO: La primera aparición de Batman

Así pues cabe preguntarse si querríamos que en nuestra sociedad actual existiera de verdad el superhéroe/héroe , que no actuara de acuerdo con la legalidad establecida sino con lo que él cree qué debe ser el orden y la justicia, ejerciendo de agente de la autoridad, juez y verdugo, y que además acostumbrara a tener problemas psicológicos importantes , al igual que muchos de los villanos que se les opones, la mayor parte de las veces como resultado de sus traumáticas experiencias. Un ejemplo de ello lo constituyen Batman y el Joker
Bruce Wayne/Batman, es un multimillonario que de niño pierde a sus padres cuando son asesinados frente a él a la salida de un cine. Desde aquél evento traumático, Bruce Wayne se prepara durante toda su juventud en diversas formas de lucha, conocimientos de química, psicología, y casi todas las disciplinas posibles, que usará como herramientas para combatir el crimen en Ciudad Gótica, espacio geográfico imaginario que semeja a Nueva York.

Batman se distingue de casi todos los superhéroes conocidos, porque rompe lo que es casi una regla de oro de los mismos: él no tiene superpoderes. Es un hombre que tiene enormes recursos económicos y por lo tanto puede acceder a la más alta tecnología, creando multitud de objetos que le ayudan en su labor, y que se ha especializado en muy diversas disciplinas para llevar a cabo su lucha contra el crimen, aunque como no posee poderes sobrenaturales , su fuerza radica en la aplicación de inteligencia y ciencia.


Bruce Wayne rápidamente se da cuenta de que su idea de “aplicar justicia” no solo es ilegal, sino que le puede repercutir seriamente de forma negativa a su modo de vida. Para poder seguir con sus actividades de justiciero, se disfraza de murciélago negro todas las noches y se dedica a restablecer la justicia, construyendo su alter ego Batman para poder operar desde el anonimato. 

Pero Bruce Wayne tiene problemas psicológicos severos: se ha sentido desatendido a nivel emocional por toda su familia desde la muerte de sus padres (trastorno reactivo de la vinculación de la infancia), aun de adulto sigue reviviendo constantemente el asesinato de sus padres en forma de visiones o pesadillas recurrentes (trastorno por estrés postraumático), nunca ha sido capaz de aceptar que la muerte de sus padres es un hecho inevitable, incapaz de solucionar (duelo patológico), es incapaz de establecer nuevos vínculos sociales y/o emocionales duraderos con otras personas (trastorno disocial) y frecuentemente lleva a cabo violentas peleas físicas con terceras personas que no conoce de nada sin sentir remordimiento alguno, además de ser incapaz de adaptarse a las normas sociales o de respetar la ley (trastorno antisocial de la personalidad/psicopatía). 


Así, el personaje de Bruce Wayne es un individuo atormentado por sus propios fantasmas del pasado, incapaz de superar sus traumas y de reconstruir su vida a través de nuevos seres queridos. Es un ser consumido por la rabia, obsesionado en ejecutar su venganza contra todo aquel símbolo, acto o persona que le haga conectar con su dolor. Él no busca ayudar a los demás ni mejorar sus vidas… lo suyo, más bien, es un mecanismo para desatar su ira contenida, una especie de ritual para liberarse temporalmente de todo este sufrimiento que lo abruma y que le impide poder llevar una vida normal. Batman es un alter ego heróico que ha sido creado por Bruce Wayne como herramienta para poder descargar su furia y angustia contra aquellas personas que le recuerdan a sus traumas. 


La personalidad de Batman dió origen al nacimiento a un ser opuesto y complementario: el Joker, su eterno enemigo , un villano piscópata y asesino que aparece y muere en el cómic de Batman nº 1, aunque a causa de la censura de Comics Code Authority, su personalidad tuvo que cambiarse por la de un bufonesco personaje al que le gustaba provocar a la autoridad con sus descabelladas acciones. Aunque el personaje moriría en la primera historieta , gracias a su popularidad entre los seguidores de la serie consiguió seguir apareciendo en las aventuras de Batman. 

Para crear la imagen del genial villano , sus creadores se inspiraron en el actor Conrad Veidt en la película de 1928 El hombre que ríe , dirigida por el cineasta impresionista Paul Leni, una adaptación al cine mudo de la novela "El hombre que ríe" , de Victor Hugo. 

Conrad Veidt -El hombre que ríe ( 1928) / El Joker 

El Joker, uno de los villanos más intrigantes y populares del mundo cómic, a diferencia de otros personajes presenta una gran incógnica en relación con su origen,existiendo varias versiones sobre cómo este personaje derivó en el maniático homicida que todos conocemos.

VÍDEO: El origen de Joker

VÍDEO : Batman y Joker -Interrogatorio

Al igual que Batman, el Joker presenta problemas psicológicos que explican su comportamiento . Sufre de un trastorno de personalidad antisocial , caracterizada por la incapacidad para adaptarse a las normas sociales, leyes y derechos individuales, y que no siente culpa alguna por herir a otros, abusar, robar o matar. Sus pensamientos están dirigidos por la forma en la que pueden conseguir sus objetivos inmediatos bajo la regla de "el fin justifica los medios". Aunque puede estar sereno, en silencio y meditabundo tiene episodios maníacos caracterizados por hablar más de lo normal, el pensamiento acelerado y la fuga de ideas y sobre todo la implicación en actividades que le generan placer pero que pueden traer consecuencias graves, aunque tiene plena conciencia de ello.

Sufre además de un trastorno obsesivo-compulsivo que lo hace perseguir a Batman, acosarlo, meterse en su vida, burlarse de él y su modo de vida abiertamente. Incluso enfrentarlo de frente para provocarlo psicológicamente y tentarlo a cruzar la línea hacia la violencia y la irracionalidad; a qué se convierta como él. Tiene además rasgos de personalidad dependiente, su vida sólo tiene sentido con Batman. Es por eso que aunque quiere acabar con él, nunca lo mata aunque tiene la oportunidad. Además no permite que nadie mas que él le haga daño, porque el día que Batman desaparezca, su vida pierde sentido totalmente.


VÍDEO : Risas de Joker de 1966 a 2016

Otra de la patologías que sufre el Joker , es el síndrome pseudobulbar, una enfermedad que se caracteriza por episodios de risa o llanto repentinos exagerados y fuera de lugar, que pueden durara varios minutos y que generalmente ocurren en personas con determinadas enfermedades o lesiones neurológicas que pueden afectar la manera en la que el cerebro controla la expresión emocional. Como consecuencia, la enfermedad puede ser embarazosa y perturbadora para la vida cotidiana, y así , por ejemplo, se puede reír sin control en respuesta a un comentario medianamente gracioso, o en situaciones que otros piensan que no son graciosas o tristes.


Joker y su abogado 
El despacho del abogado era cálido, confortable y lleno de luz. Sentado en la silla de visitas, el Joker dejó resbalar su mirada sobre la litografía que colgaba detrás de la mesa y los volúmenes de jurisprudencia Aranzadi que se ordenaban como soldados dormidos en una pared. El Joker miró su reloj, impaciente, mientras la pintura de su rostro se humedecía con el sudor. No estaba acostumbrado a que le hiciesen esperar, pero le habían recomendado a aquel abogado con tanta insistencia, que se dijo que merecía la pena. Además, no tenía muchas más alternativas. Estaba en una situación desesperada.
De repente se abrió la puerta y entró el letrado, un tipo de apariencia discreta y vestido con sobriedad pero con un brillo inteligente en la mirada. Se sentó tras la mesa y le escrutó durante unos interminables segundos antes de abrir la boca.
-Bien, señor Joker, he estado estudiando su caso y creo que lo tenemos muy bien- dijo con media sonrisa mientras revolvía unos papeles sobre su mesa- Pero que muy bien. No me gusta pecar de optimista, pero esto está ganado.
-¿Qué dice?- bramó el Joker, entre incrédulo e irritado- Esa pandilla de superhéroes me pilló in fraganti, en pleno atraco al banco ¡Con suerte, me pasaré los próximos veinte años encerrado en el sanatorio mental o en una cárcel!
Los ojos del abogado chispearon, divertidos. Una media sonrisa se le dibujó en la boca, en un remedo del tajo sangriento de su cliente. 
-Ahí es donde se equivoca, querido amigo- dijo con voz suave- De hecho, posiblemente hasta puede que gane una pequeña fortuna en indemnizaciones. Y por supuesto, quedará libre de todo cargo.
-¿Pero qué…?- el Joker parecía confundido- ¿Cómo…?
-Para empezar, y hasta donde yo sé, esos “superhéroes” que le detuvieron no son miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Eso implica que su declaración no tiene ningún tipo de presunción de veracidad, por no entrar en la cuestionable autoridad de la que dispondrían para proceder a su detención. Además, por lo que me ha contado, usted y ese tal… Batman tienen un largo historial de conflictos y enfrentamientos mutuos, por lo que cualquier tribunal podría deducir que existe una clara animadversión de ese “caballero oscuro” hacia su parte. Un testigo hostil y que tiene un claro interés de parte.
-Ya veo- el Joker se pasó los dedos de forma pensativa por la boca.
-Además, no hay testigos de ningún tipo. Todos los presentes en el atraco murieron, si no me equivoco.
El Joker se encogió de hombros, con una expresión entre inocente y apenada a la vez. Cosas que pasan, parecía decir.
-Y las cámaras de seguridad fueron destruidas, junto con las grabaciones, cuando el señor Batman entró destrozando la fachada del banco con un artefacto denominado “Batmóvil” ¿Me equivoco? Además, lo poco que quedó en pie fue destruido por el señor Superman, cuando usó su visión de rayos X para fundir una de las paredes de acero de la cámara acorazada en la que casualmente se había refugiado usted, junto con cientos de miles de euros incinerados de paso.
-El Joker sonrió. Cada vez le gustaba más aquel abogado. 
-Le diré lo que va a pasar- musitó el abogado- No hay caso contra usted, simplemente porque no hay pruebas de ningún tipo, más allá de la declaración de unos testigos manifiestamente hostiles que además le retuvieron de forma ilegal, vulnerando sus derechos fundamentales. Estoy pensando seriamente en que debería denunciarlos por secuestro y retención ilegal.
-¡Si señor! ¡Me secuestraron! ¡Eso es!
-Además, el despacho está preparando una batería de demandas civiles contra el señor Batman por vandalismo y daños en propiedad privada. Su acción “heroica” dejó un reguero de edificios y vehículos destruidos a lo largo de toda la ciudad. Estamos preparando las demandas colectivas al respecto. Eso por no hablar de que hemos pedido a la Dirección General de Tráfico que emita un informe sobre ese Batmóvil, del que consideramos que circula sin la homologación pertinente del Ministerio de Industria y sin ningún tipo de seguro, viñeta municipal o ITV. Por otro lado, y esto es lo más importante, instaremos a la Fiscalía a que instruya causa contra el señor Batman por pertenencia a banda armada, esa tal “Liga de la Justicia”. Por último, presentaremos mañana mismo una serie de querellas por daños morales e intromisión al honor contra su persona, por no hablar de las indemnizaciones correspondientes, derivadas del increíble sufrimiento psicológico y las secuelas que le han quedado. Está usted hecho un asco, señor Joker, si me lo permite.
-El Joker trató de interrumpirle, pero el abogado ya estaba lanzado.
-Por otra parte, y respecto al señor Superman, hasta donde sabemos, se trata de un inmigrante ilegal que no solo reside y trabaja en nuestro país sin papeles ni permisos de ningún tipo, sino que además al parecer lo hace bajo una identidad falsa, haciéndose pasar por periodista. Iniciaremos los trámites pertinentes para que, bajo la Ley de Extranjería, se inicie el procedimiento administrativo de expulsión correspondiente, sin perjuicio de las responsabilidades penales en las que pueda haber incurrido por falsedad documental. Y ya veremos que dice el Colegio de periodistas, por otra parte. Y esto es solo para empezar- el abogado se inclinó hacia él, enseñando una dentadura de tiburón coronada por una expresión fría y descarnada- ¿Qué le parece, señor Joker?
Y por primera vez en todo aquel día, el Joker sonrió, al darse cuenta de que cada euro pagado a aquel abogado merecía la pena. Y que frente a las mallas y capas de los superhéroes, la toga de un letrado era un desafío formidable, mejor que cualquier supervillano. Qué cosas. 
Ningún superhéroe con capa puede contra la toga de un abogado…- 
Manel Loureiro 
Fuentes: Diccionario de superhéroes - Lorenzo Díaz -Editorial Glenat / Los superhéroes y la filosofía - Tom Morris - Editorial Blackie Books / También los superhéroes van a terapia - Marcelo R. Ceberio - Editorial Herder / Batman visto por un psiquiatra-Dr. J.A.Ramos Brieva-Autoedición/Revista del Consejo General de la Abogacía nº 104/ Revista ISTMO -20 de noviembre del 2013.

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