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14 de enero de 2020

LOS BAILES AGARRADOS


EL NUEVO ESTADO

Finalizada oficialmente la guerra civil española el 1 de abril de 1939, el Nuevo Estado vencedor de la contienda impone sus valores ideológicos y morales ejerciendo un exhaustivo control sobre las actividades privadas y públicas de todos los españoles, soñando con recuperar su pasado imperial y religioso, creando una sociedad cerrada, autárquica y corporativa , combinando instituciones de otros tiempos, integristas y retrógradas con nostalgias coloniales adornadas con retórica proveniente del fascismo y del nacionalcatolicismo,  y dando a la Iglesia católica un poder absoluto sobre la educación , moral y religiosa de toda la población, recuperando el protagonismo que había perdido con la Segunda República, volviendo a ejercer la inspección moral de las escuelas y convirtiendo a la religión católica en una asignatura obligatoria a todos los niveles.


LA IGLESIA

Así, el Estado nacional-católico hace suyas las normas de moralidad ordenadas por la Iglesia, quien ejerciendo un poder absoluto sobre temas morales, en años sucesivos irá eliminando sistemáticamente usos, costumbres e ideas, que consideran inmorales. Obsesionada con el sexo ( de los demás) , la Iglesia establece un estricto puritanismo que invade todas las actividades sociales , extendiendo una enfermiza obsesión por vigilar y condenar todo tipo de manifestaciones en las que la sexualidad, o simplemente la exhibición de una parte del cuerpo pudiera dar lugar a “pecaminosas intenciones”, prestando especial atención a cuestiones de vestuario y comportamiento femenino, y a cualquier signo externo que pudiera afectar a la moral o al dogma. Se da al cuerpo femenino una importancia simbólica , al considerar a la mujer, como en tiempos remotos, asociadas al pecado y a la lascivia, y asimismo asegurando que se había producido un grave deterioro de las costumbres y valores tradicionales que la mujer debía encarnar, y que la corta experiencia republicana y la guerra habían contribuido a acelerar favoreciendo un clima de libertades y movilización socio-política, que era necesario ser cortado de raíz. 
Después de la guerra pasada, en la cual Dios Nuestro Señor nos ha castigado tan duramente por nuestros pecados e infidelidades, existentes todavía las llagas abiertas y las pérdidas de tantos parientes, deudos y amigos, parecía que habían de moverse las mujeres cristianas a la penitencia y enmienda de las costumbres pasadas y a la práctica de la santa austeridad y modestia. Por desgracia no es así ; la inmoralidad crece desmesuradamente y es necesario que nos apresuremos a evitar tantos males y a recordar las reglas dictadas por la Iglesia.

EL BAILE

Uno de las cuestiones morales que preocuparon especialmente a la Iglesia fueron los bailes, salvo los folclóricos, a los que condenó sistemáticamente en numerosas ocasiones por considerarlos inmorales y centro de tentación para pecar para quienes participaran en ellos.

Las fiestas consideradas por la Iglesia propicias al "desenfreno sexual" (carnaval, verbenas, romerías,...) son prohibidas o radicalmente reformadas, pero el baile está tan arraigado, que reclama una atención permanente en las pastorales, ya que se trata de un " pernicioso arte inventado por el diablo Belial, gavilla de demonios, estrago de la inocencia , solemnidad del infierno, tiniebla de varones, infamia de doncellas, alegría del diablo y tristeza". Se refiere naturalmente al " baile agarrado",un dolor de cabeza para los guardianes de la pureza, que consideran "que es gravemente deshonesto por su propia naturaleza y por tanto ilícito, o, al menos ocasión próxima de pecado".

Los bailes modernos son tortura de confesores, virus de las asociaciones piadosas, feria predilecta de Satanás, y por ello es muy importante para la acción moralizadora y purificadora del ambiente social , el control que que han de realizar las autoridades y las asociaciones que colaboran en la dignificación de las costumbres.

Solo merecen la aprobación clerical, los bailes regionales y demás manifestaciones genuinas del alma española que se bailan sin contacto físico alguno, la mujer revestida de sucesivas enaguas y tocas y medias, el hombre con refajo, calzón hasta las rodillas, medias blancas y alpargatas de cintas. En el resto de bailes no se permite el contacto físico de la pareja salvo de las partes imprescindibles para realizarlo, y para su control se debe bailar en zona iluminada y bajo vigilancia de persona de reconocida moral, encargada de separar a los danzantes o mezclarse entre ellos tocando a uno de ellos con una varita como advertencia de proximidad peligrosa, o en caso grave de tocamientos en "partes honestas", mediante reprimenda pública y/o expulsión de la pista de baile. 

Si somos sinceros; si hemos ido a la guerra a revalorizar el contenido de las ideas RELIGIÓN Y PATRIA; si hemos salido a ella por Dios y por España; hay que volver a lo que Dios y España piden; hay que volver a la moral sincera, (…), hay que barrer la basura que importamos, necios, de otros pueblos de la Europa salvaje. Hay que desterrar el baile agarrado. (…) Si no son españoles esos bailes. Si no son morales. Si son un sarcasmo al espíritu de la Cruzada. ¿No sentís el grito de ¡TRAIDOR! lanzado a vuestra espalda? Vosotros sois los que no tenéis derecho a bailar el agarrado; los de izquierda, sí; los rojos, sí; vosotros, no.
Pastoral de Pentecostés (1941)-Monseñor Marcelino Olaechea, Obispo de Pamplona.

Normas prácticas:
Primera: Los bailes son un disolvente de la piedad cristiana .
[...]Segunda: Los bailes son diversiones totalmente mundanas, sembradas de peligros graves [...]
Tercera: Quedan de nuevo terminantemente prohibidos los bailes llamados de caridad.
[...]Cuarta: La participación en los bailes modernos, positivamente pecaminosos y reconocidos por todos como tales es causa que debe motivar la expulsión de los jóvenes de las Asociaciones Marianas a las que tal vez pertenecen.
Quinta: Queda prohibido a la prensa que quiera ostentar el título de católica el anuncio, la propaganda y la reseña de los bailes [...].
Carta pastoral de Santa Cuaresma: Los bailes, la moral católica y la ascética cristiana. (Sevilla, 27 de marzo de 1946) 
Otro de los grandes peligros de pecar contra este ( el sexto) mandamiento, es el baile. La satisfacción sexual buscada directamente fuera del matrimonio, es pecado grave. Y esto es lo que buscan muchos en el abrazo del baile. Lo que quieren es tener una mujer en sus brazos. Y el baile les proporciona una ocasión estupenda de poder apretarla contra su cuerpo.
El baile moderno suelto puede ser más pasable, si se evitan los movimientos sensuales. Por eso nuestros bailes regionales, como la jota, la sardana, el zortzico, la muñeira, etc., no tienen reparo moral alguno, y sería estupendo que se generalizaran mucho más.
Pero esos bailes de parejas abrazadas, tal como se baila hoy día, en los que un chico y una chica ponen en contacto sus cuerpos de arriba-abajo, pegados como lapas, son, por lo menos, un peligro de sentir deseos voluptuosos para todo muchacho normal. Y este peligro hay que evitarlo si no hay causa proporcionada que lo justifique.
Claro que hay modos y modos de bailar. No todos bailan con igual mala intención. Pero lo mejor es no bailar apretados: «que circule aire entre los dos 20. Bailar en sí no sería malo, pero lo hacen malo las circunstancias. ¡Cuántos pecados de pensamiento, de deseo y de obra, antes, durante y después del baile!
Por eso, aunque teóricamente se pueda bailar sin pecar , en la práctica, este baile de parejas pegadas, tal como se baila hoy día, es un semillero de pecados. Y aunque no siempre se peque gravemente, ¿no será ponerse en peligro de pecar? Es una ingenuidad defender el baile como si fuera una diversión angelical e inocente. Todos sabemos que lo que los hombres buscan en el baile es, sobre todo, el contacto de los cuerpos. Y esto no es el medio más seguro para conservar la pureza, a la que estamos obligados por precepto de Jesucristo, y que tanto trabajo cuesta por la rebeldía de la concupiscencia.
Una vez oí una cosa que me hizo gracia, y por eso la pongo aquí. Era sobre la moralidad del baile:
Depende de la intención del sujeto.
También de la intención de la sujeta.
Pero sobre todo de lo que el sujeto sujete a la sujeta.
No seas fácil en bailar. Piensa en el modo de mantenerte firme en tu propósito de evitarlo. ¿Por qué hemos de andar siempre por el límite del pecado?

Andar por el borde de un precipicio es muy peligroso. Además, es un cristianismo raquítico el que sólo se detiene ante el pecado. 
 Para Salvarte- Jorge Loring
El baile o la danza se ha practicado en todos los pueblos y razas desde la más remota antigüedad, y en muchas de sus formas populares o artísticas nada tiene de inmoral. Sin embargo, tal como suele ,bailarse hoy resulta en extremo peligroso y muchas veces un verdadero semillero de pecados y escándalos. He aquí las normas principales de moralidad en torno a ellos.

Iª. EN GENERAL deben desaconsejarse los bailes modernos a base de danzar abrazados, por los grandes peligros que encierran, sobre todo para los jóvenes de uno y otro sexo. Pero podrían tolerarse alguna vez si se reunieran las siguientes cuatro condiciones, bastante difíciles en la práctica:

a) En locales privados y honestos; v.gr., en una casa particular, con motivo de una boda, fiesta familiar, etc., delante de los padres o personas serias y de buenas costumbres. Los bailes públicos (sobre todo en locales cerrados y estrechos) resultan mucho más peligrosos por la índole de los asistentes, la aglomeración, etc.

b) Con personas decentes, que saben conducirse en todo momento con toda caballerosidad y corrección. Jamás con personas que utilizan el baile como pretexto para el abrazo disfrazado o el contacto sensual.

c) De manera decente, que exige como programa mínimo la libre circulación del aire entre los dos danzantes y el uso de trajes que nada tengan de escandaloso o provocativo. d) Con buena intención, o sea, con la única finalidad de divertirse un rato honestamente.

No negamos que, aunque difíciles, estas condiciones son perfectamente posibles; en cuyo caso, sin aconsejarlos positivamente, no podrían condenarse esos bailes en nombre de la moral cristiana. Una excesiva rigidez de criterio en este punto hará mucho más daño que provecho; pues serán poquísimos los que renunciarán en absoluto al baile, y cabe el peligro de deformar su conciencia, haciéndoles creer que pecan gravemente, o de alejarles por completo de los sacramentos”.. 


Teología moral para seglares - Antonio Royo Marín-Teólogo. 
Un acto puede ser ex se (por sí mismo) torpe por doble motivo: sirve ex obiecto sirve ex modo tangendi (ya por el objeto, ya por el modo de tocar). Son torpes ex obiecto los contactos con las partes torpes, genitales y próximas a ellas, incluso el vientre. Son torpes también ex se por el modo, ex modo tangendi, los contactos que se realizan en las demás partes del cuerpo, cuando existe desorden en el modo.
Todo baile en el que se ejecuten esos actos per se inmorales, será también per se gravemente inmoral, según la definición del baile dada por los magnos teólogos (…) estos bailes son para divertirse sin fornicar. Son el vals, la polka, la mazurka, el galop, el cotillón, etc…
Y hemos aquí ya metidos en el tango y su cortejo de inmundicias, no digo hasta las narices, sino hasta la coronilla. Eso son parejas de hombres y mujeres cosidas de pecho y vientre, con la conciencia hecha jirones, embriagándose de lujuria por las plazas y calles de día y de noche. En su aldea no se necesitan casas de Aloprostitución. Ellos y ellas satisfacen en el baile agarrado o el parejeo de día y de noche, en privado o en público, como más gusten, o de todas las maneras, sus concupiscencias sensuales. Todas estas inmortalidades son consecuencia de la pérdida del pudor en el baile agarrado. No se podrán evitar mientras no se le destierre.

Con frecuencia existen conmociones venéreas sin llegar a la plena saciedad de la naturaleza», estima que «los jóvenes pierden el pudor en los tocamientos mutuos prolongados del baile agarrado, en los brazos, espalda, pecho y cintura», considera que «los pechos en la mujer son las partes del cuerpo en las que recibe máximas conmociones carnales» o describe, lúcido, a «esas parejas de hombres y mujeres cosidas de pecho y vientre, con la conciencia hecha jirones, embriagándose de lujuria», para rematar: «El baile agarrado debe ser totalmente eliminado de las costumbres del pueblo. Es precisa, a toda costa y cuanto antes, una reacción violenta y eficaz». 


¿Grave inmoralidad del baile agarrado? (1949) -Padre Jeremías de las Sagradas Espinas,

En 1964, el padre Jeremías insistirá una vez más sobre el peligro del baile agarrado en un nuevo libro: Juventud en llamas. El baile moderno, que según él seguía siendo «ejercicio público de lasciva y fornicación», «manantial de carnalidades y públicas desvergüenzas», «encarnación de la carroña moral de los pueblos más degradados». Todo ello porque «el contacto prolongado en la cara, pecho, cintura y vientre son actos que encierran enorme capacidad de las más graves excitaciones sexuales», que el ambiente picaresco y lascivo contribuye a estimular.



Normas de Decencia Cristiana (1959) - Comisión Episcopal de Ortodoxia y Moralidad
Cuando los vestidos, por frivolidad o por tontería de la moda o por descuido, se achican, se ciñen, o de otro modo resultan provocativos, son inmodestos… Hay quien dice: ¿qué tiene que ver en el vestido femenino un centímetro más o menos? Son tonterías de los curas y de las beatas. ¿No ha de tener nada que ver? Ese centímetro hace que en el vestido no exista la moderación, la regla, el equilibrio que exige la decencia cristiana, y es ocasión de que, al verlo, ofenda la pureza. ¿Qué tiene que ver, por ejemplo, que los novios vayan cogidos del brazo? ¿No ha de tener que ver? Esas intimidades, esa licencia de coger el novio el brazo de la novia, es una puerta que se abre al pecado, es una facilidad para él, es un incentivo, es una hoja arrancada a la flor de la pureza, es la corteza que se ha quitado a la fruta.
La muchacha y la pureza (1952)- Emilio Viana 

Pero si tocar un brazo era como pelar la fruta que te vas a comer, en palabras del mencionado Emilio Enciso, el beso constituía ya un problema de extrema gravedad, que se encarga de describir el padre Antonio Aradillas, en 1960, en su libro ¿El beso ... ? , en el cual explica una historia sobrecogedora sobre las consecuencias de un beso: 
Pero un día pudo más la pasión que el cariño, y el novio sorprendió a Maribel con un beso brutal clavado con saña de bestia en la mejilla de nieve de la chica piadosa. El beso del novio se había clavado punzante en la mejilla, y con rabia comenzó Maribel a restregar su cara, intentando borrar toda huella posible. Y claro, la huella se hizo más ancha, más roja y más profunda. Más de sangre. Se le ve a simple vista en su cara… Ha llegado a sentir auténtico asco de todos los labios humanos.
Y es que besos y abrazos o contactos físicos , salvo los lícitos dados delante de otras personas de "sólida formación religiosa" que pudieran vigilar a la pareja , eran considerados preliminares de otros contactos más deshonestos , y primer paso hacia el pecado.


En 1964, el padre Jeremías de la Sagradas Espina insiste sobre el peligro del baile agarrado en un nuevo libro: Juventud en llamas. El baile moderno, que según él seguía siendo «ejercicio público de lasciva y fornicación», «manantial de carnalidades y públicas desvergüenzas», «encarnación de la carroña moral de los pueblos más degradados». Todo ello porque «el contacto prolongado en la cara, pecho, cintura y vientre son actos que encierran enorme capacidad de las más graves excitaciones sexuales», que el ambiente picaresco y lascivo contribuye a estimular.
¡¡¡ Qué tiempos aquellos !!!

MARÍA MANUELA, ¿ME ESCUCHAS?
Yo de vestíos no entiendo,
pero... ¿te gusta de veras
ese que te estás poniendo?
Tan fino, tan transparente,
tan escaso y tan ceñío,
que a lo mejor por la calle
te vas a morir de frío.

Te sienta que eres un cromo,
pero cámbiate de ropa,
si es un instante, lo justo
mientras me tomo esta copa.
Ponte el de cuello cerrao
que te está de maravilla
y que te llega dos cuartas
por bajo de la rodilla.

Cada vez que te lo pones
te encuentro tan elegante
que dentro de mí murmuran
los duendecillos de un cante.
"La rosa que me entregaron
al pie del altar mayor
lleva las sayas cumplías
y nadie le ve el color".

Pero antes de que te vistas
coge un poco de agua clara
y afuera los melinotes
que te embadurnan la cara;
ni más carmín, ni más cremas,
ni más tintes en el pelo;
no te aguanto más colores
que los que te puso el cielo.

Se acabó enseñar las piernas,
y los brazos, y el escote,
y el rostro no te lo pintes
ni aunque te salga bigote;
que te hizo Dios tan hermosa
como una rosa temprana
y se va a enfadar contigo
por enmendarle la plana.

Y a tu prima le devuelves
la pulsera de brillante,
son mucho lujo esas piedras
pa la mujer de un tratante.
Te quiero guapa y sencilla
como yo te conocí,
no tienes que engalanarte
pa nadie más que pa mí.

Ni más zapatos de Gilda,
Ni más turbantes de raso;
para presumir te sobra
con cogerte de mi brazo;
y como un día te vea
que enciendes un cigarrillo
vas a echar, entrañas mías,
el humo por los tobillos.

No quiero que me pregunten
"Esa gachona, ¿quién es?,
¿una secretaria de esas
que beben champán francés?"
Ni tú eres mujer moderna
ni quiero que lo aparentes
que yo te prefiero antigua
y oliendo a mujer decente.

Que con el triguito limpio
toito er mundo te compare,
que por defuera y por dentro
te parezcas a mi mare.
¿Te cambiaste ya el vestío?
Pues andando p'al teatro,
ya verás tú con qué envidia
nos contemplan más de cuatro:
"¡Vaya un marío con suerte
y una mujer bien plantá,
es una vara de nardos
con la carita lavá!".

Y al salir yo te prometo
cantarte por alegrías,
lo mismo que te cantaba
cuando tú eras novia mía:
"Mi novia es la más hermosa
y no se pinta la cara
la tiene como una rosa
tan sólo con agua clara".
El barco de mis amores
no tiene más que una vela
remendaita y graciosa
igual que María Manuela.

Se conforma mi niña con un vestío
y le basta y le sobra con un marío.
De percal que se ponga,
¡viva el salero!,
es mi María Manuela
la reina del mundo entero.

Trigo Limpio -Rafael de León (Sevilla 1908-Madrid 1982)

Fuentes : Usos amorosos de la posguerra española - Carmen Martín Gaite -Editorial Anagrama -El sexto no fornicar-Luis Otero- Ediciones B / Coitus interruptus-Juan Eslava Galán -Editorial Planeta  

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