La Conquista
La inesperada llegada al Continente Americano de Cristóbal Colón en 1492 , que cree haber desembarcado en Asia, es el origen de sucesivos viajes de conquista a ese territorio a lo largo del tiempo , en los que participan multitud de aventureros uatraídos por las riquezas materiales del Nuevo Mundo, oro y plata tras la conquista de los imperios azteca e inca, e imaginarios como el quimérico País de las Especias, los territorios de El Dorado… .
Pero hay otros tesoros reales a los que tras sucesivas victorias militares, culturales y religiosas sobre los indígenas , se presta especial atención , y son los múltiples recursos naturales, vegetales y animales del inmenso y desconocido territorio conquistado, que a partir del siglo XVI cronistas naturalistas y etnólogos , se encargarán , además de conocer las costumbres sociales y alimenticias de los diferentes indígenas, de describir e inventariar dichos recursos, estudiando su utilidad y propiedades, experimentando nuevas técnicas para su aprovechamiento y poniendo en marcha los necesarios mecanismos de explotación que garanticen el mayor rendimiento posible al poder que había financiado las expediciones y en cuyo nombre se había realizado la conquista.
Gonzalo Fernández de Oviedo
El primer cronista de Indias
Gonzalo Fernández de Oviedo es considerado el primer cronista de Indias que en su obra literaria describe detalladamente expediciones, descubrimientos, costumbres de tribus indígenas, y los nuevos y absolutamente desconocidos mundo vegetal y animal.
En 1514, emprende su primer viaje a América , y de regreso a España publica en Toledo, en 1526, Sumario de la natural historia de las Indias, que alcanzó un éxito inmediato, siendo reeditado hasta en 15 ocasiones durante el siglo XVI y traducido al francés, inglés e italiano. En 1532 recibe, por orden de Carlos V, el cargo de Cronista Oficial de Indias y de Alcaide de la Fortaleza de Santo Domingo, en donde pasa el resto de su vida.
Manteniendo correspondencia con gobernadores, veedores y otros funcionarios reales repartidos por todo el continente, y entrevistando a descubridores y conquistadores a su paso por la isla, recopila información para su gran obra, Historia general y natural de las Indias, cuya primera parte se publica en 1535, y los dos volúmenes restantes entre 1851 y 1855, en la que describe costumbres indígenas, así como al mundo vegetal y animal, prestando especial atención al utilitarismo de los mismos, tratando de ofrecer un amplio panorama de las posibilidades que la naturaleza americana ofrecía al colonizador europeo, tanto para alimentarse, como para curarse , utilizando vocablos indígenas para designar a los animales y a las diferentes plantas, sus ritos y de sus remedios curativos asociados a determinadas hierbas, y dada la gran dificultad que suponía para el cronista la desconocida y extraña naturaleza americana para nombrar y describir detalladamente lo desconocido, habitualmente hace uso de la comparación usando para ellos referentes domésticos y familiares para su comprensión , así como de dibujos naturalistas del elemento descrito.
Asimismo, algo que caracteriza a Gonzalo Fernández de Oviedo y que se encuentra constantemente en sus escritos es su apuesta por la experiencia como modo de descubrir y describir la naturaleza americana. Como él mismo informa en la Historia, «no escribo de auctoridad de algún historiador o poeta, sino como testigo de vista, en la mayor parte, de cuanto aquí tratare; y lo que yo no hobiere visto, direlo por relación de personas fidedignas, no dando en cosa alguna crédito a un solo testigo, sino a muchos, en aquellas cosas que por mi persona no hobiere experimentado".
La obra de Oviedo, situada en su momento histórico concreto, supuso un salto cualitativo y cuantitativo de primera magnitud y aportó a la historia natural del viejo continente un novedades tan grande, que explica por sí solo el interés y rapidez con que su obra fue difundida y admirada en otros países europeos.
La piña
Piña americanas - Ananá : Planta exótica, vivaz, de la familia de las bromeliáceas, que crece hasta unos 70 cm de altura, con hojas glaucas, ensiformes, rígidas, de bordes espinosos y rematados en punta muyaguda; flores de color morado y fruto grande en forma de piña, carnoso, amarillento, muyfragante, suculento y terminado por un penacho de hojas. ( Real Academia Española)
Un ejemplo de las descripciones realizadas por Gonzalo Fernández de Oviedo, es la piña, nunca antes vista o probada por un europeo, que llegará por primera vez a Europa en palabras y dibujos del cronista, y que describe en forma detallada en Sumario de la natural historia de las Indias y Historia general y natural de las Indias recurriendo en cuanto a forma, a la de los frutos del pino, sobre su apariencia a la alcachofa, y en cuanto a su sabor, al membrillo-melocotón y melón , y que describió como una de las mejores frutas del Continente:
Hay una fruta que se llaman piñas, que nace en unas plantas como cardos a manera de las zaviras, de muchas pencas, pero más delgadas que las de la zavira, y mayores y espinosas; y de en medio de la mata nace un tallo tan alto como medio estado, poco más o menos, y grueso como dos dedos, y encima de él una piña gruesa poco menos que la cabeza de un niño algunas; pero por la mayor parte menores, y llena de escamas por encima, más altas unas que otras, como las tienen las de los piñones; pero no se dividen ni abren, sino estánse enteras estas escamas en una corteza del grosor de la del melón; y cuando están amarillas, que es dende a un año que se sembraron, están maduras y para comer, y algunas antes; y en el pezón de ellas algunas veces les nacen a estas piñas uno o dos cogollos, y continuamente uno encima en la cabeza de la dicha piña; el cual cogollo no hacen sino ponerle debajo de tierra, y luego prende, y en el espacio de otro año hácese de aquel cogollo otra piña, así como es dicho, y aquel cardo en que la piña nace, después que es cogido, no vale nada ni da más fruto; y estas piñas ponen los indios y los cristianos cuando las siembran, a carreras y en orden como cepas de viñas, y huele esta fruta mejor que melocotones, y toda la casa huele por una o dos de ellas, y es tan suave fruta, que creo que es una de las mejores del mundo, y de más lindo y suave sabor y vista, y parecen en el gusto como melocotones, que mucho sabor tengan de duraznos, y es carnosa como el durazno, salvo que tiene briznas como el cardo, pero muy sutiles, mas es dañosa cuando se continúa a comer para los dientes, y es muy zumosa, y en algunas partes los indios hacen vino de ellas, y es bueno; y son tan sanas, que se dan a dolientes, y les abre mucho el apetito a los que tienen hastío y perdida la gana de comer.Sumario de la natural historia de las Indias ( 1526) - Gonzalo Fernández de Oviedo.
Piña-Fernández de Oviedo - Piñas de pino - Alcachofa
De las piñas que llaman los cristianos, porque lo parecen (...) hay en esta isla Española unos cardos: que Chi jiada uno de ellos lleva una piña: la cual es una de las mas hermosas frutas que yo he visto en todo lo que en el mundo he andado, a lo menos en España, ni en Francia, ni Inglaterra, Alemania, ni en Italia, ni menos en los estados de la Cesárea Majestad de Borgoña, Flandes, Tirol, Artues, ni Olanda, ni Gelanda: ni tampoco en Sicilia (...) . Ninguna fruta yo he conocido de éstas, ni visto en todas las partes que he dicho y he estado: ni pienso que en el mundo la hay que en estas cosas juntas que ahora diré ni pueda hacer ventaja. Y son hermosura de vista. Suavidad de olor. Gusto de excelente sabor.
(...) Y porque yo no se también dibujar como quería, para que además de las palabras en alguna manera la vista de ello y pudiese participar de esta verdad, póngola como supiere hacer en la imagen. Puesto que así por no tener colores como porque le faltara mucho al dibujo no satisface tan copiosamente como la materia lo pide, para dar la de todo punto a entender. Pero dejada la pintura aparte que esto toca solamente a la vista, y esta a mis ojos es la mas hermosa de todas las frutas: así en grandeza como en color que es verde y alumbrada o matizada de amarillo muy subido: y cuanto mas se va madurando mas participa de jalde y va subiendo del verde: y así se va aumentando el olor de muy buenos y perfectos melocotones que participen asaz del membrillo. Y una piña sola que este en casa huele toda la cámara de la manera que he dicho. El gusto es mejor que el melocotón y mas zumoso: y mondase alrededor y hacen las tajadas redondas, y como quiere el trinchante, porque en cada parte al luengo, o por el través tiene pelo y gentil corte: en estas islas todas es fruta cual he dicho y muy común porque en todas ellas y en la tierra firme las hay: y como los indios tienen muchas y diversas lenguas, así por diversos nombres la nombran: a lo menos en la tierra firme en 20 o 30 leguas acaece a ver cuatro o cinco lenguajes. Y aun esta es una de las causas principales porque los pocos cristianos en aquellas partes se sostienen entre estas gentes bárbaras. Diremos esto para en su lugar, estos menos a esta fruta de las piñas: el cual nombre los cristianos le dieron porque lo parecen en alguna manera: pero estas son mas hermosas y no tienen aquella robusticidad de las piñas de los piñones de Castilla, porque aquellas son madera o casi: y estas otras se cortan con un cuchillo como un melón o a tajadas redondas mejor quitándoles primero aquella cáscara que esta a manera de unas escamas relevadas, que las hacen parecer piñas: pero no se abren ni dividen por aquellas junturas de las escamas como las de los piñones por cierto así como entre las aves se esmero natura de las plumas con que viste a los pavos de nuestra Europa, así tuvo el mismo cuidado en la composición y hermosura de esta fruta, mas que en alguna de todas las que yo he visto, y no puedo pensar que en el mundo hay otra tan linda.
Una sola de estas piñas huele a muchos duraznos y membrillos y melocotones que estuviesen juntos y muy mejor que todos tres olores imita. Es fruta zumosa, y tiene una carnosidad buena y graciosa al gusto: y son tamañas como melones medianos y algunas mayores, y otras muchas menores. Y esto causa que no todas las piñas aunque se ofrece de fuera son de un genero o sabor. Algunas son algo agrias, o por ser campesinas y mal cultivadas, y como por ser de terreno descenviniente porque en todas las frutas acaece ser mejor un melón que otro, y una pera que otra, y allí de todas las demás: y por el consiguiente una piña hace gran ventaja a otra piña: pero la buena no tiene comparación con ella otra fruta en las que yo he visto.
(...) la piña nace en un cardo áspero y espinoso y de luengas pencas y muy salvaje: y de en medio de aquel cardo sale un tallo redondo que hecha sola una piña, la cual tarda en sazonar 10 meses o un año: y cortada no da fruto mas aquel cardo ni sirve sino a embarazar el terreno, podrá decir alguno que pues es cardo el que da esta fruta, porque no se llama ella alcachofa: digo que en mano fue de los primeros cristianos que acá las dieron llamar las piñas, y también las pudieren mas justamente llamar alcachofas habiendo respecto al cardo en que nacieron: pero estas no tienen espinas: y parecen mas piña que alcachofa. Verdad es que aun no es apartada totalmente del linaje de alcachofa ni de las espinas porque en la coronilla o encima de la piña tiene un cogollo áspero: y adórnale mucho en la vista, y algunas tienen uno o dos y mas de tales cogollos, donde ella esta pegada con el tallo del cardo y nacida: y para plantar otros cardos y piñas estos cogollos son la simiente, o sucesión de esta fruta: porque toman aquel cogollo que la piña tiene encima o los que están pegados con ella en el pezón: y hincanles en tierra dos o tres dedos en hondo, dejando descubierto la mitad del tal cogollo y luego prende muy bien, y en el discurso del tiempo que he dicho hácese otro tal cardo cada cogollo y da otra piña tal como he dicho. Las hojas de este cardo quieren parecer algo a las de las sabiras salvo que son mas luengas y no tan gordas y corpulentas. Esta fruta seria en mas tenida sino hubiese tanta abundancia de piñas. Pero las de tierra firme tengo yo por mejores y mayores que las de estas islas. No se tiene esta fruta después que acaba de madurar de 15 o 20 dias adelante, mas el tiempo que esta sin corromper y pudrir es muy buena, puesto que algunos la condenan por colérica.
Yo no se de esto lo cierto: pero se que despierta el apetito, para muchos que por hastío no pueden comer, les restituye la gana para ello, y les da aliento y voluntad a esforzarse a comer y repara el gusto. Su sabor mas puntual a lo que mas quiere parecer es al melocotón y sabe mucho a durazno y huele juntamente a el y al membrillo: pero este sabor tiene la piña mezclado con una mistion de moscatel: y por tanto es de mejor sabor que los melocotones: solo un defecto tiene, por el que no agradara esta fruta a todos los gustos, y es: que el vino aunque sea el mejor del mundo no sabe bien, bebido tras la piña. Y si así supiera como sabe con las peras asadera u otras cosas que con el beber tienen prendido los que son del vino amigos, fuera única a su parecer de los tales, y creo que esta es la causa porque acá no están bien algunos con esta fruta: ni tampoco sabe bien el agua bebiéndola tras la piña. Y esto que algunos parece tachar gran dificultad me parece a mi que es un gran privilegio y excelencia para dar a amigos del beber.
También digo que la carnosidad de esta piña tiene sutiles briznas como las pencas o los cardos que se comen en España: pero mas encubiertas mucho al paladar y de menos empacho y estorbo en el comerlas: y por esto no son útiles a las encías y dentadura, cuando se continúan a comer muy a menudo. En tierra firme en algunas partes los indios hacen vino de estas piñas y tienense por sano y yo lo he bebido: pero no me parece tal porque es muy dulce y ningún español ni aun indio lo bebería teniendo el de Castilla aunque el de España no sea de los muy escogidos vinos. Estas piñas son de diversos géneros: y así es la verdad en especial de tres maneras: a unas llaman: Yayama: y a otras : Boniama: y otras: Yayagua. Estas postreras son algo agrias y ásperas y de dentro es blanca y vinosa: las que llaman Boniama, es blanca de dentro pero dulce y algo estoposa. las que llaman Yayama, esta tal es algo prolongada y al detalle de esta que aquí esta pintada: porque las otras dos de quien se ha dicho son mas redondas: y a esta ultima es la mejor de todas y de dentro es la color amarilla oscura y es muy dulce y suave de comer y de quien se ha de entender lo que esta dicho en loor de esta fruta.
En algunas partes hay de las unas y de las otra muchas salvajes que se nacen por si en el campo y en grandísima multitud: pero las que se labran y cultivan son mejores sin comparación, y reconocen bien el beneficio del agricultor y son mas que delicadas. Algunas se han llevado a España pero muy pocas llegan allá: y ya que lleguen no pueden ser perfectas ni buenas, porque las han de cortar verde y sazonarle en el mar: y de esta forma pierden el crédito. Yo las he probado a llevar, y por no haberse acertado la navegación y tardar muchos días se me pudrieron y pudriéronse todas: y provee a llevar los cogollos y también se perdieron. No es fruta si no de esta tierra o otra que a lo menos no sea tan fría como España. Verdad es que el maíz que es el pan de estas partes: yo lo he visto en mi tierra en Madrid muy bueno se crió en un heredamiento del comendador Hernán Ramírez Galindo a par de aquella devota ermita de nuestra señora de Atocha: : pero en el Andalucía en muchas partes se ha hecho el maíz: y por eso soy de la opinión que se harían estas piñas llevando los cardos sueltos, y de tres o cuatro meses acá en estas partes“.
Historia general y natural de las Indias (1535 y 1851-1855) - Gonzalo Fernández de Oviedo
Transporte y cultivo
Como ya decía Fernández de Oviedo sobre el transporte y cultivo de la piña " .... por no haberse acertado la navegación y tardar muchos días se me pudrieron y pudrieronse todas: y provee a llevar los cogollos y también se perdieron. No es fruta si no de esta tierra o otra que a lo menos no sea tan fría como España" y por ello, no podían transportarse con garantías desde América , y debe esperarse hasta en el siglo XVII para su aparición en Europa y su cultivo en el XVIII cuando pueden cultivarse en invernaderos a a un coste elevadísimo que solo la hacen accesible a las grandes fortunas , que no la utilizan como fruta comestible si no como símbolo de poder y riqueza.
La piña "gracia divina"
La monarquía absolutista, todavía inquebrantable en Europa, utilizando a mediados del siglo XVII absurdas justificaciones como la del médico francés Pierre Pomet que dice: "Se pensó una denominación justa ... llamar a Ananas el Rey de las Frutas, porque es lo mejor y lo mejor de todo lo que hay sobre la Faz de la Tierra. Es por esta razón que el Rey de reyes ha colocado una corona sobre su cabeza, que es una marca esencial de su realeza ", convirtiendo a la piña en una manifestación simbólica de la gracia divina de los reyes.
Pero ese simbolismo cambiará en Inglaterra durante los años conservadores de Cromwell que siguieron a la Guerra Civil inglesa de 1642, en los que no hay menciones impresas de la piña. Para el protestante puritano Cromwell, la piña no solo era un lujo inadmisible en comparación con cualquier otra humilde fruta al alcance de todos, sino que además no estaba dispuesto a admitir que una fruta por el hecho de disponer de un frondoso tocado representara una evidencia del favor de Dios.
En 1660 cuando toma el trono Carlos II , apodado "El Monarca Alegre", desaparece el puritanismo cromwelliano y regresa la vida alegre que incluye el esplendor de la mesa de los comedores ilustres, con relucientes carnes, gelatinas temblorosas y esculturas de azúcar, y la piña para pocos privilegiados, que bautizada como "Piña Real" recupera su simbolismo de poder.
Carlos II recibiendo una piña ( 1675)
La piña símbolo de poder y riqueza
La piña se convierte en el símbolo de estado favorito de Carlos II, que incluso aparece en una pintura de Hendrik Danckerts de 1675, en la que el jardinero real le presenta una piña, aunque a cusa del clima aún no podía cultivarse en Inglaterra, y procedía de Barbados.
La piña no pudo cultivarse con éxito en Europa hasta que el comerciante de telas holandés, Pieter de la Court, aproximadamente en 1658, ideó un método eficiente para cultivar piñas en un clima no tropical consistente principalmente en utilizar cuartos calientes que se mantenían consistentemente cálidos y húmedos, y que debían diseñarse cuidadosamente para expulsar el humo y los humos calientes de la estructura, manteniendo el clima interior, así como la temperatura del suelo, dentro de rangos muy específicos. El dominio de los holandeses en la producción de piña, es en gran parte porque la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales disfrutaba de un monopolio casi total del comercio en el Caribe en ese momento, lo que permitió a los ciudadanos holandeses ricos importar numerosas plantas de piña para experimentar con ellas, a pesar del elevado gasto.
Cuando la noticia de la capacidad de Court para cultivar piñas y otras plantas y frutas exóticas durante todo el año llegó a Inglaterra , muchos nobles enviaron a sus jardineros a los Países Bajos para aprender sus técnicas de primera mano a un costo considerable.
La primera piña real cultivada en suelo inglés, se sitúa alrededor de 1714-1716 cuando un holandés llamado Henry Telende pudo cultivar una para su empleador, Matthew Decker, quien encargó a Theodorus Netscher ( 1661-1732) una pintura en 1720 para celebrar el acontecimiento.
Cuadro de piña encargado por Matthew Decker
El cultivo de las piñas en Inglaterra, ocasionó una gran demanda de las mismas debido a su rareza y símbolo de riqueza , y destinadas a las mesas reales y aristócratas de Europa.
Amadas por reyes y aristócratas por igual, la piña fue un emblema moderno de exhibición económica dado su costosísimo cultivo , ya que para ello se necesitaba atención las 24 horas, invernaderos hechos a medida y montañas de carbón para mantener altas las temperaturas, hasta que pasados tres o cuatro años florecía la fruta, lo que suponía que el precio por cada piña fuera un equivalente a los 5.800 euros actuales.
Era tanto su valor que se consideraba un derroche comerla, utilizándola como durante el reinado de Carlos II, como adornos de mesa a la hora de la cena. Se pasaba una piña de fiesta en fiesta hasta que comenzara a pudrirse, y arriesgándose las sirvientas a que durante su transporte fueran asaltadas y robadas tan valiosas mercancías. Para aquellos no suficientemente ricos como para cultivar sus propias piñas, surgió un grupo de tiendas de alquiler de piña para exhibir en las cena, preferiblemente con las hojas y los adornos todavía adheridos, para simular que se había cultivado en el propio invernadero. Sin embargo, al igual que la plata fina y la porcelana alquiladas, tuvieron que ser devueltas después.
Sorprendentemente nunca se tuvo en cuenta para el cultivo de la piña lo que ya decía Gonzalo Fernández de Oviedo en el siglo XVI en su Historia general y natural de las Indias:
"... pero en el Andalucía en muchas partes se ha hecho el maíz: y por eso soy de la opinión que se harían estas piñas llevando los cardos sueltos, y de tres o cuatro meses acá en estas partes“
ni la lógica del Abate Rozier en 1798 que en un trabajo titulado ‘Del cultivo de las ananás" dice:
“...sino estuviésemos tan persuadidos de que en cuantas partes es pródiga de sus dones la naturaleza, los hombres no dan un paso para auxiliarla, y al contrario trabajan incesantemente para hacerla producir en los países menos favorecidos por el clima y el terreno; y así el cultivo dé las ananás no está en uso, sino en las provincias septentrionales de Europa“. Siguiendo o abundando en el tema más adelante sostiene que: “En la parte meridional de España se podrían criar las ananás con mucha facilidad y a poca costa por lo templado del país; y si los que se entregasen a su cultivo las vendiesen por la mitad de lo que se pagan en Londres, en donde una ananá grande vale de 80 á 100 reales, y si es mediana 40 ó 5 0 , no les tendría poca cuenta este ramo de agricultura“.
Grandes propietarios adornaron su propiedad con elementos arquitectónicos con forma de piña . Un ejemplo de ellos es la casa de verano del siglo XVIII , "La Piña" , en la finca Dumore de Escocia, con una cúpula gigante en forma de piña , que oculta la entrada a un jardín amurallado, donde se cultivaba flora exótica. Esto no es solo una piña como decoración, sino como un elemento , arquitectónica y simbólico, una representación visual de clase y poder a gran escala.
Fuentes: http://repositorios.cihac.fcs.ucr.ac.cr / Las primeras cocinas de América - Sophie D. Cue -Editorial Fondo de Cultura Económica/ El tesoro natural de América - José Pardo Tomás - Ediciones Nívola/ Los alimentos vegetales que América dio al mundo -Genevieve Dawson - Universidad Nacional de la Plata / https://www.historiacocina.com.
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