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10 de enero de 2022

EL MAL, DIOS Y EL DIABLO


LA REBELIÓN DE LUZBEL

Una de las historias tradicionales más aceptadas sobre el origen del diablo cristiano , relata que en el Cielo, junto a Dios se encontraban entre los ángeles los primeros arcángeles ,Luzbel (Portador de luz) y Gabriel (Fuerza de Dios). Rebelado ante Dios , junto a un tercio de los ángeles , Luzbel y sus seguidores perdieron la batalla frente a resto de ángeles capitaneados por Gabriel por mandato de Dios, siendo expulsado del cielo y enviado al Infierno junto al resto de ángeles caídos ( 1), recibiendo el nombre de  Satanás (1)
(1) El término "ángel caído" no aparece en la Biblia . Se utiliza para describir a una criatura angelical que por haberse rebelado contra Dios es expulsado del cielo.

(2)La palabra Satanás proviene del hebreo satán, que quiere decir ‘enemigo’, ‘oponente’ o ‘adversario’. No necesariamente se refiere a un personaje, sino a aquello que se asocia al mal y a la tentación, es decir, a aquello que separa a la persona de la senda espiritual, que obstaculiza el bien y que se opone abiertamente a éste.

EL MAL, DIOS Y EL DIABLO

Distintas religiones , con relatos diferentes han alimentado las creencias maniqueas caracterizadas por ver e interpretar el mundo como sujeto a las acciones de dos principios contrarios y eternos que luchan entre sí, el bien y el mal, y que la historia, con sus acontecimientos positivos y negativos está sus subordinada a fuerzas sobrenaturales externas que la condicionan positiva o negativamente. La clave del éxito o de la desgracia es determinada por la fidelidad a las leyes divinas o a su transgresión. La ética religiosa es, por tanto, decisiva para la activación del bien o del mal, que postula la existencia de un ser superior, Dios, del cual depende la creación y, en consecuencia, el bien y el mal, siendo este último el resultado de la transgresión de las leyes divinas, de una desobediencia que provoca la condenación, el sufrimiento y la pena por la falta. Existe el mundo de arriba, el cielo, el mundo originario, eterno, poblado por dioses y seres sobrenaturales que regulan el curso de la historia; y el mundo de abajo, terreno, y poblado por los seres creados, entre ellos, los humanos, un mundo dependiente y sometido al mundo celeste y los dioses. El bien y el mal dependen de la relación entre esos dos mundos y el equilibrio que se establece entre ellos: cualquier desorden, transgresión o conflicto,amenaza el bienestar del mundo de abajo y puede originar todo tipo de mal.

En la tradición cultural judeo-cristiana , el responsable de todos los males que afligen a la humanidad recibe un nombre genérico : el diablo, Sus nombres más conocidos y poderosos son los de Satanás y Lucifer, que corresponden casi indistintamentea los príncipes de la jerarquía diabólica. Lucifer es un nombre que se usa para el diablo, tanto antes como después de su caída; mientras que Satanás sólo se usa una vez que es un ángel caído.Es el opositor de Dios, que que se convierte en el seductor, el corruptor que conoce la flaqueza humana y que a través de ella pretende conseguir alejar al hombre de Dios convirtiéndolo en su seguidor.  Además  se le atribuye un objetivo mucho mayor: tomar el lugar de Dios y reinar eternamente sobre la Tierra. Utiliza numerosos nombres y jerarquías y representa los los miedos, las amenazas , los sufrimientos y todo el mal que a lo largo de la historia de la humanidad ha provocado siempre los miedos y las angustias más profundas del ser humano.

El demonio  únicamente puede realizar sus maldades calumniando y ejerciendo su labor de antagonista directo de Dios. Sin embargo, es este ser superior quien le dicta cómo, cuándo y de qué manera puede actuar. Satán resultaría así una duplicación de Dios, un negativo de la figura deífica o, más exactamente, el lado oscuro de la divinidad: extensión maléfica de su propio ser. Varios autores religiosos a lo largo de la historia han propuesto la noción del Dios de Abraham como el Diablo, sosteniendo que el Dios bíblico  es una fuerza divina que causa sufrimiento, muerte y destrucción y que tienta o dirige a la humanidad a cometer violencia y genocidio, acciones malvadas y diabólicas que se deducen de muchos pasajes de la escritura bíblica.

Esa posibilidad , que resultaba bastante inquietante y que suponía  un importante problema teológico que cuestionaría  la misma existencia de Dios, tiene como  argumento más tradicional en occidente  la llamada “paradoja de Epicuro” atribuida a Epicuro de Samos, que vivió entre los siglos  IV y III a.C., y que dice :

a) Dios es bondadoso y omnipotente
pero
b) El mal existe

Por lo tanto:

— Si el mal existe porque Dios no quiere evitarlo, entonces Dios no es bondadoso.
—Si el mal existe porque Dios no puede evitarlo, entonces no es omnipotente.

de lo que concluimos que la premisa “a” es falsa ( Dios no es bondadoso e omnipotente).

Esta paradoja , planteada mucho antes de que surgiera el cristianismo puede aplicarse  a diversas religiones , aunque el razonamiento más activo para refutarla pertenece al cristianismo, tratada en épocas posteriores por importantísimos apologistas como Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Martín Lutero y Calvino, o por filósofos de diversa índole como Hume, Kant, Hegel o Leibniz., presentando respuestas que generalmente sólo funcionan dentro de sus propios sistemas de creencias, y que una perspectiva externa al dogma religioso no consigue refutar. Por no haber, no hay siquiera una respuesta unificada dentro del propio cristianismo.

Todo parece indicar que para resolver el dilema sobre el origen del mal y la existencia de Dios, se utiliza al diablo como la encarnación del mal absoluto a partir de la necesidad de eximir a Yahvé único dios creador, señor del universo, y dios de los cristianos, de la responsabilidad de la maldad en el mundo:. Si hay un Dios y éste es el Bien Absoluto, el mal no puede provenir de él; así, debe de existir otra entidad, muy poderosa, que justifique la existencia de la enfermedad, el dolor, el crimen, la crueldad, las calamidades… y ése es el diablo, al que, a diferencia de Dios, símbolo del bien, se le dará una una apariencia terrible , como símbolo de mal material y moral que afecta a los humanos.

Así, la religión transforma al diablo en el enemigo y adversario principal de Dios,que dicta el único camino a seguir para conseguir la salvación y la vida eterna, mientras que el el diablo representa al “otro”, o la posibilidad de lo diverso, de lo diferente., y como consecuencia la sociedad lo excluye,porque representa la diversidad, la contestación, la disidencia interna, la rebelión,... algo que no está dispuesto a permitir ni el poder religioso ni el terrenal.

LA IMAGEN DEL DIABLO

En  la Biblia se hace mención a Satán unas 36 veces y al Diablo unas 33; mientras que, en el Nuevo Testamento a Satán se le otorga el nombre de Diablo. 

Resulta curioso que el Diablo , personaje omnipresente en todos los textos cristianos comenzando por la Biblia, presenta en los primeros siglos del cristianismo la dificultad de representar su aspecto , ya que en la Biblia no se describen más que sus acciones pero no su aspecto dado su carácter inmaterial por tratarse de un ángel ,aunque sea un ángel caído, arrojado al infierno cuando quiso rebelarse ante Dios. 

En tiempos de absoluto analfabetismo, en el que los libros eran escasos y producidos mediante copias a mano realizadas por monjes copistas en los monasterios, era muy necesario disponer de una iconografía que junto a los sermones del clero permitiera ver representados todas aquellas historias y personajes que les eran relatados, entre ellos el terrible diablo señor de los infiernos que inflige castigos terroríficos a los pecadores, que se localizan en portadas de iglesias, pinturas murales, capiteles o pilas bautismales, Esa imagen del Diablo , como representación del mal absoluto, fue creada por sucesivos artistas utilizando como referencia lo poco que dice la Biblia sobre él, y las numerosas , contradictorias e imaginativas definiciones sobre el mismo dadas por santos, iluminados y clérigos, por medio de descripciones simbólicas y fantásticas.

En los primeros siglos de la cristiandad, específicamente en los posteriores al año 380 de nuestra era , cuando Cuando Toedosio I declaró al cristianismo como la religión oficial del Imperio, existían en Europa y Asia una multitud de religiones, cada una con su panteón y sus dioses antropomorfos o zooantropomorfos, es decir, con forma humana o mezcla de animal y humano, adorados por los celtas, germanos, egipcios, babilonios, griegos, sumerios, fenicios y todos los demás pueblos que rodeaban o habían sido conquistados por el pujante Imperio Romano. Esos dioses a partir de la oficialización del cristianismo se convirtieron para la nueva religión oficial en religiones paganas con “falsos” dioses, pasando a ser considerados enemigos de la cristiandad, demonizando asimismo a toda entidad de ritual no cristiano.


Había que inventarse una imagen simbólica del diablo lo suficientemente terrorífica como correspondía a un representante del mal absoluto, que fue reinventándose a lo largo de los siglos, un pastiche que reuníaen un solo ser todo lo que resultaba negativo y condenable, y especialmente feo, una fealdad que ya desde la Edad Media, se identificaría con lo monstruoso. Así aparece como monstruo,  como animales repugnante y temidos ( reptiles como serpientes, dragones,...), como engendro híbrido o zoomorfo, frecuentemente velludo y con cuernos y rabo, y, sobre todo, feo, una fealdad que ya desde la Edad Media, se identificaría con lo monstruoso y, por lo tanto, con lo malvado.siendo concebido con varios colores, azul, negro, verde y rojo ,

Mosáico de la iglesia de San Apolinar Nuovo en Rávena (Italia)

Así, por ejemplo en los primeros siglos del cristianismo la representación del diablo solo se distinguía de los ángeles del cielo por su color azul. En un mosaico del siglo VI que decora un fragmento del muro de la iglesia de San Apolinar Nuovo en Rávena (Italia) , aparece una imagen de Cristo diferente de la que más adelante se convertirá en habitual y lo mismo ocurre con el diablo.En esos momentos el arte cristiano aún no había creado el diablo de aspecto monstruoso propio del arte medieval.

En el centro se destaca la figura Cristo. Puede sorprender el hecho de que se le represente como un joven sin barba. Sin embargo antes de que se acabe imponiendo la imagen de Cristo con barba y largos cabellos (de origen Sirio) se lo representaba tal como se ve en el mosaico de Rávena., con un nimbo crucífero que rodea su cabeza identificándolo con Cristo.. La imagen se completa con la presencia de dos ángeles, de dos colores diferentes. El se sitúa a la derecha de Cristo junto a las ovejas (los justos) es de color rojo. El que, en el lado contrario, acompaña a los cabritos (los pecadores), es azul. El color rojo representa la luz, mientras que el azul es el color de las tinieblas. Por lo tanto el ángel rojo es un ángel celeste mientras que el azul es un ángel del infierno, o sea, un demonio. El hecho de que aquí el demonio adopte un aspecto similar al de un ángel (tiene incluso nimbo) no es tan extraño como pudiera parecer a primera vista, ya que los demonios fueron ángeles originalmente.


También fue representado de color negro, que como símbolo del mal arraiga con fuerza en nuestra cultura a través del cristianismo. En la Biblia podemos encontrar algunas alusiones a esta simbología que, en una visión maniquea, se opone al blanco como símbolo del bien y de lo positivo. Ya en el Génesis vemos surgir esta simbología y cómo las tinieblas (la oscuridad y el caos) son lo que precede a la creación (la luz y la vida). A partir del año 1000 esta idea del negro como color del mal en general, y del maligno en particular, ganará mucha fuerza y pasará a ser un color denostado. Así pues, la luz y por extensión lo blanco parecen relacionarse con la pureza, la inocencia y la virtud, así como con el ideal cristiano de limpieza espiritual; las tinieblas, la oscuridad y por similitud todo aquello que es negro representan lo tenebroso del alma humana y lo maléfico. No es de extrañar, por tanto, que en la imaginaría cristiana del románico y el gótico se representen demonios negros.


En ilustraciones medievales del Diablo, ya avanzada la Edad Media en el siglo XI en numerosas ocasiones nos encontraremos con figuras infernales caracterizadas por el color verde como color negativo, tal vez debido en parte a su asociación con los musulmanes ya que,para los cristianos el verde , en banderas y estandartes se había convertido en su color característico. Probablemente fuera el islam primitivo el primero en asociar verde y naturaleza:en la época de Mahoma, cualquier lugar donde había algo de verdor era sinónimo oasis, de paraíso dice que al Profeta le gustaba llevar un turbante y un estandarte verdes. Este color se convirtió en emblemático en el mundo musulmán , lo que quizá contribuyó a desvalorizarlo a ojos cristianos en los períodos de hostilidad, como sucedió en las Cruzadas, dando la oportunidad a los artistas para asociar este color con toda clase de figuras ambiguas o directamente negativas, incluyendo al mismo Diablo.

En  la Biblia se hacen mención a Satán unas 36 veces y al Diablo unas 33; mientras que, en el Nuevo Testamento a Satán se le otorga el nombre de diablo. Resulta curioso que el Diablo , personaje omnipresente en todos los textos cristianos comenzando por la Biblia, presenta en los primeros siglos del cristianismo la dificultad de representar su aspecto , ya que en la Biblia no se describen más que sus acciones pero no su aspecto dado su carácter inmaterial por tratarse de un ángel ,aunque sea un ángel caído, arrojado al infierno cuando quiso rebelarse ante Dios. 

En tiempos de absoluto analfabetismo, en el que los libros eran escasos y producidos mediante copias a mano realizadas por monjes copistas en los monasterios, era muy necesario disponer de una iconografía que junto a los sermones del clero permitiera ver representados todas aquellas historias y personajes que les eran relatados, entre ellos el terrible diablo señor de los infiernos que inflige castigos terroríficos a los pecadores, que se localizan en portadas de iglesias, pinturas murales, capiteles o pilas bautismales, Esa imagen del Diablo , como representación del mal absoluto, fue creada por sucesivos artistas utilizando como referencia lo poco que dice la Biblia sobre él, y las numerosas , contradictorias e imaginativas definiciones sobre el mismo dadas por santos, iluminados y clérigos, por medio de descripciones simbólicas y fantásticas.


En la Edad Media las formas de imaginarlo del diablo no son homogéneas  . Grandes poblaciones esparcidas por extensos territorios, en una época en la que las comunicaciones y los intercambios culturales eran lentos, fragmentados y de baja densidad, llevaban a que convivieran diferentes comprensiones e ideas sobre el diablo. A partir del siglo XI, las características no humanas de la figura del demonio empiezan a ganar cierta hegemonía y comienza a aparecer como un monstruo de color rojo , dotado de cola, orejas animalescas, barba y patas de cabra y cuernos, adquiriendo también alas de murciélago.

Pan/ Satanás

En la Edad Media las formas de imaginarlo del diablo no son homogéneas. Grandes poblaciones esparcidas por extensos territorios, en una época en la que las comunicaciones y los intercambios culturales eran lentos, fragmentados y de baja densidad, llevaban a que convivieran diferentes comprensiones e ideas sobre el diablo. A partir del siglo XI, las características no humanas de la figura del demonio empiezan a ganar cierta hegemonía y comienza a aparecer como un monstruo dotado de cola, orejas animalescas, barba y patas de cabra y cuernos, adquiriendo también alas de murciélago.

Para dar su terrible apariencia al Diablo, se utilizaron elementos de la morfología de deidades no cristianas, y todo aquello que representara los miedos de los espectadores, . Del panteón egipcio toma el color rojo de Seth; de la Grecia clásica se toma prestado el tridente de Poseidón; Pan, hijo de Hermes, le aporta la cornamenta, el cuerpo hirsuto, las patas de cabra y, sobre todo, su avidez sexual, que los exégetas cristianos del siglo V habrían de condenar. Asimismo los artistas de la época gótica, para realzar su fealdad, le añaden cola de dragón y un nuevo elemento que perduró más allá del final de la edad media: sus blancas alas de ave cedieron su lugar a unas desplumadas y membranosas alas de murciélago, un animal que teme a la luz y gusta de las tinieblas.


Pero no sólo las divinidades que rivalizaban con el cristianismo fueron objeto de esta demonización, ya que, durante el medievo, los cristianos europeos dieron un rostro a los enemigos que los atacaban y crearon un Diablo que captara la imaginación popular. La demonización de los judíos fue uno de los primeros y más duraderos ejemplos del hábito cristiano de estigmatizar como sirviente del Diablo a cualquiera que no compartiera sus creencias. Los cristianos sostenían que «los judíos» eran culpables de la crucifixión de Jesús, de modo que no se explicaban cómo podrían haber realizado la atrocidad más grande de la historia si no fueran siervos de Satán, y . por otra parte , los musulmanes eran en tiempos de Cruzadas los "infieles" a quienes había que combatir. Alimentados por este desprecio, los rostros de los demonios y del Diablo fueron pareciéndose cada vez más a los de los «infieles» sarracenos o judíos: ojos grandes y oscuros, mirada profunda, nariz aguileña y una hirsuta barba rizada.


El Diablo aparece en la Edad Media con gran virulencia y se consolida en el siglo XI , siendo para los hombre de esa época, un ángel caído, una versión del maniqueísmo, una representación de la dualidad del bien y del mal que perdura desde los orígenes de los tiempos.El mundo de la Edad Media se divide en buenos y malos, unos irán al cielo y otros terminarán sufriendo eternamente los horrores del infierno. Para los clérigos de la Edad Media, la aparición del Diablo se convierte en un instrumento para atemorizar a la gente que en tiempos de crisis climáticas , epidemias como la peste negra, hambrunas y guerras , achacan a la ira de Dios a causa de los pecados cometidos por los hombres instigados por el Diablo. Además advierten que puede introducirse en un cuerpo humano y dar lugar a una posesión y que para tentar a su víctima puede presentarse con atractivas apariencias que esconde su verdadero aspecto terrorífico. Recuerdan al vulgo y a los novicios que su disfraz más corriente es el de una joven bella y atractiva, sensual y hermosa que lleva a sus víctimas al desenfreno sexual,una obsesión que ha arrastrado la Iglesia a lo largo de la historia, y también advierte de que puede aparecerse, especialmente a los peregrinos ingenuos, bajo la figura del apóstol Santiago o cualquier otro santo. Para aumentar el terror de la población se recurrirá tambien al Juicio Final y a los terribles y eternos castigos del infierno.


El  Diablo podía encontrar otras formas con las que ganarse la confianza de sus víctimas.Una de ellas era tentar al humano apreciéndose en sueño,   y en otras se aparecía a gente despierta, aunque a menudo engañando a sus sentidos. La característica esencial del diablo  era su poder de transmutación, es lo que le permite acercarse a los humanos y tentarlos mediante engaños. Si bien a menudo ha sido representado como un animal o como mezcla de hombre y animal , también podía ser alguien de aspecto nada sospechoso. También la calenturienta imaginación antidiablo relata que más allá de su aspecto hay rasgos inmutables en su carácter: aborrece el agua bendita y el tañer de las campanas y le encantan las armas de fuego (se decía que los arcabuces eran forjados en el infierno), es noctámbulo, le gusta bailar, fumar y usa como transporte un caballo, trineo volador o sus propias alas. Sus profesiones pueden ser muy variadas: profesor, segador, tahúr… y tiene la peculiar habilidad de atrapar con el culo el pie de quien intenta darle una patada. Respecto a su hábitat, las legiones del Diablo podían ser aéreas, terrestres, acuáticas, subterráneas o lugares sin luz.

En ocasiones, podía llegar a sincerarse y proponer un pacto ofreciendo determinados favores a cambio de ciertos servicios o incluso del alma, realizando si era necesario la firma de un contrato. A los que pactan con el Diablo debían decir “Reniego al Creador del Cielo y de la Tierra. Reniego de mi bautismo. Reniego de la adoración que antes porte a Dios. Rompo con ellos, y en esto creo”. El diablo entonces coloca su garra en la frente, borrando así el Santo Crisma y destruyendo la marca del Bautismo.

Por ultimo, hay que  mencionar las posesiones diabólicas, que no requería de la comnivencia de la víctima. El Diablo directamente se adueñaba del sujeto, que era entonces denominado “energúmeno”( persona poseída por el diablo) . Aunque había aún posibilidad de salvación, mediante la realización de un exorcismo. El procedimiento que el exorcista debía seguir consistía en situarse delante del cuerpo y preguntar si son muchos o pocos los que entraron en el energúmeno, sus nombres y el motivo por el que lo hicieron. Si se avenían a decir sus nombres el proceso resultaba más sencillo, ya que a partir de ellos se podía saber las propiedades del demonio que allí estuviera. En tal caso el exorcista le gritaba los “improperios y maldiciones” que más le podían herir al diablo para que abandonara el cuerpo poseído.

En ocasiones, podía llegar a sincerarse y proponer un pacto ofreciendo determinados favores a cambio de ciertos servicios o incluso del alma, realizando si era necesario la firma de un contrato. A los que pactan con el Diablo debían decir “Reniego al Creador del Cielo y de la Tierra. Reniego de mi bautismo. Reniego de la adoración que antes porte a Dios. Rompo con ellos, y en esto creo”. El diablo entonces coloca su garra en la frente, borrando así el Santo Crisma y destruyendo la marca del Bautismo.


LA MUJER Y EL DIABLO

Una de las víctimas más propicias para las maniobras del Diablo fueron las mujeres. Fue una mujer, Eva, la responsable del pecado original. Ya lo advertía severamente uno de los padres de la Iglesia, Tertuliano (  (ca. 155-220)  que se ocupó ampliamente de la mujer virgen, viuda y casada, especialmente de la conducta de las mujeres cristianas imersas en la cultura pagana, teorías que serían continuadas por numerosos y reconocidos  escritores cristianos a lo largo de los siglos, atribuyéndoles desde una connotación maligna hasta la responsabilidad de ser las causantes de los males del mundo. Cuando Satanás engañó a Eva, marcó el destino de su género.

Toda mujer debería caminar como Eva en el luto y la penitencia, de modo que con la vestidura de la penitencia pudiera expiar plenamente aquello que le viene de Eva, la ignominia, digo, del primer pecado, y el odio innato en ella, causa de la perdición humana.
¿No sabes que también tú eres Eva? La condena de Dios a tu sexo perdura todavía hoy; tu culpa permanece aún.
¡Tú eres la puerta del Demonio!
¡Tú comiste del árbol prohibido!
¡Tú desobedeciste la primera la ley divina!
¡Tú convenciste a Adán, porque el Demonio no era bastante valeroso para atacarlo!
¡Tú destruiste la imagen de Dios, el hombre!
¡A causa de lo que hiciste, el Hijo de Dios tuvo que morir!

Tertuliano (ca. 155-220) De cultu feminarum, libro 1, capítulo 1

EL DIABLO Y LA BRUJERÍA

Durante la caza de brujas al fenómeno histórico sucedido principalmente en Europa y América entre el siglo XV y el siglo XVII, miles de personas, principalmente mujeres, son acusadas , como instrumento del diablo, de valerse del arte de la brujería para seducir a los hombres y desencadenar un sinnúmero de calamidades. Brujería es un término que comprendia una amplia serie de actos y circunstancias, desde la medicina practicada por mujeres, la elaboración de brebajes y medicamentos, la adivinación y la magia, hasta conductas sexuales y sociales rechazadas por las autoridades religiosas.Ellas acaparaban el 90% de las condenas por brujería, que consistía en una asociación con el diablo que incluía trato carnal y dotaba de poderes sobrenaturales a sus practicantes, y que efectuaban sus ritos demonçiacos en los aquelarres ( 3). 

(3) Aquelarre : Junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para sus prácticas mágicas o supersticiosas.

Cuenta la leyenda que, en unas cuevas cercanas a Zagarramurdi ( Navarra) , se reunían un grupo de brujas de la zona a encontrarse con el diablo, en forma de macho cabrío, celebrando ritos y fiestas. Lo que es hoy en día llamado el Aquelarre.

Aquelarre , deriva del vasco Akelarre, que significa prado del cabrón y proviene de un pequeño prado cerca de las cuevas donde se celebraban estas reuniones de brujas. Y así le llamaban los asistentes a las reuniones de las cuevas a este prado ya que en él pastaba un gran cabrón, el cual decían que era el Diablo que se transformaba para particiapar en la reunión para la celebración del rito diabólico.
De acuerdo con el imaginativo  "Compendium Maleficarum", de Fray Francesco María Guazzo, antes de acudir a los aquelarres las brujas se untaban de un ungüento hecho con niños asesinados y acudían volando en una escoba u otro objeto de madera a la celebración, que daba comienzo en torno a las 10 u 11 de la noche. El evento estaba presidido por el Gran Cabrón, sentado en un trono e iluminado a su alrededor por velas negras, que previamente había encendido soplando sobre ellas con su trasero. Como también era negro el espárrago con el que un oficiante salpicaba a los presentes con orina diabólica. Al comienzo se realizaban las ofrendas (a menudo cordones umbilicales) y se servía algo para comer, aunque eran alimentos “asquerosos de apariencia o hedor, y que fácilmente darían náuseas al estómago más vorazmente hambriento”. El vino era negro como la sangre coagulada y no había pan ni sal. Tras la comida —que nunca lograba saciar— venían los bailes, en círculo y hacia la izquierda y que resultaban extremadamente agotadores. A continuación se cantaban canciones obscenas al son de una flauta y un tamboril y, finalmente, llegaba la cópula. Pero tampoco resultaban placenteros  ni el pene ni y el semen de Belial, estéril y frío como el hielo, que resultaba muy doloroso para las receptoras. Tras el rito solía quedar una marca de garra en el hombro de la bruja, que generalmente servía luego para identificarla como tal , y posiblemente quemada en la en la hoguera.


Fuentes: Historia del Diablo-Robert Muchembled-Ediciones Cátedra /Breve historia de Satanás - Gabriel Andrade - Editorial Nowtilus

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