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19 de febrero de 2023

LUPERCUS, SAN VALENTÍN Y LAS VALENTINAS ( Parte 2 de 2 )

Esther Howland

La familia Howland, con un linaje prestigioso que se remonta a los Padres Peregrinos, era propietaria de la librería y papelería más grande de Worcester, Massachusetts. Esther Howland poco después de graduarse de Mount Holyoke College a la edad de 19 años , en 1847 recibió un elaborado regalo de San Valentín inglés de uno de los socios comerciales de su padre, que estaba decorada con un elaborado borde de encaje fino y recortadas flores ornamentales que habían sido coloreadas y pegadas. En el centro del San Valentín había un pequeño sobre verde pálido que contenía una nota con un borde rojo y un verso apropiado para el Día de San Valentín. ] En ese momento, las elaboradas tarjetas de felicitación de San Valentín se importaban de Europa y no eran asequibles para muchos estadounidenses.

Esas tarjetas le dieron una idea a Esther Howland : fabricar en EEUU unas tarjetas  de aspecto similar que imitaran el estilo de los productos británicos, creyendo que  podría haber un mercado estadounidense para estos saludos formales de estilo inglés. En la jerga empresarial moderna, compraría productos de lujo, vendiendo tarjetas por hasta 75 centavos, que aunque más baratas que las inglesas importadas , seguían teniendo un precio escandaloso  en una época en que el trabajador estadounidense promedio ganaba menos de un dólar al día  . Convenció a su padre para que ordenara papel de encaje y otros suministros de Inglaterra y la ciudad de Nueva York e hizo una docena de muestras, que su hermano agregó a su inventario para un próximo viaje de ventas. Esther entendió claramente algo que los comerciantes que creaban tarjetas de San Valentín económicas no entendieron o pensaron que no valía la pena: la marca. Cada tarjeta de San Valentín de Howland se estampó con una letra mayúscula roja "H" y se trabajó con la misma paleta: naranjas pastel, verdes y azules, cupidos a todo color y elaborados frentes de las tarjetas hechos de encaje, seda y satén  La publicidad y el boca a boca, basados ​​en un producto muy reconocibles por su refinamientos y detalles característicos , y una amplia gama de precios , convirtieron a las tarjetas en un gran éxito comercial, y le aseguró  a Esther Howland un lugar en la historia como pionera y madre de las valentinas americanas. 


Normas para las cartas de amor

El Profesor Thomas E Hill fue una respetada figura que intentó definir las normas de comportamiento formales que toda dama y caballero victorianos debían seguir para actuar con propiedad en cada momento. A través de sus obras, manuales de cabecera para la alta sociedad – sobre todo para las damas – definió el estilo de toda una generación en la manera de hablar, actuar y el relacionarse de acuerdo a estrictas normas sociales que dominaban lo que se podía definir como «políticamente correcto» en la segunda mitad del siglo XIX. A continuación un fragmento realtivo a las cartas de amor:

Las cartas de amor deberían ser escritas con extremo cuidado para ser lo más perfectas posibles. Una mala sintaxis, o una incorrecta ortografía, pueden estropear las expectativas e imagen que quiere dar el escritor, haciéndole, incluso, quedar en ridículo.

Por lo general, una carta amorosa debería ser escrita con mucha cautela. Las damas, especialmente, deberían tener mucho con cuidado con mantener su dignidad cuando las escriben, ya que es probable que, a medida que pase el tiempo, los sentimientos puedan cambiar y esas cartas se conviertan en algo que van a lamentar durante muchos años.

Si se escribe con juicio y suma precaución, un amor no correspondido no podrá dañar la reputación de la dama. Por lo general y, salvo casos excepcionales, la correspondencia debería comenzar sólo con el consentimiento y la aprobación de los padres.

Ninguna mujer que se considere una señora, será culpable de hacer la públicos los sentimientos que le son expresados en una carta. Pero ningún hombre, que sea un caballero, se jactará de sus conquistas de amor, entre compañeros o revelará a otros la correspondencia entre él y una señora.

Si un compromiso se rompe de mutuo acuerdo, todas las cartas deberían ser devueltas a la otra persona. Conservarlas se consideraría de mal gusto, ya que las circunstancias en las que fueron escritas ya no son las mismas en el presente. Lo mejor para ambas partes es borrar los recuerdos del pasado, devolviendo al amante los recuerdos de un amor que ya está muerto.

Si un caballero ha quedado impresionado por una dama a primera vista y no hay posibilidad alguna de que alguien le presente a la dama en un periodo de tiempo cercano, debe ser valiente y después de haber averiguado su nombre, escribirle inmediatamente tratando de conseguir una entrevista o una visita a casa de la dama. La forma y palabras con que aborde la cuestión en la carta serán la primera impresión que la dama tendrá de su admirador. Evidentemente es posible que el caballero sea rechazado, o no…»
Las valentinas  avinagradas

Pero el 14 de febrero, Día de San Valentín conocido como una fecha en que las personas envían cartas de amor, incluidas las anónimas firmadas como "su admirador secreto", durante la era victoriana y principios del siglo XX, fue también un día en que las víctimas desafortunadas podían recibir anónimas “valentinas avinagradas” , enviadas tanto por hombres como por mujeres pero siempre de forma anónima, y dirigidas a un pretendiente, un vecino, un colega o cualquiera a quien se deseaba insultar a causa de su comportamiento.

Generalmente las "valentinas avinagradas" se imprimían en una una sola hoja de papel o una postal, a veces colorida, a veces simple. La ilustración y el verso o texto generalmente se burlaban de forma cruel y abusiva de alguna característica del destinatario : Glotones, bebedores, maridos picoteos, fanfarrones, charlatanes, despechados, solteronas, esposas de lengua afilada, amantes infieles, cobardes, colegas holgazanes, jefes indiferentes, gente fea, gente gorda y delgada, gente vanidosa , gente estúpida,....:y una línea corta o poema que, en lugar de ofrecer mensajes de amor y afecto, tenían el propósito de insultar anónimamente  al destinatario. 

Costaban  solo un centavo , por lo que rápidamente se hicieron populares en América y Europa, en un momento en las que las tasas de alfabetización estaban aumentando  entre las clases pobres y trabajadoras que rara vez tenían mucho más de un centavo para gastar en tales lujos; aunque su uso no se restringió a las clases económicas más bajas.

Las "valentinas avinagradas" proporcionan un testimonio interesante sobre lo que en ese momento se consideraba un comportamiento que se desviaba de las normas sociales y que pretendía  reprender y/o avergonzar al destinatario. La popularidad y permisividad de las mismas, junto a su carácter anónimo hizo que las mismas funcionaran como una especie de vigilancia moral, y  al ser anónimas permitían  hablar en nombre de muchos, ejerciendo  un control social colectivo.

Había tarjetas dirigidas a las mujeres que eran demasiado agresivas o que acusaban a los hombres de ser demasiado sumisos y calzonazos, tarjetas que insultaban a cualquier profesión que se pudiera imaginar: artista, cirujano, vendedora, etc. Hay por ejemplo uno gran número representando a los hombres como "afeminados", porque llevan bebes en sus brazos o en sus rodillas. La definición de lo que hoy se considera un buen padre.

Las "valentinas avinagradas" fueron muy populares en Gran Bretaña desde 1840 hasta 1880, antes de que sus envíos declinaran, cuando el negocio principal y mayoritario provenía de las "valentinas sentimentales" . En los Estados Unidos, se encontraron hasta la Segunda Guerra Mundial, algunas de ellas con temas específicos que no se encuentran en Europa, como burlarse de la gente de color .

Los mensajes insultantes   de San Valentín llegaron a ser tan populares que a mediados del XIX la mitad de las tarjetas vendidas en San Valentín correspondía a la categoría de avinagradas, y el contenido obsceno de muchas de las mismas obligó a varios países a prohibir su envío. En Chicago, por ejemplo, a fines del siglo XIX la central de correos rechazó unas 25.000 alegando que no eran dignas de ser enviadas por los servicios postales del país.

Una profesional del escándalo 

Tu lengua maligna, mentirosa,  maliciosa / Es una plaga pública, un incendio molesto/Verte  amordazada rápido y apretado/ Sería para todos una vista alegre.

Una advertencia
Para tomar y un honesto consejo de amigos/O tendrás que pagar el precio/ Tu lengua ociosa debe dejar de menearse/ O bien use esta etiqueta de advertencia
No seas ridícula usando ropa de hombre
Afinidades
Este pepinillo es extra agrio/Este pepinillo que ves aquí./ Es afín a ti./Y aun así, ¡pobre de ti! Digamos la verdad,/ es muy dulce comparado contigo.
El beso de la botella es la felicidad de tu corazón, / confundido te tambaleas a casa cada noche./ No te importan las damas, sin importar lo bellas que sean, / no tienes amor para dar más que para el licor.
Unido a la fuerza
Tu mujercita te tiene en su poder, / No te atreves a desobedecer sus órdenes / y cada centavo que ganas/ ella se lo queda… por lo que tiene dinero para quemar.
No imagines que nadie te describirá como caballero.

 
Sufragista
Presumes del sufragio femenino/ y de lo que harás el próximo otoño, / pero si tu partida de cartas coincide con el día de las elecciones, / no irás a votar.
Si pudiéramos vernos a nosotros mismos de la forma en la que nos ven los demás.

He visto a unos cuantos pequeños presuntuosos, / pero ninguno que me desagrade más que tú. / Este amable consejo te doy con la esperanza de que lo sigas, / y así dejes de ponerme ojitos.
Actúa como tu edad

Nunca serás una reina de película/ ni actuarás en ningún escenario;/pero si tienes que actuar,/ por qué no actuar como una persona de tu edad.






Pelo en corte bob
Eres como Sansón;/cuando te cortaste el cabello,/ perdiste la mente/ porque todo tu cerebro estaba contenido ahí.
No pienses que eres la única piedrecilla en la playa. Hay otras.
Profesora

Crees que conoces todas las respuestas, / que sabes de qué trata todo. / ¿Por qué no buscas una goma de borrar y te borras a ti misma?
Te pavoneas orgulloso todo el día, / creyendo que eres muy alegre, / aquí puedes ver tu figura. / Y aunque fueras un “ave valiente” / y cacarearas en alto, sería en vano. / ¡Jamás te jactarás de volar sobre mí!
Fuentes: Las cosas nuestras de cada día – Charles Panati- Editorial Círculo de Lectores-/ https://m.publico.es/ Enamoramiento y amor-Francesco Alberoni-Editorial Gedisa /https://www.lavanguardia.com /https://www.worldhistory.org/https://www.elconfidencial.comhttps://lacasavictoriana.com

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