22 de marzo de 2024

EL VESTUARIO EXCLUYENTE: RAYADO Y AMARILLO

LAS VESTIDURAS Y LA DISCRIMINACIÓN

Es en la vestimenta y las modas bajomedievales  donde el rayado y el color adquieren una importancia especial, pues “en la vida diaria la diferencia de pieles y colores, gorras y caperuzas, indican el orden riguroso de las clases sociales, las ostentosas dignidades, el estado de alegría y de dolor, las delicadas relaciones entre los amigos y los enamorados [...] Todas las clases, todos los órdenes, todos los oficios podían reconocerse por su traje. 

El simbolismo de los dibujos y colores se aplicaba especialmente a la vestimenta, así como en  la representación artística de los personajes . Así, durante la baja Edad Media proliferan las leyes y normativas que establecen la indumentaria que debe llevar cada oficio, cada clase social, cada colectivo, y ello se acentúa en la ciudad, donde hay más variedad de gente , siendo advertidos sobre el significado de los  dibujos  y colores de las telas ,reservando para  locos, prostitutas, delincuentes, traidores , bufones o excluidos, las vestimentas a rayas, normalmente rojas, verdes y amarillas,  consideradas abigarradas y símbolo desorden, y los ropajes o marcas de color amarillo, como elementos visibles peyorativos que discriminaban a su portador.


LAS  RAYAS

En pleno siglo XIII estalló el escándalo en Francia. En concreto, a finales del verano de 1254, cuando rey Luis IX de Francia (san Luis) regresó a París tras una desafortunada cruzada, un dramático cautiverio y una estancia en Tierra Santa de cuatro largos años. El rey no volvió solo, y traía consigo algunos religiosos nuevos en Francia, entre ellos algunos monjes mendicantes de la orden de Nuestra Señora del Monte Carmela, cuyos hábitos fueron motivo del escándalo, luciendo una capa a rayas nunca vista hasta entonces. Cuenta una increíble  leyenda que el manto listado tiene una explicación y origen bíblico y celestial.,representando la imagen de la capa del profeta Elías, fundador mítico de la orden de los carmelitas, que ascendió al cielo en un carro de fuego y que habría lanzado sobre su discípulo Eliseo su gran capa blanca, la cual habría conservado en forma de franjas marrones las marcas rojizas de sus paso a través de las llamas.

En algunos textos de finales del siglo XIII, la prosa simbólica llega a precisar que la capa carmelita consta de cuatro bandas blancas, que representan las cuatro virtudes cardinales (fortaleza, justicia, prudencia y templanza), separadas por tres rayas marrones que evocan las tres virtudes teologales ( fe, esperanza y caridad), aunque de hecho no existió nunca una regla que codificase ni el número, ni la anchura, ni el eje de las rayas de la capa .Los carmelitas fueron falsamente acusados de codicia, hipocresía, felonía, y se les veía como enviados del Diablo y del Anticristo.

A principios de 1260 el escándalo alcanzó tal magnitud en el ámbito urbano, que el papa Alejandro IV pidió expresamente a los religiosos carmelitas que dejaran de usar la capa listada y adoptaran una lisa. Se negaron a ello y estalló la polémica, que duraría más de un cuarto de siglo, durante el cual la orden carmelita se enfrentaría a diez papas sucesivos. En el Concilio Universal de Lyon, celebrado en 1274, esta intransigencia casi les costó su existencia. Finalmente en 1287, en el día de Santa Magdalena, los carmelitas decidieron renunciar al manto listado y adoptar en su lugar una capa blanca. En 1295, como algunos carmelitas aún seguían con la capa rayada, el papa Bonifacio VIII, confirmó, en una bula promulgada especialmente a este efecto, el cambio de mano de 1287, además de recordar con toda solemnidad la prohibición absoluta hecha a todas las órdenes religiosas de vestir hábitos listados.

Pero aunque el caso de los carmelitas es el más documentado, lo relevante, es que las franjas se excluían o eran motivo de escándalo tanto en la indumentaria de un religioso, como en la de un juglar; tanto en las calzas de un príncipe como en las mangas de una cortesana; sobre las paredes de una iglesia o en el pelaje de un animal. Por ello, un gran número de decretos de los sínodos diocesanos, asambleas provinciales y concilios universales prohíben una y otra vez a los clérigos el uso de los hábitos bicromos, ya sean divididos por la mitad, listados o ajedrezados. En 1311, el concilio de Viena, que legisló mucho a materia de vestimenta, aún insistía en estas prohibiciones. En adelante, se declaró la guerra a las rayas en todas las sociedades eclesiásticas, especialmente a aquellas que alternaban colores vivos como el rojo, el verde o el amarillo, que causaban una sensación de superficie abigarrada, de diversidad. A los prelados legisladores, nada era más deshonesto.


Tras los eclesiásticos, les llegó el turno a los laicos, y las costumbres, las leyes y los reglamentos prescribieron la vestimenta bicroma o listada a determinadas categorías de réprobos o excluidos. Así por ejemplo, en el sur de Europa a finales de la Edad Media, la legislación establecía que prostitutas, verdugos, bufones y juglares debían vestir ropas a rayas, o con mayor frecuencia, una pieza de ropa listada; pañoleta, vestido o ceñidor en el caso de las prostitutas; calzas o capucha en el caso de los verdugos; jubón o bonete en el de los juglares o bufones. En todos los casos, el motivo era imponer una marca visual que señalar la marginación, para que aquellos que ejercían tales oficios no fueran confundidos con los ciudadanos honestos. En otros lugares, especialmente en las ciudades alemanas, prescripciones semejantes señalaban a los leprosos, los tullidos, lo “bohemios”, los herejes y, en menor medida a los judíos y a los no cristianos.


En la Edad Media, las rayas evocaban asociaciones que estaban decididamente enfrentadas a lo que entonces se consideraba políticamente correcto. Para la mente medieval, la idea de la diversidad y las rayas estaban estrechamente relacionadas. Destaca que el latín medieval a menudo usa como sinónimos las palabras "rayado" y "variado", y nos dice que la cultura medieval desaprobaba la variación, ya que ''varietas'' sirve para designar engaño, maldad y lepra simultáneamente. 

Francisco I-Enrique VIII

El Renacimiento y la época romántica extendieron el uso de las llamadas rayas buenas (símbolo de fiesta, exotismo o libertad) sin que por ello desaparecieran las “malas”.El Renacimiento concedió a las desafortunadas rayas un breve respiro de tanta ignominia y jugó incluso con su utilidad como elemento de diseño. Francisco I de Francia decidió que Clouet lo pintara vestido a rayas; Holbein retrató a Enrique VIII con similares vestiduras. Todo esto, sin embargo, no pasó de un mero flirteo.
Acaudalado con culotte/ Sans culottes( pantalón rayado azul- blanco- rojo, colores de la bandera francesa )
Las rayas solo consiguieron poner un pie vacilante en el Viejo Mundo, por lo que emigraron a las costas americanas. Una vez que la rebelión norteamericana adoptó las rayas como símbolo de libertad, estas hicieron una entrada triunfal en Europa. La Revolución Francesa se identificó hasta tal punto con las rayas, que la vestimenta de los  " sans culottes" (sin calzones)fueron un símbolo de la misma. Incluso los ingleses, contra quienes se había esgrimido la raya revolucionaria original, empezaron a usar rayas en vestidos, levitas, chalecos, medias, cintas y todo otro accesorio que se considerara adecuado agregar al atuendo.

(1) Sans coulottesMiembro de uno de principales grupos que intervinieron en el proceso revolucionario francés. El término “sans culotte” procede de la prenda de vestir (el culotte) que portaban a finales del siglo XVIII las clases acaudaladas de Francia y que, por contra, no era utilizado por las clases populares, que lo sustituian por pantalones largos. Los sans culottes procedían de los sectores menos acomodados la sociedad urbana francesa, integrados por artesanos, sirvientes, pequeños comerciantes y obreros varios, es decir, aquellos que padecían con mayor intensidad la crisis económica que aquejaba a Francia desde 1788.

A pesar de la rehabilitación histórica de las rayas, su carácter marginal persistió: hasta bien entrado el siglo XX, las rayas se consideraban de rigor para los presos. Al mismo tiempo, también empezaron a adquirir nuevos significados. El rayado higiénico que se introdujo para ropa íntima como los pijamas; el rayado festivo, usado a menudo en la ropa infantil o los juguetes; y la raya náutica, que no tardó en adoptar la indumentaria playera, que en vísperas de la Primera Guerra Mundial supuso que prácticamente no quedara playa europea que no se hubiera convertido en un muestrario de rayas, hasta llegar a nuestrosdías en los que la indumentaria rayada es de uso común y no supone ningún tipo de significación social.  


EL COLOR AMARILLO

A lo largo de la historia , en el mundo occidental el amarillo  ha sido un color poco apreciado, relacionándolo casi siempre con la infamia, mientras que entre las culturas orientales y las sudamericanas goza de más aprecio y tiene un sentido positivo, como sucedía en China , donde el amarillo fue el color reservado al emperador. 

El color amarillo empezó  a adquirir su mala fama en la Edad Media, cuando la cultura medieval se rodea  de simbolismo, y en este contexto el lenguaje del color es fundamental, que aparece reflejado en todos los aspectos de la vida medieval: ropas, joyas, telas litúrgicas, escudos y por supuesto, en el arte. La representación artística un testimonio clave para acercarnos a lo que supuso el color en la baja Edad Media, sus usos, su producción, su significado y su simbolismo.  Uno de los ejemplos más característicos es la asociación constante del color amarillo con lo negativo , convertiéndose en símbolo de la traición, la herejía, la mentira, la avaricia, la locura, el engaño y un largo etcétera de infortunios. 

La principal razón de la falta de aprecio por el color amarillo se debe a la competencia desleal del dorado, que con el tiempo absorbió los símbolos positivos del amarillo, que evocaba el sol, el calor, la luz y, por extensión, la vida, la energía, la alegría, la potencia. El amarillo, al quedar sin su parte positiva, se  convertió en un color apagado, mate, triste, que recuerda al otoño, la decadencia, la enfermedad. Pero, peor aún, se transformó en símbolo de la traición, el engaño, la mentira. Judas se representa con prendas amarillas, y en el siglo XIX a los maridos engañados se los caricaturizaba representándolos con corbata o trajes amarillos. Es posible que la mala reputación que tiene el azufre, que a veces provoca desórdenes mentales y al que se considera diabólico, haya tenido algo que ver, aunque como explicación es insuficiente.


Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis  

El Apocalipsis.

Sin duda la más significativa de las alusiones al amarillo la encontramos ya en en la primera parte del capítulo sexto del Libro del Apocalipsis en el que se describen a los cuatro Jinetes del Apocalipsis,  representando a la Guerra, el Hambre, la Peste y la Muerte . montados en cuatro caballos, el último de ellos de color amarillento .

Y miré, y he aquí un caballo amarillo: y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía: y le fué dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.  Apocalipsis 6:8

A pesar de que en la baja Edad Media el color negro se acabaría relacionando con la muerte  siendo el color empleado en la vestimenta de luto y en las ceremonias fúnebres., en el Apocalipsis, sin embargo, es el amarillo el color relacionado con la muertey así lo representarán las miniaturas altomedievales , especialmente los Beatos, nombre genérico que se refiere a una serie de códices miniados de los siglos IX al XI y que contienen el Comentario al Apocalipsis escrito por el Beato de Liébana. hacia el año 776.


Judíos   portando el Judenhut, un sombrero o gorro judío con forma de cono, a menudo blanco o amarillo, usado por ellos en la Baja Edad Media. Ese elemnto que los identificaba y  segregaba , era de uso obligatorio en Alemania desde 1267.

Durante la Baja Edad Media las leyes y normativas que establecen la indumentaria  tienen varias funciones : económicas, para el control del gasto en telas y otros adornos; morales, para que no se olviden los valores de humildad, modestia y virtud que predican la Iglesia y finalmente, social e ideológica, para marcar la segregación a través de la vestimenta, donde cada uno llevaba la ropa correspondiente a su rango, oficio o religión.

En algunas provincias una vestimenta diferente distingue a los judíos, o sarracenos, de los cristianos; pero en otras ha crecido tal confusión que no puede apreciarse diferencia alguna.

Así, a veces sucede que por error los cristianos entablan relaciones con las mujeres de los judíos, o sarracenos, y éstos con las mujeres cristianas.

Por consiguiente, con el fin de que en el futuro no haya excusa, bajo el pretexto de haber cometido un error de esta clase, para el exceso de tales relaciones prohibidas decretamos que esos judíos, y sarracenos, de ambos sexos deberán distinguirse en cada provincia cristiana, y en todo momento, ante los ojos del público de las otras personas mediante el carácter de su vestimenta...

Además, durante los últimos tres días antes de las Pascuas y, sobre todo, en el viernes santo, no deberán aparecer en público en absoluto, por razón de que algunos de ellos, como hemos escuchado, no se sonrojan por aparecer en público con sus mejores ropas —sobre todo en esos días— y no temen mofarse i-cristianos que conservan la memoria de la Pasión mas sagrada ataviándose con signos de pesar.

Canon 68 del Cuarto Concilio Laterano de 1215 convocado por el Papa Inocencio III 

En el año 1218 el Rey Enrique II transforma el decreto del Cuarto Concilio Laterano en ley secular y ordena a todos los judíos a usar el distintivo todo el tiempo para diferenciarlos de los cristianos. En 1269, en Francia, se impuso a los judíos la obligación de llevar “una rueda de fieltro o de trapo de color amarillo, cosida en lo alto de la ropa, al nivel del pecho, y en la espalda, con el fin de constituir un signo de reconocimiento, y que tendrá una circunferencia de cuatro dedos y una superficie lo bastante grande para contener la palma de la mano”.(2) En el caso español, contamos con los testimonios de las Cortes Castellanas, concretamente las de los siglos XIII y XIV, donde se especifica qué colores pueden o no vestir moros y judíos, así como los adornos o peinados que deben llevar, a fin de que los cristianos pudieran reconocerlos. Estos testimonios son de gran valor, ya que, entre otras cosas, muestran unas costumbres diferentes a las francesas. Se verá cómo el distintivo amarillo para judíos utilizado en Francia, no se impone necesariamente en España. 

(2) Así, la marca amarlla hacia mediados del período medieval se convierte también en el color del ostracismo, que se impone a las personas que se quiere condenar o excluir. Es Judas quien transmite su color simbólico al conjunto de las comunidades judías, primero en las imágenes y luego en la sociedad real. A partir del siglo XIII, los concilios se pronuncian contra el matrimonio entre cristianos y judíos, y piden que estos últimos luzcan una señal distintiva. Al principio es una rueda, o bien una figura como las Tablas de la Ley, o incluso una estrella que evoca a Oriente. Todos esos signos se inscriben en la gama de los amarillos . Más tarde, al instituir que los judíos lleven la estrella amarilla, los nazis no hicieron sino utilizar un símbolo madieval. 

La simbología negativa que fue adquiriendo el color amarillo pálido a lo largo de la baja Edad Media, haciendo alusión a la mentira, la traición, la herejía, la codicia, la enfermedad y un largo etcétera, y el sentimiento antisemita creciente  , fue lo que originó a partir del siglo XII  que en las vidrieras y en la pintura se empezara a representar  a Judas Iscariote  con ropajes amarillos  ya que el uso del color en la vestimenta se empleaba para caracterizar a los personajes representados.

El beso de JudasGiotto di Bondone 

Judas, tras guiar a los guardias del Sanedrín al Huerto de Getsemaní, delata a su Maestro por 30 monedas de plata con la señal convenida de un beso, traición ya anunciada por el propio Jesús en la Última Cena. Durante la Baja Edad Media, la iconografía de Judas estuvo marcada por el IV Concilio de Letrán que popularizó rasgos físicos como la piel oscura y la nariz aguileña para los judíos, término que deriva del nombre del apóstol. Además, como aparece aquí, es habitual que el discípulo traidor se represente más bajo que Jesús y vestido de amarillo, color que simboliza la traición para la teología medieval 

LAS SUPERSTICIONES 

En el mundo de la escena  existen multitud de superstIciones y creencias comunes , entre ellas la influencia que algunos colores del vestuario y/o el escenario ejercen sobre los actores y actrices y su actuación, y que varían según el país y la cultura . Así, es el marillo en España, el verde en Francia, el morado en Italia, el azul en Ingalaterra, (......) 

Jean-Baptiste Poquelin (Molière)

En particular, la asociación en el vestuario y en la escena  del color amarillo y la muerte , no es más que una superstición basada en una falsa leyenda popular que relaciona  la muerte del  dramaturgo y actor Jean-Baptiste Poquelin (Molière) que murió el el 17 de febrero de 1673 mientras representaba , vestido de amarillo,  su obra ‘El enfermo imaginario’, en un teatro de París  Pero la realidad es que Molière ni vestía de amarillo ni murió en el escenario.

Color rojo amaranto

Molière sufrió un fuerte dolor de pecho durante la representación de la obra pero no falleció sobre el escenario , sino que fué trasladado a su casa en donde murió pocas horas después, posiblemente como consecuencia de la tuberculosis que padecía. Además, Molière no iba vestido de amarillo en dicha función, sino de color amaranto (rojo/granate) para interpretar el papel del protagonista de la obra, y así iba vestido cada noche de las cuatro funciones que protagonizó. Debido a una mala traducción española , amaranto pasó a ser amarillo, lo que dio pie a la superstición más conocida del teatro español, y desde entonces, en España los actores y las actrices evitan llevar prendas amarillas, o al menos vestir de ese color únicamente, para huir del mal augurio.
PSICOLOGÍA DEL COLOR AMARILLO

Según la psicología del color el amarillo es un color generalmente positivo, especialmente en su variante más viva, ya que es el color del sol y por tanto estimula a la acción. 

Como cualidades positivas representa la fuerza, el dominio, el poder ,así como la creatividad y la inteligencia. Es tónico pero no excitante, aunque en su versión más chillona es un color de advertencia y puede resultar demasiado estimulante y causar irritación o cansancio psicológico. 

Como cualidades negativas en cambio puede asociarse en nuestra cultura a conceptos como la mala suerte (en el mundo artístico) o a lo falso y/o superficial (prensa amarilla). Además, en su versión más pastel puede asociarse a la enfermedad o a la vejez , a causa de que en ambos casos amarillea el  tono de la piel.

Fuentes: Breve historia de los colores -Michael Pastoureau-Dominique Simonnet- Editorial Paidós /La vestiduras del diablo- Michel Pastoureau- Editorial Océano, S.L./ El amarillo en la Baja Edad media. Color de traidores, herejes y repudiados-Astrid de Sas van Damme/ https://blogs.20minutos.es/ Psicología del color -Eva Heller-Editorial Gustavo Gili.

No hay comentarios:

Publicar un comentario