La araña, de la cual existen más de 45.000 especies, fabrica la telaraña , una estructura formada por hilos para seda protéica, que es secretada a través de distintas glándulas especializadas , cada una ellas con una función específica y ubicadas en la parte posterior de su abdomen. Las especies más primitivas poseen pocas glándulas que generan sedadas similares, mientras que las especies más evolucionadas pueden tener hasta siete glándulas, permitiendo la producción de seda con diferentes funciones.
Diferencias de uso entre los diferentes tipos de seda dependiendo de qué glándula la secreta. Cada una de las glándulas secreta una seda cuya composición proteica es diferente, otorgándole características físico-químicas especiales, que hacen que la fibra de la seda sea óptima para cada una de las funciones.
La seda segregada es inicialmente líquida y se convierte en sólida al entrar en contacto con el aire, cuya salida desde los hilares es controlada por la araña que utiliza su presión abdominal y sus patas traseras para extraerla y construir la tela, formada por hilos muy finos de seda, que pueden variar en grosor y propiedades dependiendo de la especie de araña y de su función.
Al tejer, las arañas siguen patrones específicos que pueden variar según el tipo de telaraña, unas construyendo redes espirales, otras en forma de embudo o incluso estructuras más complejas como las telas cónicas que funcionan como trampas para conseguir sus presas.

LAS ARAÑAS Y LAS DROGAS
El estudio del efecto de las drogas en las arañas comenzó en 1948, cuando el zoólogo Hans Peters y el farmacólogo Peter Witt llevaron a cabo el primer experimento con el objetivo de rodar un documental grabando a las arañas y acelerar el tiempo necesario para ellos reduciendo el tiempo de filmación y para ellos administraron a las arañas como estimulantes una diversidad de drogas administrada en diferentes cantidades de agua con azúcar o en moscas muertas, incluyendo cannabis, LSD, morfina, peyote, anfetamina, escopolamina y cafeina.. Aunque no tuvieron éxito en ese aspecto, descubrieron que cada tipo de droga utilizada para la estimulación provocaba un tipo particular de distorsión en la forma de las telas.
En 1995, la NASA decidió imitar la investigación de Witt. Sin embargo, llevaron la investigación un poco más lejos, usando tecnología informática para cuantificar las diferencias en la estructura de la telaraña con el fin de identificar niveles de toxicidad. Dentro de estos estudios, las arañas recibieron cannabis, pastillas para dormir, benzedrina y cafeína. Se seleccionaron para el trabajo arañas de jardín europeas.
Los científicos descubrieron que cuanta más tóxica era una sustancia, más disfuncional parecía la tela de las arañas. Las formaciones con cannabis, estaban un poco apagadas, pero seguían siendo redes normales. La tela de araña con anfetamina era irregular, pero aún así admisible. Sin embargo las redes tejidas con cafeína y las pastillas para dormir eran caóticas y estaban totalmente desordenadas.
Las siguientes imágenes muestran los efectos de las drogas en las telas tejidas por un grupo de arañas , alimentadas por cientificos durante varios días con alimentos impregnados de diferentes estimulantes.
Tela tejida sin droga alguna
Con LSD
Con mescalina
Con hachis
Con cafeina
Con marihuana
Con speed
Con somniferos
Fuentes:La vida sacreta de las arañas-José Carlos Otero-Plataforma editorial / https://www.uab.cat / https://www.xataka.com/https://elpais.com/Historia general de las drogas-Antonio Escohotado-Editorial Espasa Calpe 1999 / http://www.asturlinux.org/ https://www.zamnesia.es /
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