12 de mayo de 2025

LAS EPIDEMIAS DE MANÍA DANZANTE: EL TARANTISMO (Parte 2 de 2)

EL TARANTISMO

El tarantismotarantolismo o tarantulismo es un fenómeno similar al de la coreomanía, en el que interviene la danza y la música , aunque existen importantes diferencias. entre ellas. Mientras en la coreomanía se trata de un fenómeno de  histeria colectiva sin causa física concreta, en  el tarantismo existe una (falsa)  explicación popular basada en la picadura de una tarántula europea ( araña lobo) (2), y su “cura” ritualizada a través de la danza y la música
(2)La araña lobo es venenosa, sin embargo su veneno no se considera peligroso para los humanos en circunstancias normales, y está diseñado principalmente para inmovilizar y pre-digerir a sus habituales presas pequeñas, como insectos y otros artrópodos,. para las que actúa de forma rápida y eficaz, causando parálisis y muerte, mientras que en humanos la cantidad de veneno inyectada es generalmente insuficiente para causarld daños graves. La reacción más común es una respuesta localizada en el sitio de la mordida, como dolor, hinchazón y enrojecimiento, que en casos raros y excepcionales .debido a reacciones alérgicas podría provocar síntomas más graves..

El nombre "tarántula" proviene de la ciudad de Tarento (Taranto), en el sur de Italia, donde abundaban arañas grandes y peludas conocidas localmente como tarantula en latín y tarantola o tarantella en italiano, término que los conquistadores españoles en América adoptaron para nombrar a unas grandes arañas que encontraron allí y que relacionaron con la mayor araña del continente europeo muy temidas en la Europa mediterránea: la tarántula europea, más pequeña que la americana, que posteriormente pasaría a denominarse araña lobo.

Durante el verano, la estación del año en que abundan estas arañas, numerosas personas eran mordidas por ellas, especialmente a los campesinos que realizaban labores de segado o trabajos relacionados con la cosecha durante los meses estivales, surgiendo en algunas zonas la leyenda de que ciertos espíritus, irritados por alguna ofensa o pecado, se encarnaban en arácnidos y por eso les mordían.

En un principio el mordido apenas sentía dolor, pero a medida que pasaban las horas empezaban a sentir un malestar cada vez más intenso, que acababa por volverse violento, con grandes dificultades para respirar y acompañado de convulsiones y desmayos. Poco después entraban en una especie de locura durante la cual lloraban, bailaban, gritaban, saltaban y se sacudían, haciendo gestos y ademanes grotescos, asumiendo las posturas más extravagantes, creyendo que si no eran atendidos con prontitud para liberarlos de este tormento, al cabo de algunos días podían morir y que si llegaban a sobrevivir, al volver la estación del año en que habían sido mordidos  adquirían nuevamente la locura.

La tarantela

La tarantela es un baile popular del sur de Italia, muy difundido de Puglia a Sicilia. Su origen está, al parecer, en los colonos griegos que llegaron a Sicilia y el sur de la península itálica y llevaron con ellos los bailes en honor de Apolo y Dionisio. La danza se caracteriza por un movimiento muy vivo, in crescendo, en el que cada vez se baila más rápido, siguiendo el compás de una música con un compás de 6/8 (a veces 18/8 o 4/4) acompañada de palmas, castañuelas o panderetas. La tarantela, tanto el baile como la música que la acompaña, es conocida en todos los pueblos del sur de Italia desde la infancia y las madres se las cantan a los bebés para divertirlos mientras les hacen cabalgar sobre sus rodillas cada vez a mayor velocidad.

VÍDEO: Música de tarantela napolitana

VÍDEO: Danza de la tarantela napolitana

Desde  la Edad media al siglo XVII se encuentran numerosas referencias sobre los efectos curativos del baile de la tarantela para los síntomas del tarantismo ,  trastornos nerviosos de  individuos que supuestamente   habían sufrido la picadura de la araña lobo, un fenómeno poco  conocido que tuvo lugar en la Europa continental entre los siglos XIV y XVII, que constituye una versión regional, del sur de Europa, de un proceso mucho más extenso de la  plaga de la danza , como ocurrió con la coreomanía en Aachen (Alemania) en 1374 y en  Estrasburgo en 1518, que llego a implicar a varios miles de personas.

En la Edad Media se pensaba que bailar  la tarantela curaba un tipo de locura llamado tarantismo supuestamente causado por una picadura de la mayor araña europea, la araña lobo . Se suponía que bailar la tarantela permitía sudar el veneno de la sangre, como si esos movimientos cada vez más rápidos centrifugaran la ponzoña de la araña fuera del sistema circulatorio. Personas que sentían un picotazo o que se veían una marca en la piel creían ser víctimas de la araña e iniciaban, con la ayuda de sus vecinos, la danza de la tarantela. También se sumaban al baile personas que creían haber sido mordidas por una tarántula en el pasado y que pensaban que de no hacerlo, de no ponerse a bailar, el veneno que persistía en su organismo podía activarse, particularmente por el calor y había que eliminarlo sudando. De hecho, el tarantismo sólo se producía en los meses de verano.

Hay descripciones tardomedievales de ese proceso. Alessandro  (1460-1523) un jurista de viaje por el sur de Italia incluye en su “Genialum dierum” la primera descripción directa de casos de tarantismo:
Recuerdo viajar con algunos conocidos por aquellas amplias y pobres regiones que se estaban resecando bajo un sol de justicia. Oímos el sonido de tambores, silbatos y flautas en todos los pueblos y villas. Tras preguntar nos informaron que en esas regiones era un sistema para curar a la gente mordida por la tarántula. Entonces entramos en uno de esos pueblos y vimos un joven afectado por esta enfermedad. Parecía haberse vuelto loco, cantando con la mente ausente al ritmo de un tambor y con sus brazos y piernas y todo su cuerpo moviéndose al ritmo de la música. Era evidente que el sonido de los tambores le gustaba y rebajaba su dolor y empezó a prestar más y más atención al instrumento. Gradualmente sus movimientos se mostraron más vivos y finalmente comenzó a bailar. Puede parecer cómico y ridículo pero cuando el tamborilero dejaba de tocar por un corto período de tiempo, el paciente parecía quedarse entumecido, perdía sus sentidos y se desvanecía. Aunque tan pronto como el sonido de los tambores se volvía a oír, el paciente recuperaba su fuerza y empezaba a bailar con más vigor que antes.”

Otras descripciones muestran comportamientos muy variados en las personas supuestamente afectadas por la picadura de la araña lobo: los danzantes , que  podían ser hombres, mujeres o niños,saltaban, bailaban de una forma incontrolada y rara, mientras que otros sudaban y temblaban, gritaban, cantaban , reían y lloraban ,presentando síntomas neurológicos evidentes como dolores de cabeza, vértigos, temblores, ansiedad, fatiga, calambres y decían tener visiones o alucinaciones. ,  bailando normalmente hasta derrumbarse exhaustos, con fracturas de huesos causadas por sus movimientos extremos ,llegando algunos a morir víctimas de ataques cardíacos 

Tras bailar la tarantela, los danzantes sentían que se habían “curado”, al menos temporalmente. Algunas descripciones del tarantismo y su cura por la tarantela más modernas cuentan como era el inicio del proceso: cuando una víctima, normalmente una mujer (se relacionaba también con la histeria), sentía haber sido mordida por la tarántula, se llamaba a los músicos, la noticia se difundía por el pueblo y se juntaban unas treinta personas. Manteniendo el ritmo frenético de la tarantela formaban una procesión que se dirigía a una capilla, a menudo consagrada a San Vito o a San Pablo. Allí, sin los músicos, sucedía un ritual donde las víctima pateaba las paredes, trepaba por las columnas del altar, se arrastraba por el suelo, daba gritos como un animal y gemía mientras el coro de la parroquia empezaba a cantar. Esto les calmaba y uno a uno se iba uniendo a los cánticos, se tomaban de las manos y lentamente volvían a la normalidad. Algunos de ellos participaban en otras actividades como atarse con cuerdas, azotarse unos a otros, simular una lucha con espadas, beber grandes cantidades de vino  o saltar al mar. Se decía que el tarantismo afectaba “a los histéricos, a los melancólicos, a los deprimidos, a los frustrados, a los neuróticos y a los que tenían un trastorno mental. También a los que llevaban vidas solitarias, mientras que los aburridos, los pedigüeños, los enfermos fingidos, los truhanes y los estafadores eran también vulnerables.

El tarantismo, que  fue común desde el siglo XV al XVII,  desapareció de una manera brusca, aunque ha habido casos tan cercanos en el tiempo como 1957 y 1959. Un profesor, Ernesto de Martino estudió este brote de 1959 y vio que las personas involucradas no habían sido nunca picadas por una araña pero creían que habían sido infectadas por alguien que sí que había sido mordido o que había tocado una araña, provocando una histeria de masas , iniciándose un baile multitudinaria con unos alocados danzantes que parecían estar poseídos o ser víctima de alucinaciones.

Sobre el efecto curativo de la música , Stephen Storace, un viajero del siglo XVIII, pudo experimentar no solo el encuentro con una persona afectada sino que tocó para curarle, relatando :

…a un pobre hombre al que  llevaron enfermo a la calle… le vi estirado y parecía que iba a expirar. La gente me empezó a rogar, toca, toca la tarantela… pero yo nunca había oído esa canción.. Les dije que no podía  y entonces se acercó una anciana y luego otra mujer y me la enseñaron. La aprendí en diez minutos porque es muy corta pero al mismo tiempo que me la enseñaban, el hombre había empezado a moverse siguiendo el compás y se puso en pie como un rayo, como si hubiera sido despertado por una visión aterradora y empezó a mover de una forma salvaje cada articulación de su cuerpo, pero como no había aprendido bien la canción, dejé de tocar, no pensando que aquello pudiera tener algún efecto en el hombre. Pero en el instante que paré de tocar, el hombre cayó al suelo, gritando muy fuerte y distorsionando su cara, piernas, brazos y todas las partes de su cuerpo, arañaba la tierra con sus manos y hacía tales contorsiones que indicaban que estaba sufriendo una agonía miserable. Yo estaba muy asustado y me esforcé en aprender el resto de la melodía y cuando lo hice la toqué cerca de él. … En el instante que me oyó se puso en pie como había hecho antes y bailó tan fuerte como un hombre puede hacer, su danza era muy salvaje, mantenía un ritmo perfecto en el baile, pero no había ni reglas ni modelos, solo saltaba y corría de un lado a otro, haciendo posturas muy cómicas, parecidas a las danzas chinas que a veces vemos en el escenario y otras veces como si fuera algo muy violento, el joven no paraba de bailar Me sentía muy fatigado, y aunque tenía personas detrás de mí, algunos secando el sudor de mi rostro, otros dándome aire con un abanico para mantenerme fresco, otros separando a la gente, tuve mucho paciencia pues toque mas de dos horas, sin parar en ningún momento.
Para las manifestaciones ocasionadas por la supuesta mordedura de la tarántula existían diversos antídotos, pero el más efectivo era la música . Al escucharla, la víctima empezaba a bailar, efectuando movimientos característicos que fueron conocidos como la danza de la tarántula o Tarantella. El individuo continuaba bailando mientras la música seguía sonando, hasta que comenzaba a sudar profusamente, con lo cual se salía el veneno del cuerpo. En seguida caía en un profundo sueño, del cual despertaba ya restablecido, aunque todavía débil. El baile duraba generalmente 3 o 4 días, con intervalos de descanso cada tres o cuatro horas.

Ese baile, acompañado por la música adecuada, se extendió como una histeria colectiva por los países del sur de Europa. De acuerdo con el aracnólogo Theodore Savory (1977), el primer caso de tarantismo se registró en 1370 en Tarento, Italia. De aquí se fue extendiendo por todo ese país alcanzando su clímax alrededor de 1650, para después declinar y desaparecer a finales del siglo XVII.

Sin embargo, durante el siglo XVIII volvió a aparecer en la Península Ibérica y este problema continuó manteniendo ocupados a los médicos durante gran parte del siglo XIX.La picadura de la araña lobo tarántula era especialmente frecuente en Andalucía, La Mancha y Extremadura, siendo bastante habitual que en estas zonas el «picado» por tarántula" llamase a un músico para que interpretase una melodía determinada con la vihuela (3) para aliviar su mal. Todavía en Guadalupe (Extremadura) hay lugareños que recuerdan el pareado: "Si vas al campo, llévate la vihuela/por si te pica la tarantuela". 
Vihuela
(3) Vihuela: Instrumento musical de cuerda, con forma parecida a la guitarra, formada por una caja de resonancia, de forma, tamaño y sonido variables, y un mástil con trastes móviles, que se toca con arco, con púa  o con los dedos.

VÍDEO: Música de vihuela 

En 1782 se creó en España una comisión que a través del « Expediente de la tarántula », que comprendía un registro de casos ocurridos entre los años 1787 y 1807. Los autores del documento reconocieron que el baile era efectivo contra la picadura
  • En Envenenamiento por animales, el médico Valledor de Lozoya cita el caso de un labrador de Puertollano (Ciudad Real) que en 1783 fue mordido por una tarántula mientras segaba. Afortunadamente para él (según la terapéutica de la época), varios vecinos del pueblo tenían habilidades musicales y se fueron turnando a la vihuela durante los ocho días consecutivos que duró el tratamiento, “con cuyo violento bailar sudaba tan copiosamente que, a no haber sido por los caldos y bizcochos con que de tiempo en tiempo le socorrían, hubiese perecido bailando y sudando”.
  • En el siglo XVIII encontramos unos sorprendentes remedios para la picadura de tarántula, entre los que se encuentran el baile, la ingestión de agua, comida y leche mamada de cabra (no ordeñada). (Creencias seguidas sobre todo en el siglo XVIII y defendida por médicos como Francisco Xabier Cid, médico titular del Arzobispado de Toledo, y el reputado médico Gerogi Baglivi) según el cual:
Cuando un hombre mordido de la tarántula queda sin movimiento  ni conocimiento un músico prueba varios sones y cuando  ha encontrado el que conviene al enfermo se debe empezar a moverse. Primero mueve los dedos a compás, luego los brazos y piernas, y después todo el cuerpo. En fin se pone en pie y empieza a bailar aumentando siempre la fuerza y actividad. Hay quien se está sin para bailando seis horas. Despues se pone en la cama, y cuando se purga descansado del primer baile se saca de la cama, se  toca el mismo son y vuelve a bailar. Este ejercicio dura a lo más 6 o 7 días hasta que  el enfermo se fatiga sin poder bailar mas lo que anuncia su curación porque mientras dura  el veneno bailaría si se quisiera hasta morirse de cansancio. Finalmente poco a poco le vuelve el conocimiento y despierta como de un profundo sueño sin acordarse de lo que ha pasado durante su enfermedad ni de la danza-
BAENA,c.77,d.33
Si es cierto haberle picado la tarántula, y no es ponderación del mal. lo que hay que hacer es que mame por la mañana y a la noche que no coma queso y coma de todo lo que quiera, use del agua caliente a todo pasto, aunque  vomite, no le hace, y sirve de alivio, que le toquen la vihuela y que se divierta. Cuidado que la leche ordeñada, no sirve de nada
BAENA,c.77,d.34´

VÍDEO: La taranta (1962)
Realizado bajo la supervisión científica del antropólogo Ernesto de Martino, y con los comentarios del poeta Salvatore Quasimodo, "La Taranta" puede ser considerado como el primer documento fílmico sobre el tarantulismo, dirigido por Gian Franco Mingozzi, uno de los más importantes y atentos documentalistas italianos que analizaron temáticas con un gran compromiso civil, social, cultural y antropológico. Tras haber recorrido a fondo las tierras del Salento durante los años '50 y '60, Mingozzi empezó a documentar este fascinante fenómeno socio-religioso de un mundo campesino donde las víctimas de la mordedura de la temida tarántula requerían un extenuante exorcismo ritual de danzas frenéticas, música y dolor

Aunque el documental de Mingozzi parezca reflejar sólo el significado social y religioso del tarantismo, una visión más atenta del mismo puede llegar a encontrar el valor intrínsecamente político de este fenómeno tan antiguo como revelador..

Como ha sucedido en muchas ocasiones a lo largo de la historia, el folclore y la superstición anidaron allí donde la ciencia no fue capaz de llegar, de forma que la tarantela podría ser considerada la antesala de la musicoterapia. Lo cierto es que las personas que sufrían la mordedura de la tarántula eran los campesinos que habitaban las tierras más deprimidas y el tarantismo, como la mayor parte de los ritos de posesión, no era otra cosa que la expresión social y corporal de los excluidos, de los desheredados de la tierra, de los que no tenían otra cosa más que su cuerpo para expresar el remordimiento, el hastío, el dolor, la angustia y la amargura hacia un orden social establecido que los condenaba a la miseria.

Fuentes ; https://revista-liber.org /https://funjdiaz.net /https://webs.ucm.es / https://jralonso.es / https://barakaldotarrak.blogspot.com / Tarantismo observado en España- Francisco Javier Cid-Editorial Institución Fernando el Católico./ https://pares.mcu.eshttps://revistas.usal.es

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