(1) En el lenguaje coloquial del contexto social victoriano/eduardiano (EE.UU./Reino Unido, 1880-1910), un "masher" era un hombre que abordaba sin su consentimiento a las mujeres para llamar su atención en público (en calles, parques, teatros, transportes públicos, etc.), equivalente a lo que luego se llamaría "donjuán", "ligón" o "galán callejero" que presentaba la siguientes características :
- Era joven o de mediana edad
- Vestía ropa extravagante y a la moda.
- Frecuentaba lugares públicos para coquetear con mujeres.
- A veces era visto como un personaje ridículo o incluso molesto.
- Aparecía en canciones, periódicos y obras de teatro de la época
(2) Un alfiler para sombrero consistía en un gran prendedor elaborado de plata o latón que era tanto de uso decorativo como de utilidad, puesto que ayudaba a sujetar el sombrero perforando el costado del material del sombrero pasando por medio del pelo y que comúnmente sobresalían por el otro costado, asegurándolo sobre la cabeza.El alfiler solía estar decorado con joyas o tener llamativos diseños y diversos tamaños: los más largos podían tener hasta 35 cm de longitud. Al inicio eran hechos a mano por lo cual su costo era elevado, aun así tuvieron enorme demanda por parte de las damas adineradas; tiempo después en EE.UU. se inventó una máquina que los podía generar en masa y se volvieron muchísimo más asequibles.
En la tarde del 28 de mayo de 1903, Leoti Blaker, una joven de Kanas que se encontraba en la ciudad de Nueva York, subió a una diligencia de la Quinta Avenida a los 23 añosr y se acomodó para el viaje. El autobús iba lleno de gente y, cuando se movía, se dio cuenta de que el hombre que estaba a su lado se había acercado un centímetro más a ella. Hizo una evaluación silenciosa: anciano, elegantemente vestida, “de aspecto benévolo” El caballo ganó velocidad y el escenario saltó, arrojando a los pasajeros uno hacia el otro nuevamente, y ahora el hombre la tocaba, cadera con cadera, hombro con hombro. Cuando levantó el brazo y lo colocó bajo sobre su espalda, Leoti tuvo suficiente. En un movimiento que emocionaría a la víctima del acoso moderno en el metro, tomó su alfiler de sombrero —de casi un pie de largo— y lo hundió en la carne del brazo del hombre. que soltó un grito terrible y abandonó el autobús en la siguiente parada. “Era un anciano caballero tan guapo que lamenté lastimarlo”, le dijo a la Mundo de Nueva York. “He oído hablar de los mashers de Broadway , pero no sabía que la Quinta Avenida tenía una marca propia en particular… Si las mujeres de Nueva York toleran que las toquen sin consentimiento, las mujeres de Kansas no.”
Los periódicos de todo el país comenzaron a informar sobre encuentros similares con “mashers”, jerga de época para referirse a hombres lascivos o depredadores Una corista de Chicago, molesta por las “preguntas insultantes” de un acoador , lo golpeó en la cara con su paraguas hasta que él se alejó tambaleándose. Una maestra de escuela de St. Louis ahuyentó a su posible atacante cortándole la cara con el alfiler de su sombrero. Estas historias se destacaban no sólo por su frecuencia sino también por su tono elogioso; por primera vez, las mujeres que luchaban contra los acosadores eran consideradas héroes más que personajes cómicos, sujetos más que objetos. La sociedad estaba en transición, lenta pero seguramente,desde esperar y defender la dependencia femenina de los hombres hasta reconocer su deseo y capacidad de defenderse
Un relato publicado por un periódico de Nueva York relató como 100 trabajadoras atacaron a varios agentes de la policía con sus alfileres de sombrero después de que estos detuvieran a dos de sus compañeras por pronunciar supuestamente discursos anarquistas. Asimismo, se conoce la historia de Mary Pickford, una de las primeras figuras del cine mudo quien fue atacada por una de sus doncellas, después de esta haber sido despedida. La estrella fue rescatada por su chofer. Por último, está el caso de dos mujeres (la esposa y la amante) quienes se enfrentaron usando sus alfileres de sombrero, tuvieron que ser separadas y detenidas por la policía; la única que recibió una herida de gran consideración fue la esposa y como algo curioso, el marido terminó sacando de la cárcel a la amante.
Con todas las quejas y denuncias que se tenían por el uso del alfiler, los políticos manifestaron la necesidad de establecer leyes que restringieran el uso de esos accesorios. Pero los movimientos de mujeres se mostraron en desacuerdo con tales medidas: un ejemplo fue Nan Davis, representante de varios clubes de mujeres, quien se dirigió al a ayuntamiento exponiendo que un alfiler de sombrero es el arma de defensa de una mujer.afirmando :“Siempre me siento segura yendo a casa por la noche con un alfiler de sombrero disponible para protegerme, si los hombres de chicago quieren quitarnos los alfileres, que hagan las calles seguras. Ningún hombre tiene derecho a decirme cómo me vestiré y que me pondré,”
Otra mujer envió cartas a los periódicos defendiendo el uso de los alfileres de sombrero: “antes de dejar un tranvía siempre llevo un alfiler de sombrero listo en mi mano hasta que estoy a salvo dentro de la puerta de mi casa, sin duda miles de otras mujeres pueden hablar desde su experiencia de como un sombrero robusto ha sido una defensa efectiva en tiempos de peligro.”
Los alfileres de sombrero incluso inspiraron una balada que se originó alrededor de 1920 llamada Nunca salgas sin tu alfiler de sombrero, canción que fue popular en 1950 cuando fue interpretada por Elsa Lanchester, actriz y cantante recordada por ser la protagonista de la película La novia de Frankenstein ,
Pero pese a los esfuerzos de la Ley, fue la moda del momento, la que terminó sacando del mercado los alfileres. Al comienzo de la primera guerra mundial su uso disminuyó y desapareció por completo cuando el cabello corto y los sombreros clutch se convirtieron en la tendencia del momento, y supuso el final de los alfileres en la autodefensa feminista cuando pocos años más tarde, en la década de 1920 surgieron las valientes y divertidas flappers (3), la subcultura feminista amante del baile, la noche y la libertad, que dejaron olvidados los enormes sombreros y lucieron melenas que igualmente causaron una gran polémica.
(3) La "Nueva Mujer" de la década de 1920 rechazaba aquello que las generaciones anteriores consideraban como políticamente correcto; fumaban y bebían en público, celebraban la revolución sexual y abrazaban la cultura de consumo. El camino para la futura imagen icónica estaba en marcha: la "flapper". Esta era una nueva generación de mujeres jóvenes occidentales que utilizaban pantalones, faldas cortas, y llevaban el pelo corto; escuchaban jazz y rechazan aquello que se consideraba el "comportamiento aceptable". Las "flappers" eran vistas como impetuosas por llevar un maquillaje excesivo, bebían, hablaban de sexo como un tema corriente, fumaban, conducían y se reían públicamente de las normas sexuales y sociales.
Fuentes: https://www.agenteprovocador.es/ https://www.elconfidencial.com/ https://elpensante.com










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