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22 de septiembre de 2017

HISTERIAS Y VIBRADORES ( Parte 1 de 2 )

Histeria1. Enfermedad nerviosa, crónica, más frecuente en la mujer que en el hombre, caracterizada por gran variedad de síntomas, principalmente funcionales, y a veces ataques convulsivos. 2. Estado pasajero de excitación nerviosa producido a consecuencia de una situación anómala. 
Diccionario de la lengua española- Real Academia Española 

La histeria aparece por primera vez en los escritos médicos en Egipto, dos mil años antes de nuestra era, pero no fue hasta el siglo V a. c. cuando empezó a tomar forma la definición clínica occidental de enfermedad. Durante muchos siglos se mantuvo la creencia de que la histeria provenía de la enfermedad del útero, e incluso Platón, aseguraba que era el útero el que se paseaba por el cuerpo causando problemas.

La propia palabra histeria procede del griego hysteron y significa matriz, razón por la que Hipócrates la consideraba una enfermedad exclusiva de las mujeres y que diagnosticaban socráticamente las comadronas. El supuesto popular recogido por Hipócrates  señalaba al útero como causante del mal y se atribuía a Pitágoras la idea de que la matriz poseía cualidades propias de los animales, a saber, movimiento espontáneo y sensibilidad. Como en un embarazo, un animal alojado en otro. De tal modo, el útero, insatisfecho en sus deseos genitales, atormentaba a su propietaria desplazándose por su interior: de allí que los tratamientos de la época recomendaran técnicas tales como la fricción seductora de la vagina o la aplicación local de sahumerios atrayentes y fragantes a fin de persuadir a la paseandera víscera de retornar a su aristotélico lugar natural.
En las mujeres, lo que se llama matriz o útero es como un ser vivo poseído por el deseo de hacer niños. cuando durante mucho tiempo, y a pesar de la época favorable, la matriz sigue estéril, se irrita peligrosamente; se agita en todos los sentidos en el cuerpo, obstruye los pasajes del aire, impide la inspiración, somete así al cuerpo a las peores angustias y le ocasiona enfermedades de toda clase.

Timeo -Platón.


Por su parte galeno Galeno escribió que la histeria era una enfermedad causada por la privación sexual en mujeres.

La histeria, era un conjunto de síntomas que variaban mucho entre las aquejadas y sus médicos: “desmayos, síncopes, edemas, nervios, insomnio, sensación de pesadez en el abdomen, espasmos musculares, falta de aliento, pérdida de apetito o por el sexo con la pareja masculina autorizada, y a veces, tendencia a causar problemas a los demás”, y provocada por : 

  • Falta de suficiente copulación.
  • Falta de gratificación sexual.
  • Privación sexual.
  • Masturbación excesiva.
  • Insatisfacción marital.
  • Acumulación de fluidos en la vagina.
  • Retención de la semilla tanto del hombre como de la mujer en el interior de ésta convirtiéndose en fluidos corruptos y venenosos.

La histeria aparecía con más frecuencia en aquellas mujeres de la época a las que no se les permitía tener relaciones sexuales: jóvenes solteras, viudas y monjas. A pesar de ello, la histeria era la más común de todas las enfermedades crónicas y un gran porcentaje de mujeres la presentaban en algún momento de su vida variando el nivel de gravedad. 

El tratamiento más recomendado para tratar la histeria era el matrimonio y la cópula. Si éstos no eran posibles, entonces se pasaba al tratamiento más frecuente a lo largo de la historia: las pacientes diagnosticadas con histeria femenina debían recibir un tratamiento conocido como masaje pélvico, que no era más que la estimulación manual de los genitales de la mujer por parte del doctor que la atendía, hasta llegar al "paroxismo histérico" que hoy denominamos "orgasmo".

En la Edad Media, cuando las mujeres sufrían algún brote de histeria, se las diagnosticaba como dueñas del temible útero ardiente. Más adelante, también en el medioevo, se denominó a esa curiosidad médica como sofocación de la matriz, y se la explicó como una de las tantas consecuencias imprevisibles de la abstinencia sexual.

Esta histeria, un comportamiento errático y caprichoso de las damas, se decía que tenía sus razones, ya que la abstinencia erótica provocaba la retención del esperma femenino, fluído responsable de aquella modificación del carácter. Médicos y sabios de la corte francesa recomendaban un tratamiento de vanguardia a cargo de una anciana -o una ciega-, quien con el dedo impregnado de aceite de oliva -o de lirio, si era una familia pobre- debía masajear vigorosamente la vulva de la paciente, provocando un alivio inmediato -e inquietante- en las histéricas. 

Luego llegarían los primeros médicos franciscanos instruidos en los burdeles florentinos, poco inclinados al goce perturbador de las histéricas, quienes recomendaban la maternidad como único medio para suavizar las convulsiones asombrosas y las largas diatribas acrobáticas de las muchachas con esta condición. 


En plena época victoriana se descubrió que muchísimos síntomas de la histeria podían ser atenuados acariciando gentilmente el clítoris de las pacientes hasta que éstas hallaran el sosiego del orgasmo. El problema era que el período victoriano el orgasmo femenino aún no tenía una clasificación definitiva, de manera que cuando una histérica llegaba al clímax del placer durante su tratamiento -que podía durar horas, e incluso días- se lo llamaba paroxismo histérico. Como en la era victoriana ninguna mujer se sometería sola a un tratamiento semejante, eran sus maridos, o madres, padres, hermanos o hermanas, quienes acompañaban a la "histérica" a lo largo de su gozosa jornada médica.

Continuará ...

Fuentes: La tecnología del orgasmo: la histeria, los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres- Rachel P. Maines- Editorial Milrazones/ https://mujertrespuntocero.wordpress.com

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