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7 de diciembre de 2017

CURIOSIDADES WAGNERIANAS

Richard Wagner

Richard Wagner (1813-1883) , compositor/director de orquesta/poeta , ese gran compositor de óperas épicas , es también conocido por su vida tumultuosa en un continuo ir y venir, generalmente acosado por los acreedores o por su ideología política, por manipulador y antisemita y curiosamente por su afición por el vestuario femenino.

Richard Wagner en su ensayo de 1850 El judaismo en la música, presenta un antisemitismo íntimamente relacionado con dos ideas: la de “lo alemán” y la de “nación alemana”, que son tomadas como algo real, plausible, completamente definido e inmaculado. El arte, en tanto que obra de un “espíritu alemán”, expresa esas identidad inamovibles con suma claridad, por lo que supone un factor clave para la afirmación y “redención de la nación alemana”. En consecuencia, el antisemitismo wagneriano no fue fruto de una antipatía personal, sino un ingrediente esencial de su programa artístico e ideológico. Teniendo en cuenta este punto de partida, el autor realiza un “análisis” muy sistemático de la esencia judía: 
1. El judío es naturalmente repulsivo: “Tenemos que explicarnos lo espontáneamente repulsivo que tienen para nosotros la personalidad y la esencia de los judíos (…) no hacemos sino autoengañarnos premeditadamente cuando pensamos que tenemos que ver con malos ojos y considerar incívico el anunciar públicamente nuestra aversión natural contra el ser judío”.
2. El judío, aunque haya nacido en Europa, es un extranjero: “Toda nuestra civilización y nuestro arte europeos han sido siempre para el judío una lengua extraña”.
3. Toda obra de un hebreo europeo está falta de expresión verdadera, es pura imitación: “En esta lengua, en este arte, el judío no podrá sino repetir o imitar, pero nunca podrá expresarse verdaderamente mediante obras de arte o poesía”. 
4. En base a lo anterior, el judío no es capaz de producir arte auténtico ni de una vida digna de ser llamada propiamente humana: “El judío nunca ha tenido un arte propio, de ahí que tampoco haya tenido nunca una vida dotada de contenido para el arte: tampoco hoy podrá encontrarle a esta vida un contenido de verdadero significado humano”.Posee “una propia incapacidad íntima para la vida”. 

Félix Mendelssohn

Semejante pensamiento explica el que cuando dirigía obras del compositor judío Felix Mendelssohn, se ponía guantes, que tiraba al terminar, porque según afirmó repetidamente, "le asqueaba dirigir música compuesta por un judío”. Sus tesis fueron celebradas por el Führer, que convirtió su música en dogma operístico del Tercer Reich y proscribió a Mendelssohn.

También el 18 de diciembre de 1881 el compositor expresó a su mujer Cosima -según consignó ésta en su diario- el deseo de que todos los judíos se abrasaran juntos mientras asistieran a una representación de Nathan el Sabio, la obra de Lessing símbolo de la tolerancia y de la Ilustración. Sólo diez días antes cuando más de 300 personas, en su mayoría judíos, habían perecido en el incendio que destruyó el Ringtheater de Viena, cuando se representaba la ópera Los cuentos de Hoffmann, del compositor de origen hebreo Jacques Offenbach, Wagner dijo que eso les estuvo bien empleado por escuchar operetas de ese judío y que los hombres son demasiado malos para compadecerles cuando mueren en masa. ¿Para qué sirve esa chusma reunida en un teatro semejante? Cuando los obreros son víctimas de una catástrofe minera, entonces sí que me emociono. 


Otra de las particularidades de Wagner es su afición por los vestidos de señora, o al menos un interés rayano en el fetichismo por tales prendas, que lo llegaron a definir como "un compositor travestí que necesitaba de una aura de feminidad para estimular los sentidos”. 

Anécdotas como la de que en cierta ocasión Wagner se presentó vestido con una chaqueta de mujer, o que por un problema de erisipela, vistiera ropa interior de de seda y satén. Una curiosidad es el encargo que hizo a su modisto de un traje de satén negro que pudiera llevarse tanto en la calle, con o sin ’cazavoika’, como en casa a modo de combinación’, que Wagner describe como una ’polonesa’ o vestido de mujer consistente en un corpiño ajustado y una falda abierta desde la cintura de forma que deje ver unas enaguas con muchos adornos. Ese encargo y otras prendas similares no eran para ser usadas por su esposa, sino por el mismo Wagner. 

Richard Wagner y Cosima Listz

En enero de 1874 Wagner escribió una carta a una firma de moda italiana con sede en Milán,  solicitando una prenda de vestir femenina supuestamente para su esposa Cósima Listz y en la que el músico da detalles muy concretos sobre la forma del vestido.
Tras solicitar "una prenda grácil para las veladas en casa", continúa de esta forma: "El corpiño tendrá el cuello elevado, con un fruncido de encaje y lazos; las mangas deben ser ajustadas; el ribete del vestido llevará un volante abollonado, del mismo tipo de seda, sin extensiones del corpiño a la cintura por la parte delantera; la falda debe ser muy amplia y con cola, y con un hermoso miriñaque y un lazo en la parte posterior, como los de delante...", y termina diciendo lo siguiente: "Y me interesa especialmente la calidad del material, la amplitud, los pliegues y fruncidos, los volantes, los lazos y el miriñaque, todo realizado con el mejor material, y que ninguna de las piezas esté sujeta con agujas".
En 1877, seis años antes de la muerte de Wagner, un periodista organizó un gran escándalo al publicar la lista de ropa interior que el músico había solicitado a una costurera local.

Fuentes: Sotto Voce: Una historia insólita de la ópera-Roger Alier-Editorial Ma Non Troppo/ Anécdotas  de la historia-Pancracio Celdrán-Editorial Alderaban

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