17 de abril de 2018

LA NUTRICIÓN DEL DICTADOR Y EL DÍA DEL PLATO ÚNICO

Miguel Primo de Rivera y Orbaneja

LA NUTRICIÓN DEL DICTADOR

Miguel Primo de Rivera y Orbaneja , general que gobernó España como dictadior de España entre   1923 y 1930, propuso una reforma nutricional que buscaba reducir el número de comidas diarias a una sola, a media tarde, con el objetivo de prevenir el exceso de peso y estimular el ahorro de recursos como luz, carbón y lavado de mantelería., pretendiendo organizar asuntos tan populares, tradicionales y arraigados como son las costumbres alimenticias de los españoles., y en particular las " clases medias y pudientes", propuesta que que publica en un artículo en La Vanguardia en su edición de 9 de octubre de 1929,, y en el que escribe en algunos párrafos:
“El plan de vida en España de las clases medias y pudientes es disparatado. La comida o almuerzo, que no se sabe bien lo que es ni como llamarla, de las dos y media o tres de la tarde, y la comida o cena de las nueve y media o diez de la noche, son un absurdo y un derroche y una esclavitud para la servidumbre doméstica, obligada a trabajar casi hasta las doce de la noche, hora en que se apagan los fuegos y se levantan los manteles”.

“Bastaría solo una comida formal, familiar, a manteles, entre las cinco y media y siete y media de la tarde y después, los no trasnochadores, nada, los que lo sean, un refrigero. Y antes, un pequeño almuerzo o desayuno de tenedor a las diez y media y once y media, y los madrugadores podrían anticipar, de siete y media a ocho y media, una taza de café. Tal sistema, mucho mejor para la salud, y previsor de la obesidad, ahorraría luz, carbón y lavado de mantelería, dejaría libres unas horas de la mañana, y otras de la primera noche, permitiendo que los espectáculos se desarrollaran de nueve a doce de la noche. Sería cómodo por igual para el trasnochador y madrugador, nos pondría al compás y tono de Europa y tendría otras muchas ventajas, pero a él se oponen, de una parte, los protestantes de todo, los incapaces de sacrificar nada al bien colectivo, a un tiempo rutinario y egoístas, que no aceptan la menor molestia, y, de otra, la aristocracia dorada que vive muellemente…”

“Acaso la Dictadura, en su momento inicial, debió acometer este problema, pero, por otra parte, es tan racional que se resuelva de modo parecido al indicado, que parece lógico confiarlo por entero a la ciudadanía, si la razonable sabe librarse de la coacción de los rebeldes. De todos modos, nunca es tarde si la dicha es buena, y todo ha de ser cuestión de voluntad y perseverancia. Perseveremos”.
Y todo eso lo escribía , un mujeriego,, borracho y tragaldabas , afectado con diabetis agravada por los excesos gastronómicos que derivaron en una alarmante obesidad.


EL DÍA DEL PLATO ÚNICO

El Día del plato único, fue creado por una orden del Gobierno General, con sede en Valladolid, de fecha 30 de octubre de 1936, y vigente hasta 1942 como fórmula benéfica para atender al establecimiento de comedores de asistencia social, jardines de la infancia, casas-cunas, orfelinatos e instituciones análogas, y constituiría el primero de los recursos con que dotar al “Fondo de Protección Benéfico-Social” que sería reglamentado por una orden del 29 de diciembre a fin de cumplir “la obligación del Nuevo Estado de que no haya huérfanos, vejez desvalida ni hogar en que falte lo más imprescindible para la vida”. Su modelo fue el “Eintopf ”, el puchero que en la Alemania del III Reich se organizaba mensualmente durante la temporada invernal con objeto de conseguir medios económicos destinados a la “Winterhilfe” o “Ayuda de Invierno”, constituida en 1933 con el fin de proporcionar ropas y alimentos a los más necesitados. 

Se cumplía primero cada quince días y luego cada viernes. Esos días, en todas las casas, hoteles y pensiones se servían un plato, en vez de dos, y un postre. El dinero ahorrado con el plato no comido debía entregarse como donativo a la beneficencia gubernamental.

Esa medida se impone en unos tiempos de hambre y miseria en la que las familias  comían, con suerte, todos los días plato único. En 1939 se instauran las cartillas de racionamiento, y  los enriquecidos estraperlistas son la única opción para conseguir ciertos alimentos. En 1941  el cocinero y gastrónomo Ignasi Domènech publicaba Cocina de recursos ,  libro  en el que para sobrellevar el hambre y la escasez, se proponían recetas como la tortilla sin huevo o la de patatas sin huevo ni patatas.
Gobierno General
Órdenes 
Las múltiples atenciones benéficas a que un Estado moderno y católico debe hacer frente, para que no quede ningún ciudadano suyo sin alimento diario y recoja en su seno a los huérfanos para hacer de ellos hombres amantes de Dios y de su Patria; atenciones que, si periódicamente se agravan al aproximarse el invierno, en el venidero han de incrementarse enormemente con los trastornos de orden familiar que llevará anejos la liquidación de la campaña salvadora de nuestra amada Patria, produciendo múltiples casos de orfandad desvalida, ancianidades y viudedades indigentes, a las cuales habrá de atender el esfuerzo del Gobierno del Estado, precisa, con la cooperación ciudadana, arbitrar medios de carácter general con que atender a los servicios tan inaplazables, dotando con ellos al Gobierno General como organismo oficial encargado de regir los intereses de la beneficencia pública. Y teniendo la absoluta seguridad de interpretar el sentir de los buenos católicos españoles, este Gobierno General se ha servido disponer:
Artículo 1º. Con destino a los fines benéficos de establecimiento de comedores de asistencia social, jardines de la infancia, casas-cunas, Gotas de Leche, Orfelinatos e Instituciones análogas, se crea en todo el territorio sometido a nuestro Glorioso Ejército los días «del Plato Único», que tendrán lugar el 1 y el 15 de cada mes, empezando a regir desde el día 15 de noviembre próximo.
Artículo 2º. Por este Gobierno General se dictarán las instrucciones necesarias para llevar a la práctica la presente Orden.
Valladolid 30 de octubre de 1936. El Gobernador General, Fermoso.
Intrucciones sobre las recaudaciones del día del plato único.
Primera. El próximo 1º de Diciembre, se servirá en cada hogar, a las horas de la comida y de la cena, un solo plato, con pan, fruta y cuno. Solo en casos excepcionales de enfermedad o régimen especial podrá quebrantarse esta regla, que es general y obligatoria.
Segunda. Todo cabeza de familia, contribuirá con el porte de la diferencia entre el coste del plato único y el de la comida y cena habituales en la familia.
Tercera. A los particulares se les entregará un recibo a domicilio, en el cual señalarán aquellos la cantidad que estimen representa el valor de la diferencia señalada anteriormente. 
Estos recibos se pasarán a domicilio el próximo día 2, siguiente al de la celebración del "Día del Plato Único", y la cantidad que en ellos fijen, los particulares, servirá de tipo para las sucesivas recaudaciones.
Aunque ya se ha celebrado el primer "Día del Plato Único", repetimos esta instrucción, para que las personas que deseen modificar, aumentándola, su aportación, lo realicen, sobre todo aquellas que, disfrutando de un auténtico bienestar, no han correspondido a tono con las circunstancias.
Cuarta. Se encarece a los cabezas de familia que tengan dispuesta la cantidad con que hayan de contribuir, para que a la llegada de la comisión recaudatoria a sus domicilios el próximo 2, faciliten la gestión de aquella, llenando el recibo y entregando el donativo.
También se les encarece para el caso de no encontrarse en sus domicilios a la llegada de dicha comisión, que para evitar nuevas visitas y facilitar la recaudación, se apresuren a entregar su donativo en el del subdelegado de su sección, para la cual ya se ha hecho pública la relación de aquellos.
Quinta. Se advierte a las personas que no cumplan lo preceptuado por el excelentísimo señor Gobernador general del Estado, sobre el "Día del Plato Único", que sus nombres serán publicado en la prensa local, siendo incluso sancionados económicamente.
¡Salmantinos! ¡Contribuid con todo entusiamos y generosidad para el mejor resultado del "Día del Plato Único".
¡Salmantinos! Pensad que más que vuestro dinero, se os pide vuestro sacrificio. Y hay que aceptarlo, hay que cumplirlo. Con disciplina y entusiasmo. Mucho valor tiene el importe de lo que se recauda, para este noble fin, pero no es menor el tono moral de este ejercicio colectivo de una remuneración. La España que amanece, tiene que hacerse a fuerza de sacrificio, con apetencia de gloria, con sueños de grandeza, pero con sacrificio. El que se os pide es muy grande. (...)
 


Hubo también quienes no cambiaron su dieta. A ellos se dirigían los avisos de las juntas locales del plato único, que advertían que "los viernes observará el plato único, no solo en unidad, sino también en cantidad". Porque, aunque eran el espíritu cristiano y de sacrifico quienes debían guiar a los buenos patriotas españoles, desde inicio se hicieron trampas. Entonces, el plato único consistía en una abundante paella, una fabada asturiana o un cocido madrileño. O bien se combinaban varios platos en uno. José María Pemán, que no era sospechoso de desafecto al régimen, escribía que "se comía lo mismo que cualquier otro día, sino que se comía en un solo plato" y describía el plato único como "delicioso decreto de unificación gastronómica que consistía en la superposición de un chorizo, un huevo frito, una merluza y una chuleta, en un plato cuya loza o porcelana justificaba la unidad".

Fuente: Las recaudaciones de naturaleza fiscal en los primeros años del FranquismoJuan Antonio Alejandre García- Facultad de Derecho- Universidad Complutense de Madrid

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