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16 de enero de 2021

EL FALSO UNICORNIO Y OTROS SIMBOLISMOS ANIMALES (Parte 1 de 2 )

 

LA  ALEGORÍA DEL  SIMBOLISMO ANIMAL 
El hombre medieval ve los animales de dos formas diferenciadas: como seres naturales, por cuestiones relacionadas con su supervivencia material, y como símbolos, un simbolismo animal que influirá de forma determinante en su cultura y visión del mundo cuando esa simbología se utilice como metáforas  de los vicios y virtudes humanas, e interpretada mediante alegorías por los exégetas cristianos, para difundir el contenido educativo y moral de los textos sagrados . 

Así, se pretende que la sociedad medieval vea el mundo físico real solo como una metáfora corpórea de la realidad espiritual , la realmente impirtante, y de ello se encarga la importante carga simbólica de la iconografía cristiana y sus particulares e interesadas interpretaciones. 
La metáfora es una figura retórica de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresan por medio de una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta relación de semejanza.
La alegoría es una figura literaria o tema artístico, que busca representar una idea valiéndose de formas humanas, de animales, y/o de objetos cotidianos. Pretende dar una imagen a lo que no tiene imagen, para que pueda ser mejor entendido por la generalidad. Dibujar lo abstracto, hacer «visible» lo que solo es conceptual, obedece a una intención didáctica

El simbolismo animal nos revela la actitud medieval ante la ciencia zoológica, al menos hasta el siglo XIII, que no interesaba demasiado   aunque el mundo animal sí  le inspiraba curiosidad. Los aspectos científicos del animal importaban poco, pero reales o ficticios servían, como en ninguna otra época histórica, para enseñar y moralizar. La simbología tendrá, pues, una clara preminencia sobre la ciencia, y, a través de ella, se formará la mentalidad del hombre medieval y su visión del mundo. 

En el simbolismo animal también interviene , la magia y las superstición , y así existían animales diabólicos por excelencia, caso del macho cabrío o de otros como el sapo, el gato negro o la serpiente relacionados con la brujería, o las rapaces nocturnas vinculadas asimismo con sus actividades . 

La sociedad medieval  no distingue entre lo visible y lo invisible, o dicho de otra manera, entre lo real y lo ficticio, y. con una concepción religiosa del mundo, cree que el componente clave de aquella creencia es la fe, es decir, aquello que no se ve, pero que, sin embargo, existe. Ver no es necesario para creer y esto se manifiesta en el interés que demuestra por los animales fantásticos y monstruosos y lo que simbolizan. 


Asimismo, se fantasea la realidad, y algunos animales y su entorno se pintan de colores simbólicos para el hombre medieval, a veces de modo ambivalente, de modo que puede ser utilizado para dar un significado o su contrario, y que difieren en el tiempo y dependen de la cultura local y de un área geográfica concreta. 

El blanco era el color de la inocencia y la pureza; el negro está ligado a las adversidades, los difuntos y el pecado, y también a la tierra, es decir, al infierno, al mundo subterráneo, pero también a la templanza, a la humildad y a la austeridad ;el rojo, que vestían el papa y los cardenales, también podía ser el color del diablo; el verde se relaciona con lo que era inestable, maléfico y venenoso, y en la alta Edad Media a menudo el demonio y los monstruos se representaban de color verde, aunque también se podía utilizar para simbolizar la fe cristiana. Ese color como símbolo o representación de la naturaleza no forma parte de la mentalidad medieval, ni siquiera de la renacentista, y esta vinculación no aparecerá en Europa hasta la época romántica; el azul era un color poco apreciado hasta que sufre un cambio profundo por motivos religiosos. El Dios de los cristianos se convierte precisamente en un dios de luz. Y la luz se vuelve… ¡azul! Por primera vez en Occidente se pintan los cielos de azul –antes eran negros, rojos, blancos o dorados. Además se estaba entonces en plena expansión del culto mariano, y la  Virgen, que vive en el cielo, a partir del siglo XII, aparece en las imágenes cubierta con un manto o vestido azul, y se convierte en la principal promotora de ese color; y así como el dorado, brillante, es en la mentalidad medieval el color de la luz, del calor, y la energía, el amarillo se considera un falso dorado que acumula todas las connotaciones negativas, y se convierte en el color de la traición y está muy ligado a la construcción en la baja edad media de la figura de Judas y se transformará en el color de los traidores, herejes y repudiados.


LOS BESTIARIOS

Los bestiarios son obras literarias, generalmente escritas con acompañamiento de imágenes,  en donde se presentan las particularidades de cada especie con su correspondiente significación  simbólica en la que es muy relevante el peso de la Biblia, y en los que los animales desempeñan con frecuencia un papel destacado.  

Mediante alegorías se representa un mundo animal  dotado de un matiz moralizante., y cada animal se vincula a unas propiedades específicas con intención fabuladora, utilizándolas como ejemplos para  dar lecciones morales o espirituales al hombre. 

Los bestiarios son libros  de gran tamaño y valor, ya que en su confección se utilizaban materiales de alta calidad: tintas caligráficas, pinturas doradas y azules, papeles de lino, algodón o vitela hechos a mano, con resistentes encuadernaciones en cuero, que se  popularizan entre los siglos XII y XIV , y  que, en relación a los animales  , relatan una  zoohistoria tanto real como ficticia , utilizando para ello  dos fuentes que se complementan, una escrita y otra iconográfica , adaptando los contenidos originales  con objeto de ayudar a la sociedad medieval a la comprensión e interpretación religiosa de los elementos descritos. 


A pesar de tener un gran número de fuentes, entre ellos la Historia naturalis de Plinio el viejo o el De partibus animalium de Aristóteles, los dos antecedentes principales del Bestiario latino son el Physiologus  y la Etymologiae .
El Physiologus es el primer bestiario conocido en Occidente, de cuya traducción y adaptación derivaron los bestiarios latinos, y de estos, a su vez, los bestiarios en lengua vernácula,  y tuvo una enorme influencia en el pensamiento y en la concepción del mundo medieval. Redactado en griego (aunque posteriormente se tradujo a casi todos los idiomas conocidos, latín, armenio, etíope, siriaco o árabe) y de un autor desconocido, probablemente se escribiese en Alejandría entre los siglos II y IV. Se trata de una obra de carácter moralista y religioso en la que se enumeran y describen un total de cuarenta y nueve elementos entre animales, plantas y minerales , tanto de los animales reales conocidos en esa época como de los fabulosos, además de plantas y minerales, y a los que se les dota de una simbología dual, que en ocasiones es es positiva, asociando su comportamiento al establecido por Dios , y en otras negativa, pues relacionaban su actitud con la del diablo.

La Etymologiae  es una enciclopedia escrita por Isidoro de Sevilla en el siglo VII, en  donde se explicaba la naturaleza de los animales a partir de un análisis etimológico de sus nombres, elaborando intrincadas y creativas definiciones gracias a un sinfín de coincidencias, que en muchas ocasiones resultan precipitadas y forzadas cuando intenta establecer relaciones entre los nombres de los animales y sus hábitos.
Las imágenes de los iluministas que ilustran los  bestiarios, tienen poco o ningún parecido con el de algunas bestias reales (que nunca habían visto ), como un elefante, un cocodrilo, un rinoceronte, ...,, y respecto a los  inexistentes animales fabulosos como un fénix, un dragón o un unicornio, su representación se realiza de acuerdo  con antiguos textos griegos y latinos y con las fantasiosas descripciones realizadas por viajeros, mercaderes y exploradores a su regreso de sus viajes a la multitud de espacios desconocidos y misteriosos que existían en el mundo, en los que habitaban pueblos extraños y criaturas fabulosas, y en los que tenían cabida todo tipo de maravillas. 

La lectura de los bestiarios , que se refieren tanto a animales reales como  imaginarios, debe hacerse siempre en clave didáctico-moral y no como si se trataran de enciclopedias científicas y objetivas , ya que durante la época del florecimiento de estos códices,  existe la creencia medieval  de que  cada piedra, planta y animal, por humilde que fuera, desempeñaba un papel en el gran diseño de la creación divina del mundo. 

El hombre medieval   podía leer la naturaleza, como si se tratara de un libro de enseñanza religiosa cristiana que ligaba las enseñanzas de Cristo con el comportamiento animal , asignándoles a cada uno de ellos una lección moralizante  mediante explicaciones e interpretaciones generalmente bíblicas. 

El  bestiario, crea descripciones de animales que incorporan la alegoría y la moralización cristiana, siendo utilizados por los predicadores en sus sermones, haciendo sus particulares asociaciones . Así, por ejemplo, se decía que observar el comportamiento de un zorro podía ayudar a los lectores a no caer en los trucos del diablo, y las viudas, por su parte, debían seguir el ejemplo de la tórtola, un pájaro que nunca se vuelve a casar, y siempre añora su primer amor.

ALGUNOS  ANIMALES Y SUS ALEGORÍAS CRISTIANAS


El león
El león es el rey de las bestias y, como tal, suele ser la primera bestia descrita en los bestiarios. El capítulo del león es generalmente uno de los más largos y complejos.

El león tiene tres naturalezas: cuando un león que camina por la montaña ve que lo están cazando, borra sus huellas con la cola; siempre duerme con los ojos abiertos; y sus cachorros nacen muertos y cobran vida al tercer día cuando la madre les respira en la cara o el padre ruge sobre ellos. Algunas fuentes añaden más naturalezas: un león sólo mata por hambre; no atacará a un hombre postrado; permite que los hombres cautivos se vayan; no se enoja fácilmente; la leona primero tiene cinco cachorros, luego uno menos cada año.

Hay dos clases de leones: uno es tímido, tiene el cuerpo corto y el pelo rizado; el otro tiene el pelo lacio y el cuerpo largo y es feroz. La fuerza de un león se ve en su pecho, su firmeza en su cabeza y su coraje en su frente y cola.

Los leones temen ver a los cazadores con lanzas, por lo que miran al suelo cuando están rodeados. También temen el crujido de las ruedas de los carros, el fuego y la vista del gallo blanco Un león enfermo se cura a sí mismo comiendo un mono , comiendo un día y bebiendo al siguiente; si la carne no se digiere adecuadamente, el león la saca de su estómago con sus garras. Los leones son dañados por escorpiones y muertos  por serpientes.

Cuando un león tiene hambre, trata a otros animales con ira, saltando sobre ellos como lo hace sobre el asnoUn león cazador hace un círculo con su cola alrededor de otros animales, que no se atreven a cruzar la línea y se convierten así en su presa. El rugido de un león es suficiente para debilitar de miedo a otros animales.

A los leones no les gusta comerse la presa del día anterior, abandonando los restos de su última comida.

A diferencia de la mayoría de los animales, los leones se aparean cara a cara. La leona da a luz cinco cachorros la primera vez, luego cuatro la siguiente y tres la siguiente, hasta que después del nacimiento de un solo cachorro en el quinto año, se vuelven estériles. 

En la alegoría cristiana, las tres principales naturalezas del león tienen cada una un significado. El león borrando sus huellas con su cola representa la forma en que Jesús ocultó su divinidad, solo revelándose a sus seguidores. El león que duerme con los ojos abiertos representa a Jesús, físicamente muerto después de la crucifixión, pero aún espiritualmente vivo en su naturaleza divina. El león rugiendo sobre sus cachorros muertos para darles vida representa cómo Dios el padre despertó a Jesús después de tres días en su tumba.

Las otras naturalezas del león se toman como ejemplos de cómo debe vivir la gente. Así como el león no atacará a un hombre postrado, permitirá que los cautivos se marchen y no se enoje fácilmente, la gente debe ser lenta para enojarse y rápida para perdonar.


El cordero
Como ejemplo podemos proponer al cordero, y las diferentes posturas de aquél que representarían los diferentes aspectos de Cristo y su Iglesia. Así, el cordero erguido simbolizaría a la Iglesia triunfante, el cordero con un chorro de sangre saliendo del costado a un cáliz y sosteniendo una cruz, es el símbolo del Agnus Del; por último, el cordero con una banderita decorada con la cruz, simbolizaría la resurrección y a Cristo redentor de los hombres.

El Agnus Dei que aparece portando una Cruz sobre una de sus patas, tiene su origen en Antiguo Testamento cuando se instaura la fiesta de la pascua recordando el sacrificio del cordero que salvó las casas de los judíos y a sus primogénitos señalando con sangre del animal los dinteles de las puertas en la última plaga de Egipto, o el cordero que ofreció Abraham guiado por la mano del ángel tras ofrecer a su hijo Isaac. 
El moscóforo ( 570 a.C.)

La apelación a la figura del cordero está en relación con la de pastor y rebaño, como situación de cuidado y dirección. La atribución simbólica de la grey que debe ser atendida y dirigida por el buen camino inclina a semejanzas con la vida real del cristiano. Así aparece en los textos bíblicos que refieren a Cristo como el buen pastor que cuida y apacienta las ovejas, o como quien las cuida con el celo de su búsqueda si se extravían, tomada de la iconografía griega del moscóforo, que representaba al pastor que habiendo perdido una de sus ovejas sale a buscarla y encontrándola la pone sobre sus hombros para llevarla al redil.


El cocodrilo

El cocodrilo es una bestia de cuatro patas, de unos veinte codos de largo, que nace en el río Nilo. Su piel es muy dura, por lo que no se lastima al ser golpeada por piedras. Pasa el día en tierra y la noche en el agua. Está armado con garras y dientes crueles; es el único animal que puede mover la parte superior de la mandíbula manteniendo inmóvil la parte inferior. Su estiércol se puede utilizar para realzar la belleza de una persona: el excremento (o el contenido de los intestinos) se unta en la cara y se deja allí hasta que el sudor lo elimine. Los cocodrilos siempre lloran después de comerse a un hombre. A pesar de la dureza de la piel del cocodrilo, hay dos animales que pueden matarlo: el pez sierra que puede cortar el estómago del cocodrilo y el hydrus que puede meterse por la boca del cocodrilo hasta su interior y matarlo desde adentro. 

Los bestiarios y enciclopedias medievales decían que los cocodrilos eran malvados y crueles y tenían tendencias devoradoras de hombres, simbolizan el infierno y también a las personas hipócritas. De hecho, el famoso dicho sobre las lágrimas de cocodrilo proviene de esta asociación: aparentemente los cocodrilos no pueden resistirse a comer a ningún humano que encuentren, pero siempre derramarán lágrimas hipócritas sobre el destino de sus presas.

El pez sierra 

El pez sierra es un monstruo marino con enormes alas. Cuando ve un barco, levanta las alas para poder correr contra el barco. El pez sierra se cansa después de treinta o cuarenta estadios y se sumerge de nuevo en el agua para devorar peces. Cuando levanta las alas, retienen el viento de los barcos; a los navegantes no les gusta el pez sierra porque hace que los barcos se hundan. También se dice que esta bestia tiene una cresta dentada que usa para cortar barcos. 

El pez sierra significa aquellos que comienzan en un camino recto con buenas intenciones, pero pronto se cansan y se hunden en el pecado y son llevados al infierno. El diablo, que retiene la inspiración sagrada de los hombres, es como el pez sierra que retiene el viento de la vela del barco. 

Esta bestia es un símbolo de este mundo. El barco es un tipo de personas justas, que sin peligro ni naufragio de su fe pasan por en medio de las tormentas y tempestades de este mundo (y vencer las olas mortales, es decir, las fuerzas adversas de este mundo). Pero el pez-sierra, es decir, esa bestia que no sirvió para vencer al barco en la navegación, ofrece un símbolo de aquellas personas que al principio se involucran con entusiasmo en buenas obras, pero que luego no perseveran en ellas, y se extravían de faltas de diversa índole (es decir, de avaricia, soberbia, embriaguez y lujuria), que las arrojan como sobre las olas del mar y sumérgelos en las profundidades del infierno. Porque no a los que solo comienzan, sino a los que perseveran, es la recompensa prometida . 

El hydrus 

El hydrus es un animal que vive en el río Nilo, y es enemigo del cocodriloCuando ve un cocodrilo durmiendo con la boca abierta, el hydrus primero rueda en el barro para volverse resbaladizo, luego entra en la boca del cocodrilo y es tragado. Luego come al cocodrilo desde dentro de su vientre , matándolo. El cocodrilo significa el infierno, y el hydrus Christ, el que desciende al infierno para recuperar las almas prisioneras.

El zorro

El zorro es un animal astuto y engañoso que nunca corre en línea recta, sino solo en círculos. Cuando quiere atrapar pájaros para comer, el zorro rueda en barro rojo y parece estar cubierto de sangre. Entonces yace aparentemente sin vida; los pájaros, engañados por la apariencia de sangre y pensando que el zorro estaba muerto, aterrizan sobre él y son devorados inmediatamente. Con frecuencia se ilustraba con un pájaro en la boca.

Los bestiarios trazaban paralelismos entre esta práctica de zorro imaginada y las acciones del diablo, quien arrullaba a los cristianos a una falsa sensación de seguridad y luego los arrastraba al pecado con la tentación. Finge estar muerto para quienes tienen costumbres mundanas y solo se revela cuando las tiene en la boca. Para aquellos con una fe perfecta, el diablo está verdaderamente muerto.


Las imágenes de zorros proliferaron en la segunda mitad del período medieval, en gran parte debido a la popularidad de las historias sobre Reynard el Zorro, el personaje principal en un ciclo popular de fábulas medievales, un antihéroe tramposo del "Romance de Reynard el Zorro", que en humorísticas ilustraciones marginales de manuscritos medievales, a menudo puede verse con el atuendo de un caballero o un clérigo, satirizando la sociedad cortesana y la corrupción de la Iglesia cristiana.

EL UNICORNIO

Tras las especulaciones sobre  su existencia en la antigua Grecia, se ha dicho que el unicornio era una bestia excepcional, esquiva, con mal carácter, que sólo se dejaba domar por una muchacha virgen, que su cuerno tenía propiedades curativas, que su fuerza sobrenatural podía derrotar a cualquier especie animal... 

Su representación fue frecuente en el arte de la Edad Media y del Renacimiento: el primero fue un momento históricos en el que florecieron las leyendas, el segundo tuvo lugar en el siglo del descubrimiento, con testimonios de viajeros y científicos que mezclaban el exotismo de los hallazgos y la fantasía de los desconocido.

La primeras noticias sobre el Unicornio llegan a principio del siglo IV de la mano de Ctesias de Cnidos, médico de Darío II y de Artajerjes de Persia, quien escribe:

En la India existen ciertos asnos salvajes que son tan grandes como caballos o aún más grandes. Tiene el cuero blanco, la cabeza de color rojo intenso y los ojos son azul oscuro. Tiene un cuerno en la frente de aproximadamente 45 cm. de largo. El polvo que despide este cuerno se administra en una poción como protección contra las drogas mortales. La base de este cuerno, hasta dos palmos de la frente, es blanca pura. La parte superior es afilada y de un intenso color carmesí y el resto, la parte central, es negra. Los que beben de estos cuernos, convertidos en vasos, no se someterán a convulsiones o a la enfermedad santa (epilepsia). En realidad, están inmunizados incluso contra venenos si, antes o después de tragarlo, beben vino, agua o cualquier otra cosa de este recipiente.

 

Pero las obras de Ctesias de Cnidos   se hallaban repletas de fantasías de todas clases, especialmente el tratado que escribió sobre la India, en donde nunca había estado, dando una visión fabulosa de la misma como tierra de las maravillas donde tenían lugar toda clase de fenómenos extraordinarios  , y gozaron ya en la  antigüedad de un amplio descrédito acusándolo de  fabulador que escribía de cosas que jamás había visto ni oído. Incluso los propios escritores de maravillas, los Paradoxógrafos , que acumulaban en forma de catálogo toda clase de noticias de este género, marcaban distancias con Ctesias.

 

La paradoxografía es el relato de hechos y fenómenos maravillosos, constituido como género literario al inicio del período helenístico, con las conquistas de Alejandro, que abrieron a la imaginación griega territorios inmensos e ignotos y produjeron una cantidad de noticias insólitas. El público heleno estaba deseoso de informarse acerca del nuevo mundo natural y de los pueblos que lo habitaban; este afán se satisfizo con relatos de viajeros, a la sombra del mítico conquistador, que a una observación a menudo desconcertada añadieron grandes dosis de fantasía y especulación mitológica. Se formó así el género paradoxográfico, en el que se suceden los prodigios y las extravagancias sin contexto ni explicaciones, relatados del modo más escueto, según el planteamiento misceláneo y el tono anticuario característicos de la época. El interés por lo maravilloso se benefició de una época convulsa en lo espiritual y lo religioso, cuando la religión tradicional cedía su puesto a la superstición y a las corrientes religiosas y mágicas orientales. 

No obstante  la visión fabulosa de la India dada por Ctesias como tierra de las maravillas donde tienen lugar toda clase de fenómenos extraordinarios  estuvo vigente a lo largo de la Antigüedad y se trasladó posteriormente al medievo y a la época moderna. Esta imagen trascendió los relatos más realistas que le sucedieron y constituyó la base del imaginario medieval sobre el oriente fantástico, poblado de monstruos, pueblos fabulosos y con una naturaleza ubérrima capaz de producir los más extraordinarios productos por increíbles y maravillosos que éstos pudieran parecer.   


Existen muchas versiones de bestiarios, y gracias a esta diversidad, los datos que conocemos sobre el unicornio son variados, lo que ha permitido recopilar diferentes versiones y detalles sobre la descripción y comportamiento de este mítico animal, al que a menudo se denomina como minoscero, licornio o alicornio.

Todos mantienen básicamente la descripción física que proviene de la Antigüedad, pero con el tiempo, se le fueron añadiendo algunas nuevas características y peculiaridades, como su odio por el elefante, su principal enemigo, al que siempre intenta cazar afilando su cuerno en las piedras a fin de herirlo en el vientre. Algunos autores árabes afirman que una vez que el unicornio ha atravesado al elefante, no puede quitar al cadáver del cuerno, de modo tal que muere de hambre o de putrefacción. Otras versiones indican que porta indefinidamente en su cuerno los cuerpos de varios elefantes, amontonados unos sobre otros.

Donde vivía el unicornio, que generalmente se representa de color blanco, había  un gran lago o fuente a donde todos los animales acudían para beber. Antes de llegar la ponzoñosa serpiente a derramar  su veneno en las aguas, los  animales aguardaban  la llegada del unicornio, que entrando en el agua  y haciendo la señal de la cruz con su cuerno, volvía inofensivo el  veneno derramado por la serpiente y todos podían beber con tranquilidad. 

Según se creía, el cuerno del unicornio, poseía gran cantidad de propiedades: era un contraveneno que actuaba como antídoto contra todos los venenos y enfermedades; un remedio contra la fiebre; curaba la mordedura de los perros rabiosos, la picadura de los escorpiones y las plagas; era efectivo contra la pérdida de memoria ;prologaba la juventud y aumentaba la virilidad, y por ello muchos reyes, abadías y gentes importantes tenían uno o varios cuernos para protegerse, especialmente  contra los envenenamientos, en una época en la que era una práctica común aún entre aliados y parientes. 

Para  determinar la autenticidad del cuerno de unicornio , y por tanto que fuera poseedor de todas sus propiedades, se realizaban unas sorprendentes e inútiles "pruebas del unicornio" , como que un oficial de la casa dedicado a esa tarea diera aba la vuelta alrededor de la mesa tocando alimentos y bebidas con el cuerno, y si comenzaba a sudar, es que se encontraba cerca algún veneno, o  ponerlo en un recipiente junto con tres o cuatro escorpiones grandes y vivos, tapándolo y si a las cuatro horas los escorpiones estaban muertos, era auténtico. Otros método de comprobación consistía en envenenar dos palomas con arsénico, dándole a una  polvo de cuerno y, si revivía, era señal de autenticidad; o encerrar  a una araña en un círculo dibujado en el suelo con un cuerno de unicornio, y si no o podía cruzar la línea y moría de hambre allí dentro, era un cuerno genuino.

La existencia del unicornio , y las  propiedades de su cuerno, no fueron puestos  en duda , ya que no había ninguna razón para creer que no existiera, como ocurría con otros extraños animales que existían pero que pocos habían visto como el camello, la jirafa o el oso hormiguero, y que eran aceptados sin cuestionarlos. También se aseguraba que el hecho de que fuera casi desconocido no significaba su inexistencia, sino que avalaba su rareza, y es precisamente la dificultad para avistarlo, y de atraparlo , sumado a las supuestas propiedades  de su cuerno, lo que lo convertía en tan valioso. . un “verdadero” cuerno de unicornio costaba diez veces su peso en oro cuando se vendía en pequeños fragmentos o en polvo, pero una pieza completa se vendía por el doble.

 
La captura del unicornio
Sobre el Unicornio , el Bestiario de Cambridge, del siglo XII, dice que es muy pequeño, como un cabrito, y muy rápido , y relata que “ni uno solo ha ido a parar vivo a las manos del hombre, y aunque es posible matarlos no se les puede capturar, salvo que se utilice como cebo a una muchacha virgen. Irresistiblemente atraído por la casta joven, el unicornio, desconfiado y salvaje, se acercaba dócilmente a la virgen , besaba sus pechos y apoyaba su cabeza en su regazo , donde se quedaba dormido con el aroma de virginidad que él podía percibir. Entonces se acercaban los cazadores y lo mataban. De no ser virgen, el unicornio mataba a la joven por corrupta e impura.
El unicornio y su captura tiene varias explicaciones simbólicas, entre ellas:
El unicornio representaba a Cristo, la doncella a la Virgen María, el pecho simboliza a la Iglesia, el beso la paz, y el sueño la muerte. Así Jesucristo durmió como hombre y su muerte fue muerte para el príncipe de las tinieblas, su resurrección la redención de los hombres, y sus sufrimientos nuestro descanso.
Nuestro Señor Jesucristo también es un Unicornio espiritualmente. El hecho de que tenga un solo cuerno en su cabeza significa que Él mismo ha dicho: 'Yo y el Padre somos uno'. Es muy rápido porque ni los Principados, ni las Potestades, ni los Tronos, ni los Dominios pueden alcanzarlo, ni el Infierno puede contenerlo, ni el más sutil Demonio puede atraparlo o abarcarlo, sino que únicamente por el deseo del Padre, bajó hasta el útero de la virgen para nuestra salvación. Su ferocidad y su resistencia al cazador nos recuerda que ni las autoridades, ni los poderes ni los tronos pudieron controlar al Mesías en contra de Su voluntad; su pequeña estatura es un símbolo de la humildad de Cristo y su similitud con un cabrito simboliza su relación con los pecadores. 
Por su parte en el Bestiario Provenzal, de influencia valdense, el Unicornio representa al diablo y su captura mediante la virgen significa que el mal sólo puede vencerse con la virtud.
Las falsificaciones

El gran negocio que suponía la venta del  "cuerno de unicornio" ocasionó que fuera objeto de  constantes falsificaciones, que evidentemente no detectaban las absurdas "pruebas de unicornio". El cuerno en polvo se sustituía engañosamente por cuernos comunes quemados, barba de ballena, varios tipos de arcilla, huesos de perros y de cerdos, estalactitas y huesos de animales fósiles, falsificación que también podía ser de un  cuerno entero, que se decía se conseguía haciendo hervir marfil durante seis horas en extracto de mandrágora, tras lo cual se  se volvía blando y podía moldearse fácilmente, obteniendo lo que se conocía como el “auténtico cuerno de unicornio”, recto, largo, afilado y espiralado. 

La mandrágora

La mandrágora ha sido una de las drogas más conocidas por la Humanidad. Se trata de una solanácea originaria de los países del Mediterráneo. Fue la extraña forma de su raíz, que a menudo semeja un cuerpo humano con brazos y piernas, lo que dio origen a la leyenda que circula en torno a ella. 

Provoca grandes efectos somníferos y alucinógenos, así como propiedades afrodisíacas. Sin lugar a dudas, parte de la fantasía que rodeaba a esta planta se creó por los propios recolectores para mantener el alto precio de las raíces. A finales del siglo XVII una única raíz costaba el sueldo anual de un artesano. La razón fundamental era la gran cantidad de aplicaciones mágicas que se atribuían a esta planta: se empleaba en la magia amorosa, para conseguir una decisión judicial favorable, invisibilidad y para encontrar tesoros.

Un relato de la época romana indica cómo hay que extraerla:
El ser humano debe guardarse de extraerla él mismo, pues su vida peligraría. Por eso, hay que atar un perro negro a la parte superior de la planta y azuzarlo hasta que la mandrágora surja de la tierra y se yerga. En ese preciso instante, la planta de figura humana proferirá un horrísono grito, y el perro caerá muerto al instante. Para sobrevivir, el buscador de mandrágora deberá tomar la precaución de taparse antes bien los oídos con cera.

Continuará ... 

Fuentes: El bestiario de cristo ( I y II) - Louis Charbonneau Lassay- Jose Olañeta Editor / http://bestiary.ca/ Los hombres del Norte - Jhon Haywood - Editorial Ariel /https://blogcatedranaval.comhttps://publicdomainreview.org

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