VÍDEO: La Gran Depresión
La Gran Depresión, también conocida como Crisis del 29, fue una crisis económica mundial que se prolongó durante la década de 1930, en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial . Su duración depende de los países que se analicen, pero en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta o principios de los cuarenta. Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a mayor número de países en el siglo XX.
Esa crisis económica sumió a las familias de Estados Unidos en un estado de pobreza inimaginable. Ni ellos mismos, que antes del crack del 29 habían disfrutado de una época de prosperidad y desarrollo inusual en su historia, podían pensar que llegarían al extremo que documentaron las fotografías de Walker Evans o Dorothea Lange.
Las penurias de los habitantes norteamericanos eran tales que la prioridad absoluta fue conseguir alimentos, y todo lo demás era un lujo inalcanzable. El vestir se convirtió en algo secundario, y la extrema pobreza obligó a muchos de ellos a vestir con andrajos o utilizar sacos de arpillera como tela para la confección de los vestidos. Con unas tijeras y algo de costura, aquellos ásperos sacos se convirtieron en las únicas prendas de vestir de las niñas.
Matar a un ruiseñor -Harper Lee
Cuando los fabricantes de harinas y piensos para animales tuvieron noticia del uso que las mujeres daban a sus sacos, para incrementar sus ventas tuvieron la idea de sustituir los antiguos sacos de arpillera comercializando sus productos en nuevos sacos hechos con tejidos de algodón con diferentes estampados y colores. Así, una vez utilizado el producto las telas de los sacos vacíos podían utilizarse como telas más atractivas , variadas y cómodas que las aburridas y ásperas telas de arpillera para la confección de vestidos para las madres y sus hijas, asi como para trapos de cocina , pañales, toallas , colchas , cortinas y en ocasiones para crear muñecos y juguetes.
Con el tiempo, la idea resultó ser un buen negocio para los fabricantes. Aquellos vestidos servían de promoción de sus productos y, además, los sacos se diseñaban de tal forma que su marca o logo fuese visible. Se organizaron desfiles y se encargaron de popularizar los sacos de alimentación como telas para vestidos, cortinas, bolsos, fundas de cojines…, e incluso ropa interior.
El éxito de la propuesta fue tal que las empresas fabricantes decidieron incluso imprimir los textos legales e informativos en etiquetas de papel o en una tinta que podía ser eliminada con un par de lavados. De esa forma, la tela podía ser usada en su totalidad. No faltaron incluso fabricantes que, junto con los sacos, imprimieron anuncios donde se daban consejos, ideas o patrones para confeccionar ciertas prendas.
En aquella época lejana en que las cosas se guardaban,
cuando los caminos eran de grava y los barriles de duelas
y no había plástico ni bolsas,
y el pozo y la bomba estaban muy atrás,
un artículo versátil era el saco de harina.
Pillsbury's best, mother's y medalla de oro, también
estampados con orgullo sus nombres en morado y azul.
Se tiraba de la cuerda cosida en la parte superior y se mantenía
vacía la harina y se barrían los derrames.
La bolsa estaba doblada y guardada en un saco
. Ese saco de harina duradero y práctico.
El saco se puede llenar con plumas y plumón,
a modo de almohada, o se puede hacer una bonita bata de dormir.
podría llevar un libro y ser una mochila escolar,
o convertirse en una bolsa de correo colgada de un rocín.
Hizo un paquete muy conveniente,
ese saco de harina de algodón adaptable.
Blanqueado y cosido, se usaba diligentemente
como baberos, pañales o pañuelos adornados.
Se convirtió en faldas, blusas y enaguas.
Y mamá tejía alfombras de cien tiras
hacía cortinas con volantes para la casa o choza,
¡de ese humilde pero preciado costal de harina!
Como colador de leche o jugo de manzana,
para saludar a los hombres, era un muy buen uso,
como cabestrillo para una muñeca torcida o rota,
para ayudar a la madre a enrollar un pastel de gelatina,
como persiana o para tapar una grieta. ¡
Usamos un saco de harina común y resistente!
Como paños de cocina, bordados o no,
cubrieron la masa, ayudaron a pasar sartenes tan calientes,
ataron platos para los vecinos necesitados
y para los hombres en el campo para sembrar.
¡Secaron los platos de la sartén, no de la rejilla de
ese saco de harina absorbente y práctico!
Pulimos y limpiamos la estufa y la mesa,
restregamos y fregamos desde el sótano hasta el alero,
sacamos el polvo de la cómoda y el poste de la cama de roble,
hicimos disfraces para Octubre (un fantasma aterrador)
y un paracaídas para un gato llamado Jack.
¡De ese humilde y útil saco de harina!
Así que ahora mis amigos, cuando les preguntan
como suelen hacer los jóvenes curiosos,
"antes de la envoltura de plástico, el pegamento Elmers
y las toallas de papel, ¿qué hacían?"
diles en voz alta y con orgullo que no falte,
“¡la abuela tenía ese saco de harina maravilloso!”
El saco de harina (1930) , por Colleen B. Hubert
Lo que en principio fue una solución de urgencia durante la Gran Depresión acabó alargándose hasta después de la Segunda Guerra Mundial, casi entrados los años 50. Durante la guerra, todo estaba destinado a proveer al ejército combatiente. Las fábricas textiles más importantes se dedicaban casi totalmente a la producción de uniformes y otras prendas militares. Por ello, las marcas de harinas tuvieron que sustituir a estas empresas para abastecer de telas a la población más humilde.Se estima que durante la Depresión, 3,5 millones de mujeres y niños vestían ropa y usaban artículos hechos con sacos de harina.
Finalizada la guerra y la crisis económica gracias a la recuperación propiciada por la reconstrucción europea durante la posguerra, la población estadounidense ya no necesitó solucionar los problemas de vestido recurriendo a los sacos. En la década de los 60, las fábricas de alimentos, en especial de harina, sustituyeron sus envases de algodón por los más económicos de papel, y una tradición que se había mantenido pese a la mejora de las condiciones de vida se acabó definitivamente.
Marilyn Monroe y el saco de patatas
En febrero de 1952 , Marilyn Monroe , la actriz acudió a los premios Henrietta, premios organizados por un grupo de periodistas que se había separado de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, que eran los que organizaban los Globos de Oro desde 1943. Los Henrietta, llamados así gracias al presidente de esta nueva asociación, Henry Gris, se otorgaron durante cuatro años, de 1950 a 1954, año en que las dos asociaciones volvieron a juntarse y continuaron con los Globos de Oro tal como los conocemos ahora.
Marilyn Monroe asistió a la ceremonia de 1952 para recoger el galardón de 'Mejor personalidad joven de la taquilla', acompañada por Charlie Chaplin Jr, el hijo del famoso cómico con quien mantuvo una breve relación y lo hizo con un llamativo vestido de terciopelo rojo con escote corazón y de corte sirena. Este atuendo desató las críticas de varios periodistas, una de ellas consideró que el vestido era demasiado escotado y ajustado, que la actriz parecía 'barata y vulgar' y que mejor hubiera estado con un saco de patatas. Fue entonces cuando los publicistas de la Twentieth Century Fox, estudio con el que Marilyn tenía contrato, decidieron realizar una sesión de fotos con la actriz vestida con un saco de patatas para demostrar que incluso así podía estar espectacular. Las fotografías se difundieron a través de varios periódicos estadounidenses.
Los retratos los hizo el reputado fotógrafo Earl Theisen, quien en su larga carrera profesional fotografiaría a importantes personalidades de la época como Ernst Hemingway, Walt Disney, Orson Welles o Elizabeth Taylor. El resultado son unas de las imágenes más insólitas de la actriz y una de las anécdotas más curiosas de los años dorados de Hollywood.
Fuentes: Yorokubu 31/03/2017 / https://littlethings.com /https://flashbak.comhttps://www.misprimeraspuntadas/ https://www.fotogramas.es
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