Además de ser uno de los primeros textos del siglo pasado en recrear para Occidente una África salvaje, es, por la significación del evidente colonialismo reproducido en la narración, de los primeros relatos de ficción en propagar el discurso hegemónico sobre el dominio del hombre blanco occidental sobre su género, otras razas y otras culturas. El discurso que plantea Burroughs , en un espacio y tiempo del más duro colonialismo dueño de toda África, es presentar el dominio del hombre occidental a través de la figura de Tarzán como arquetipo del hombre blanco, moderno y occidental (norteamericano) que es superior a otras razas pues dadas sus características excepcionales le es innato guiar al hombre común e inferior, que por ende no será ni moderno ni occidental.
Tarzán, un hombre de piel blanca, es el rey de los monos, su señor. En términos mitológicos, la historia de Burroughs recrea la función del semidios o héroe que guía a una comunidad primitiva. El énfasis primordial de la historia de Tarzan of the Apes puntualiza la tensión entre dos ámbitos predominantes: el hombre occidental -que representa al pensamiento moderno- y el hábitat animal y de las tribus indígenas en África, que son el pensamiento primitivo. Tarzán no posee poderes extraordinarios pero su desarrollo mental y físico es sorprendente para el caso de un hombre criado por monos. El poder supremo que tiene Tarzán sobre el humano común es su capacidad autodidacta, inherente a su estirpe, como literalmente lo describe Burroughs en su obra :
... Y así progresó muy lentamente en lo que era una tarea ardua y laboriosa a la que se había entregado sin saberlo -una tarea que podría parecer para usted o para mi imposible- aprender a leer sin tener el mínimo conocimiento de las letras o del lenguaje escrito, o la menor idea de que esas cosas existieran... Con la ayuda del gran diccionario y de la inteligencia activa de una mente saludable dotada por herencia con más que poderes de razonamiento ordinarios, astutamente adivinaba más de lo que no podía realmente entender.
El héroe de Burroughs a la edad de diecisiete años y por sí solo llega a leer, a escribir y más tarde a hablar un nítido idioma inglés, con una sintaxis y un léxico más complejos que el "Yo Tárzan, tú Yein" venido de las representaciones cinematográficas y series televisivas. A esa misma edad entiende perfectamente que es un hombre y no un mono y se reconoce infinitamente superior a su grupo:
Soy Tarzan, gritó. "Soy un gran asesino. Todos respeten a Tarzan de los Monos y a Kala, su madre. No habrá ninguno entre ustedes tan poderoso como Tarzan. Que sus enemigos lo sepan.
Además de los atributos intelectuales, el hombre-mono cumple con todos los atributos físicos quede los que debe disponer el buen héroe semidios grecorromano:
Su figura recta y perfecta, musculosa como debe haber sido aquélla del mejor de los antiguos gladiadores romanos, pero también con las suaves y sinuosas curvas de un dios griego, daba, al mirarlo, una maravillosa combinación de enorme fuerza con flexibilidad y velocidad.
Tarzán se sitúa en una época de la consolidación de los monopolios internacionales y el asentamiento de un vasto imperio dotado de "contactos" en casi todas partes del mundo, especialmente en las regiones atrasadas, repletas de materias primas y carentes de industrias., y es uno de esos "contactos" que actúan en el Tercer Mundo, o mejor dicho, representa o expresa una situación real y cumple el papel de justificación o anestesia ideológica destinada al consumo internacional. Tarzán ha acostumbrado a varias generaciones de niños (y los niños son los principales receptores de ideología) y a muchos adultos desinformados que los diversos problemas existentes en "el corazón de África" no pueden solucionarse sino mediante la intervención de un blanco todopoderoso e invencible. En realidad, según la historieta, Tarzán no tiene por qué ser más culto ni más inteligente que los innumerables nativos de las tribus africanas entre las cuales se mueve: Tarzán no es ningún graduado de Oxford o de Harvard que, despechado, se fue a la selva lejos del mundanal ruido; es un salvaje... pero es blanco.
El esquema de representación africana es siempre la misma: la liberación de una persona capturada por una tribu africana por parte del gran mono blanco, con escenas de expediciones de malvados exploradores acompañados de una procesión de sumisos y miedosos porteadores negros, y atacantes negros ignorantes, supersticiosos y crueles. Se le llama el "rey de la jungla": es a la vez maestro y salvador del continente . Es atlético y tiene una fuerza sobrehumana y sabe cómo hablar con los animales, qu le ayudan a imponer su ley . Protege a los africanos y da lecciones a los colonos y en cuanto a sus compañeros africanos, cuando los hay, siempre tienen el perfil del "buen salvaje", servicial, apoyando al héroe blanco que tiene la responsabilidad de restaurar el orden alterado.
Suponiendo que fuera cierto que las tribus africanas, al ver a un blanco, inmediatamente se postraran ante él y lo adoraran , es absurdo pensar que Tarzán tiene mayores capacidades para moverse dentro de la selva o para resistir el sol africano que las que tienen quienes llevan milenios de entrenamiento. Sin embargo, allí está Tarzán, saltando como un tigre o volando de árbol en árbol gracias a unas lianas que la santa naturaleza acordó colocarle en cada árbol en el sitio preciso; y allí están los pobres indígenas, miedosos sumisos y serviciales esperando que los salve de otros salvajes malos y crueles con siniestras pinturas condenados a moverse como espectros detrás de arbustos.
Y es que los nativos son salvajes e ignorantes, menos laboriosos, congénitamente perezosos, etc., etc., aunque pintorescos" y encantadoramente "naturales", lo cual requiere inevitablemente la intervención de un hombre blanco que se ocupe de sus intereses y los maneje, que explote sus riquezas y las distribuya a su manera.
Fue la adaptación de las aventuras de Tarzán quien popularizo el personaje de Tarzán . La primera película sonora fue Tarzán de los monos ( 1932), protagonizada por Jhonny Weismuyer a la que siguieron muchas otras cintas, ambientadas en una selva pseudoafricana bella y exótica creada en territorio norteamericano, y en un estado permanente de inseguridad, con muchas imágenes de archivo con fieras salvajes, y presentando a l indígenas de dos tipos principales: la sumisa e ignorante y la hostil . Otros personajes imprescindibles son exploradores ambiciosos y crueles perfectamente uniformados , en búsqueda de marfil y riquezas ocultas, y la delicada coprotagonista , que es tratada y se comporta como si se encontrara en un salón de te en pleno Londres, mientras a su alrededor acechan fieras, tribus hostiles y mueren indígenas buenos y malos.
VÍDEO: Tarzán de los monos -1932
A los negros sumisos , asustadizos, dóciles y fieles a golpe de látigo del capataz negro o del explotador , a los que a veces hay que dispararles a sangre fría para que obedezcan, acostumbran a ser porteadores baratos o gratuitos, cargados con enormes fardos y cajas, Con semejante peso encima , ante la indiferencia de los exploradores blancos solo preocupados por la carga perdida, se despeñan porteadores con gritos escalofriantes , cayendo al vacío desde lo más alto del muro infranqueable de ese Atlas llamado Monte Mutia, fortificación natural de piedra que aísla el reino de Tarzán del resto de la selva . Su vida apenas vale nada, hasta el punto de que los que no se despeñan , cuando son sorprendidos por alguna fiera o por alguna tribu hostil, son los primeros en morir.
Los negros hostiles son salvajes feroces, capaces de inmolar a un hombre, más por sadismo que por defensa territorial.. Pintados y armados , sus apariciones suelen ser de improviso. Las más famosas son las tribus caníbales, dotados de nombres sonoros, los gaboni, los kolimba, los umboya, los kikuyus, los waziri, variopinto grupo de aulladores pintarrejeados de blanco, cual esqueletos de cuento mexicano, que compone una danza macabra y corren en modo acelerado. Los gabonis son quiza la tribu más atractiva de cuantas hayan pasado por una película de Tarzán, llegando a ser poéticos hasta lo macabro. Son unos caníbales muy misteriosos que tocan la flauta de manera melancólica escondidos en la selva mientras acechan a su futura comida. No obstante su ferocidad, a Tarzán le basta enseñar su cuchillo, una hoja de 30 centímetros , para que las docenas de melancólicos gabonis vuelvan a esconderse en la selva, marcha atrás, a cámara lenta , en una secuencia de tinte surrealista.
Finalmente y en todas las películas, Tarzán el "civilizador, desarrolla una labor educativa entre las diversas tribus nativas , manteniendo a raya a las tribus hostiles y convenciendo a las tribus amigas de que mejor es que se queden como están, pues la vida "natural" es buena: ya se ocupará él , el hombre blanco "rey de la selva" ,de resolverles los problemas que se les presenten a cusa de su ignorancia. Tarzán es una especie de agente colonial destacado en un extremo límite del subdesarrollo, cuya misión es la de mantener en lo posible la situación de atraso allí existente, que es condición sine qua non para que esas regiones sigan cumpliendo el papel de "reservas naturales" utilizables por el gran poder imperialista.
Fuentes: Sí , bwana -Xavier Ripoll Soria-Alianza Editorial -Teoría y práctica de la ideología-Ludovico Silva - Editorial Nuestro Tiempo./ Tarzán-Héroe del celuide y papel-Eduardo Galán Blanco- T&B Editores.
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