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13 de enero de 2023

TRABAJO, EMPRESA E INCOMPETENTES ( Parte 1 de 2 )

 

LA EMPRESA Y EL TRABAJO  NUESTRO DE CADA DÍA 

LA ESTRUCTURA ORGANIZATIVA PIRAMIDAL

Aunque existen otros tipos de estructuras organizativas jerárquicas, la piramidal sigue siendo la más extendida en empresas públicas y privadas por su fácil aplicación, desarrollándose en forma piramidal, en la que el puesto jerárquico mayor, siempre se encuentra en la cúspide, seguido de los funcionarios o ejecutivos (vicepresidentes, gerentes), y continuado por los diversos niveles que existan en la organización, hasta llegar al nivel inferior ocupado por los empleados o funcionarios de más bajo nivel jerárquico.
El triángulo tóxico
Las prácticas tóxicas en una organización son aquellos comportamientos destructivos, perjudiciales y nocivos no solo para la salud física y psicológica de las personas sino tambien para la salud de la propia organización
Esas prácticas constituyen el llamado triángulo tóxico , y son las siguientes:
Las malas jefaturas. Cuando suponen dominio, coacción y manipulación más que influencia, persuasión y compromiso y que tiene implicaciones negativas en los resultados de la organización 
Los propios trabajadores. En algunas ocasiones , en forma activa o pasiva por instinto de supervivencia y por miedo a represalias ,no cuestionan las decisiones de sus jefes , actuando en otras como seguidores incondicionales de las malas jefaturas esperando a cambio una futura recompensa, en forma de gratificación o de ascenso en la jerarquía.
  El mal ambiente laboral . Fomentado en muchos casos por la propia organización.

LAS MALAS JEFATURAS

Los malos y habitualmente jefes tóxicos son aquellos que crean un mal ambiente laboral y afectan negativamente a los empleados e indirectamente al cumplimiento eficaz de los objetivos de la organización. Entre ellos se encuentran básicamente:
  • El acosador o intimidador : caracterizado por humillar a sus subordinados y dar órdenes abusando de su poder
  • El microdetallista : incapaz de delegar porque piensa que nadie está a la altura.
  • El adicto al trabajo: piensa que los turnos laborales son de 24 horas.Fuera del horario laboral puede llamarte por teléfono cualquier día y a cualquier hora.
  • El todo-números:que solo da valor a los resultados económicos.
  • El favoritista: que no es justo ni imparcial.
  • El jefe tóxico: es uno de los peores. Como las decisiones se toman de arriba abajo, el líder no tiene en cuenta las iniciativas de los demás, que sienten que no son respetados y evaporándose su sentido de la responsabilidad y del compromiso, y, a causa de ello Dejan de actuar por iniciativa propia y dejan de sentir pertenencia a la empresa.
Es rígido,inflexible y coercitivo. Opta por dar muchas órdenes directas sin ofrecer a sus subordinados la oportunidad de expresar sus ideas y opiniones. Los éxitos son sus éxitos y no del equipo de trabajo .No sólo no opta por el sistema de recompensas, sino que, además, se centra en criticar y castigar los fallos generados por las desobediencias. Sus actuaciones ocasionan desmotivación en los empleados a su cargo y nunca reconoce que gracias a su trabajo se están alcanzando los objetivos empresariales

Asimismo impone ritmos de trabajo frenéticos y exige cumplimientos inmediatos sin prestar atención al bienestar y la motivación de sus empleados. No entiende de flexibilidad y su valor estrella, que debe permanecer siempre por encima de los demás, es la disciplina y el castigo. Y es que fija una dirección clara y prohíbe terminantemente cualquier desvío. Al tomar las decisiones de manera unilateral y sin posibilidad de negociación, frena las posibilidades de que surjan nuevas ideas por parte de terceros y, por lo tanto, la creatividad y las iniciativas de las personas que tiene a su cargo.

Ese estilo de dirección conlleva una gran cantidad de implicaciones negativas, ya que por su naturaleza autoritaria, acaba generando un clima negativo en la organización, desmotivando y alienando a sus trabajadores y perdiendo su sentido de la responsabilidad y compromiso con la empresa.
Algunas tipologías de malas jefaturas

En muchas ocasiones algunas jefaturas se comportan como tóxicas , y entre ellas se encuentran : Jefazos, jefes,cagamandurrias, monicacos y jefecillos.

  • Jefazo: jefe situados en lo más alto de la organización encargados de la gestión y administración de la organización.
  • Jefe : es una persona que según su jerarquía tiene autoridad o poder sobre un grupo para dirigir su trabajo o sus actividades para conseguir un objetivo

Autoridad y liderazgo 

Autoridad: aptitud para hacerse obedecer o para influir sobre otras personas. Crédito de la persona cuya opinión sobre cierta materia o actividad es respetada y tenida en cuenta debido a su alto grado de conocimiento sobre las mismas.

Líder. Desde una acepción sociológica, se trata de una persona . que ejerce su autoridad sobre los miembros de un grupo basándose en la confianza que le otorgan.

No hay que confundir jefatura con liderazgo, por tratarse de dos conceptos diferentes. Una jefatura pude basarse exclusivamente en el principio de autoridad establecida en su puesto jerárquico, mientras mientras que el liderazgo es el ejercicio de la autoridad basado en la confianza . El idea es aquel jefe con autoridad y liderazgo que logra hacerse obedecer o influir , y cuya opinión es tenida en cuenta y respetada por su alto grado de conocimiento y la confianza depositada en él , por sus empleados.
  • Cagamandurrias :es un cobardica, temeroso de que su actuación torpe e ineficaz provoque desgracias mayores, sin personalidad y con poco carácter. Al cagamandurriase le distingue porque nunca se rodea de personas mejores que ellos, que sienten miedo a que alguien perciba su incompetencia y remueva su sillón;acostumbra a no tomar decisiones; amenaza a cualquiera que se atreva a cuestionarle; siempre resalta lo que se hace mal, justificando así su necesidad de control, evita cambiar nada para no cometer errores, paralizando, el desarrollo de empresa e iniciativas de aquellos que se encuentran a su cargo.
  • Monicaco: el monicaco se muestra temeroso, es inseguro, no tiene carácter para hacer lo que hay que hacer, es incapaz de transmitir hacia arriba por miedo a que le pregunten más, indaguen y no sepa qué decir. Son “cretinos esféricos”, que, los mires por dónde los mires, son inútiles que garantizan la pérdida total de entusiasmo, estresan al equipo, promueven bajas por acoso moral y ¡por supuesto taponan y frustran el potencial de su equipo. Habitualmente el monicaco necesita cubrir su incompetencia directiva manteniendo distancia con su equipo, increpándolo por cualquier minucia y rehuyendo los problemas. Acostumbra a ser desconsiderado y perder las formas siendo el factor número uno de desmotivación en la empresa, fomentando la aparición de empleados tóxicos.
  • Jefecillo: diminutivo peyorativo de jefe, que, tengan la categoría que tengan, gritan a la menor excusa y se creen siempre lo que no son. El jefecillo hace valer sus galones, es autoritario, dirige, verifica y controla, piensa que lo hace mejor que los demás , le importan los resultados por encima de todo y se promociona a sí mismo como líder del equipo.El jefecillo manda, inspira miedo, tiene empleados y no un equipo de trabajo, se preocupa por todo, siempre habla en primera persona , cada tarea es urgente para hoy o dice que "para ayer", y los éxitos son únicamente atribuibles a su capacidad organizativa. impone unas reglas internas y trata a su gente como subordinados, y no se cansa de agobiar al personal dando constantes instrucciones y órdenes.

Consecuencias derivadas de las malas malas jefaturas
  • Orientación hacia la opinión y la aceptación de los jefes (“que escuchen lo que quieren escuchar”).
  • Dar órdenes utilizando la escala jerárquica, sin pedir opiniones a los afectados (“Lo haces porque lo digo yo... y más te vale hacerlo”).
  • Jefaturas convertidas en meros gestores del cumplimiento de normas y procesos.("Que me digas cuánto te queda para cubrir la cuota de ventas de este mes ... lo demás no me importa...).
  • Promoción, y selección de puestos basados en el amiguísimo, y el peloteo. (“Voy a poner a fulanito en este puesto... es mi amigo.”).
  • Gestión del cambio basada en mantener a los mismos jefes, y bloquear las nuevas aportaciones de las distintas áreas de la organización (“Dejémoslo así, no vaya a ser que me muevan del sitio”).
LOS PROPIOS EMPLEADOS

Aunque también hay jefes y/o líderes competentes , es habitual que  a gran parte de los que ocupan jefaturas se les presente como ruínes, villanos, ególatras, incompetentes, desmotivadores, ...,olvidando que también existen malos empleados capaces de hacer que cualquier jefe, por muy entusiasta que sea, acabe tirando la toalla y abandonando, incapaz de hacer frente a la mala influencia de trabajadores que minan la moral de muchos jefes; auténticos técnicos del “escaqueo” que parece que están, pero no están, siempre ocupados haciendo nada, y desacreditadores profesionales de la empresa, del jefe y de cualquier iniciativa. Son incompetentes por vocación que no por capacitación, perturbadores, irrespetuosos, expertos manipuladores, boicoteadores y generadores de conflictos constates..

Entre dichos trabajadores ,que, de forma activa o pasiva, favorecen la toxicidad en la organización se encuentran: los malos empleados, los pasivos y los seguidores.

Lo malos empleados : Tipologías
  • El fantasma: es aquel que no añade ni quita nada al trabajo. Que si un día no está nada cambia, que deambula por ahí cobrando el sueldo sin que sepamos qué hace ni que valor agrega. El cerebro del ser humano es tan espectacular que algunos de estos fantasmas son inconscientes de su inutilidad y viven creyendo que dan valor. Hay que tratar de traerlos al mundo de los vivos y, si no lo logramos, asegurar su pase a mejor vida de forma honorable, especialmente en algunos casos en los que sí son conscientes de su ligereza etérea y son expertos en estar, pero no estar, en evadir responsabilidades o tareas. 
  • El lastre: es un empleado que causa aún más problemas que el fantasma, ya que hay quienes dependen de su trabajo, y como el lastre  no hace o hace mal el que les corresponde, son otros  los terminan haciendo lo que le toca al lastre para no resultar afectados . El lastre puede ser consciente de la sobrecarga que ocasiona al resto y querer resolverlo, en cuyo caso si el muestra síntomas reales de reconducir su forma de actuar hay que tratar de educarlo, entrenarlo y motivarlo o, en todo caso, encontrarle otra posición ,en forma proporcional a su remuneración, en donde  pueda desarrollar sus habilidades. Si a pesar de ello sigue siendo lastre para otros, la única solución es "invitarle" a abandonar la empresa ,ya que el desgaste moral que supone en sus  compañeros es doblemente peor que el del fantasma, pues no solo no hace su trabajo , sino que otros deben hacerlo en su lugar para cumplir las tareas asignadas.
Estos dos tipos de malos empleados fomentan la desmotivación del resto que dependen de ellos. Estos personajes usualmente sobreviven por su habilidad de disimular su esencia ante el jefe, a pesar de que todos los demás saben quiénes son. También pueden sobrevivir por tener alguna influencia personal con la gerencia, en cuyo caso el resultado es aún peor, pues la enseñanza es que no es el buen trabajo sino las influencias las que logran progresar en esta empresa.
  • El Tóxico: es un caso muy distinto de los otros dos ya mencionados, pero es, definitivamente, el que causa los mayores problemas en la organización. El tóxico puede incluso dar buenos resultados, en cuyo caso incrementa su poder de causar daño, ya que no hay excusa operativa para llamarle la atención o retirarlo. Su característica y mayor habilidad es envenenar la mente y corazones con chismes y con juegos de poder enfocados en afianzar su posición. El tóxico es siempre consciente, aunque lo niegue, de lo que está haciendo. Los empleados tóxicos son excelentes para mostrarse como los mejores colaboradores y los más preocupados del bien común cuando, en realidad solo están creando estrategias para avanzar sus planes personales. Entre ellos se encuentran las siguientes tipologías:El problemático: es aquella persona que, con lo que hace, genera más problemas de los que soluciona. Su forma de trabajar es incompetente, errática y poco fiable y, como en muchas ocasiones no sabe cómo hacer bien su trabajo o no le pone muchas ganas, realmente no consigue arreglar nada. Al depender mucho de los demás para poder solucionar sus propios errores hace que los demás pierdan la concentración en sus quehaceres, lo cual genera frustración generalizada.
  • El vago: evita trabajar absorbiendo el tiempo, el entusiasmo y la energía del resto de trabajadores. A pesar de que cuenta con todas las herramientas, conocimientos y estrategias necesarias para llevar a cabo su empleo no pone de su parte o, en caso de hacer lo que le corresponde, se pone a ello muy tarde en realidad acaba siendo un miembro bastante improductivo de la organización. Dice que lo hace a su ritmo y, en muchas ocasiones, le da igual lo apurado que esté su jefe y sus compañeros por su culpa.
  • El mártir : es justo lo opuesto al vago. Se trata de un personaje que insiste en hacerlo absolutamente todo, incluso aquello que no puede conseguir hacer. Es bastante trabajador, pero no en el sentido positivo de la expresión, sino que quiere que todos se enteren de lo mucho que se sacrifica haciendo cosas que no le tocan. El problema es que al trabajar más de lo que puede y le toca corre el riesgo de hacer las cosas mal, además de que deja sin trabajo a aquellos que sí saben hacerlo, haciendo que haya un mal resultado final y encima desequilibrando al resto del equipo.
  • El extrovertido : en todo trabajo podemos encontrar a personas con cierto grado de humor, que nos alegran el día con sus chistes y bromas. Eso está bien, pero llevado al punto tóxico tenemos la figura del social. Se trata de una persona extravertida que entretiene y distrae a los demás, más de lo que debería. Cotillea, cuenta chistes a todas horas y habla demasiado, perturbando el ritmo de trabajo.
  • El perturbador:es aquella persona que, como su propio nombre indica, perturba el buen clima de la organización. Hay quienes prefieren llamarlo el trabajador psicópata, puesto que deja un rastro de destrucción y discordia allá por donde va. Crea un entorno laboral hostil, incómodo y tenso, afectando a la moral y, consecuentemente, a la efectividad de todos los trabajadores. Si alguien no le cae bien, lo acosa, sabotea sus proyectos y manipula a otros para que se le pongan en su contra, incluso a su propio jefe..
  • El renegado: en toda empresa hay alguien que, tras decirle cómo se hacen las cosas, formarlo y asesorarle para que no cometa ciertos errores, hace caso omiso y va a la suya.Tiene sus propias reglas, su propio método, aunque eso suponga poner en riesgo los ingresos de la compañía. Improvisa y toma decisiones que están fuera de sus competencias. No toma en serio la relación del cliente, cree saber más que los demás y hace las cosas según su método, sin pensar en si eso podría perjudicar a sus compañeros. La palabra protocolo no le dice nada.
  • El trepador : no tiene límites con tal de conseguir sus propósitos, su ambición desmedida no le hace medir sus acciones: hablar mal de compañeros, dejar en evidencia a los jefes, atribuirse trabajos que no le corresponden o boicotear a aspirantes. Los ambientes de trabajo que fomentan la competitividad son buenos, pero se necesita de un control para no caer en favoritismos.
  • El falso líder: es de los perfiles de trabajador que peores cosas puede aportar a la organización. Son personas que se convierten en trabajadores muy tóxicos porque es seguro que van a arrastrar a otros empleados de la empresa. También son aquellas personas que son incapaces de ver los méritos de los demás, atribuyéndose lo que hayan hecho sus subordinados y viéndolos como meros medios para conseguir sus propósitos. Son incapaces de delegar porque, de hacerlo, sienten que pierden el poder,
  • Los pasivos :son problamente los mas comunes dentro de una organización y en gran parte son buenos trabajadores que no desarrollan su auténtico potencial por falta de alicientes.. Desmotivados e hastiados  de las falsas promesas de la dirección y en un mal  ambiente laboral ,  no manfiestan ni su adhesión ni su desconformidad con las prácticas nocivas de la organización por un justificado instinto de supervivencia ante el miedo a las represalias que podrían sufrir, entre ellas el despido ,que representaría no disponer del  salario que necesitan para subsistir En los últimos años y motivados por la crisis, los empleados se han convertido en una mayoría silenciosa con un mayor grado de tolerancia y  la sumisión por miedo a perder el puesto de trabajo. 
  • Los seguidores:Consideran más beneficioso adaptarse a la mentalidad del mal jefe tóxico, puesto que yendo de la mano de éste podrán promocionarse o escalar peldaños en la jerarquía organizativa de la compañía.
Como algunos tóxicos suelen ser sutiles, excelentes políticos y hasta “buenos” trabajadores, es por lo que estos seres se mantienen mucho tiempo en la organización sin ser retirados o, peor aún, logran ser ascendidos, lo que les da tiempo y poder para corromper los conceptos de trabajo en equipo, ética, política y cultura de la empresa. El mal que causan no es tan obvio y externo como lo es el del fantasma o el lastre, así que cuando sus efectos nocivos son detectados, ya es demasiado tarde para una parte de la organización.

Continuará...

Fuentes : Prácticas organizativas tóxicas-Rita Mª Ramos Blanco -Universidad de Oviedo-Facultad de Economía y Empresa /Jefes irritantes y empleados tóxicos / https://pedrovalladolid.com /El principio de Peter- Laurence J. Peter-Ediciones Debolsillo /El principio de Dilbert -Scott Adams-Editorial Planeta.

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