Mostrando las entradas para la consulta cóctel de gambas ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta cóctel de gambas ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

6 de enero de 2018

COCINA VIEJUNA: EL CÓCTEL DE GAMBAS


La comida viejuna

Comida viejuna es toda aquella gastronomía que conoció días de gloria de los sesenta a los ochenta, pero ahora se ve como anticuada, cursi, recargada y pasada de moda. Es la cocina de las gelatinas, los pasteles de pescado, las tartas al whisky, los cócteles de gambas y los platos decorados con formas geométricas. 

El cóctel de gambas

Como en casi todo, los españoles también llegamos tarde al cóctel de gambas, el plato viejuno estrella de la navidad , mezcla de marisco y salsa rosa con vegetales juntos  en una copa. Fue lo más en los casinos regentados por mafiosos de Las Vegas en los 50 y en Gran Betaña arrasó en los 60 de la mano de Fanny Cradock.

Siguiendo nuestra tradición patria de adoptar con fervor tendencias extranjeras que ya han pasado de moda, en España un sucedáneo de cóctel de gambas,  que nada tenía que ver con el sofisticado y brillante original , vivió su momento de gloria en los 70 y sobre todo en los 80. Era una receta que lo mismo se comía en el Ritz que en las bodas de hija del boticario en Matalascañas, y que pasada su gloria acabó en el olvido.

 
El cóctel de gambas hispano lo tenía todo: exotismo y sofisticación. Su extraña mezcla de sabores y colores era pura vanguardia si lo comparamos con los garbanzos con chorizo. Tenía  lechugas de dos colores, los más atrevidos incluso incluían piña en almíbar, aguacate, tomates cherry o palmito, y gambas aferrándose al borde de la copa, cuantas más mejor, para que se viera bien que el anfitrión tenía posibles . Todo ello se remataba con "salsa rosa" hecha a base de mezclar mayonesa y ketchup." El lujo se notaba si se incluía un lecho de hielo picado en el fondo, que aguachinaba la mezcla dándole un punto especial. 


Lo gracioso es que ya en los tiempos viejunos había gente que no gustaba del dichoso cóctel. Así, En un especial gastronómico de ABC en 1978, extremadamente rancio y preconstitucional, ya escribe un señor rasgándose las vestiduras que “esperemos que resurja definitivamente una buena cocina regional, apartando esa llamada cocina internacional encabezada por el dichoso cóctel de gambas, del que es imposible librarse”.

Víctor de la Serna, en su libro "Parada y fonda" (1987) también se quejaba del reinado del cóctel de gambas: [...] y no habrá el menor inconveniente en conseguir un «cóctel de gambas», ese detestable invento norteamericano que ha invadido hasta los más modestos figones de Celtiberia.
Repelente Cóctel de gambas o araña radioactiva intentando escapar del vaso 
Entrevista  a un cóctel de gambas en un aparthotel de dos estrellas de Torrevieja.
¿Cómo es que ha acabado aquí?
Pues ya ve. La vida de un plato pasado de moda no es fácil, te tienes que adaptar a lo que venga. Menos mal que en España quedan bastantes sitios como éste, ajenos a las modas que vienen y van, donde saben valorar lo que es bueno.
¿Lo siguen haciendo como siempre?
Sí, claro. Sigo llevando mis trocitos de aguacate, mi marisquito y mi buen chorrazo de salsa rosa. Y en la base, lechuga iceberg de la buena.
Dios mío, lechuga iceberg...
¿Tiene algo contra ella? Es la más crujiente y la que más aguanta la humedad de los demás ingredientes. Con ella me pueden tener preparado horas antes de servirme, o incluso días. Por cierto, aquí me ponen también maíz y piña en almíbar, que el amarillo da mucho glamour.
¿Y no le parece indigno seguir llevando salsa rosa?
Pero bueno, ¿qué le pasa a la salsa rosa? Fue una combinación superinnovadora de mayonesa, ketchup y tabasco. ¡Lo más de lo más! Algunos atrevidos incluso le ponían un poquito de brandy o de cognac, en plan sofis total. Además, la salsa no se llama rosa, sino 'Marie Rose'.
¿Ah sí?
Así es como la bautizaron sus inventores, esos grandes gourmets que son los británicos. Supongo que en España la dejaron en rosa porque lo de salsa Rosa Mari no quedaba muy fino. También he de decir que en los sitios finos, pero finos finos, me hacían con salsa golf, que es como más chic por el nombre y porque en vez de ketchup lleva tomate.
Superinteresante. En fin, volvamos a los inicios. ¿De dónde salió usted?
Bueeeno... en Estados Unidos hay indicios de mi existencia ya en el siglo XIX, pero donde di el golpe fue en Las Vegas a fines de los cincuenta. Dicen que me allí me popularizó el Hotel Nevada, que me servía por medio dólar, fíjese. En los sesenta me extendí por todo el país, y el pelotazo mundial lo di en los setenta, cuando no había recepción, soirée o cena elegante en la que yo no estuviera presente. Aquí llegué un poco tardío, yo diría que en la época de la movida y el lujo sociata, aunque supongo que los más enterados ya me tomarían antes.
¿A quién se le ocurrió lo de poner las gambas en el borde de la copa como si se estuvieran suicidando?
A ver, yo era un cóctel. Y en los cócteles se ponen cosas en el borde de la copa para adornar. Además así podías coger las gambas y mojarlas en la salsa rosa.
Qué elegante. ¿Y se puede saber por qué le ponían hielo debajo?
De verdad, es usted un ignorante. ¡Para que estuviera bien frío! Vamos a ver, ¿no se le pone hielo al caviar o a las ostras? Pues a mí igual, que yo también soy un plato de lujo.
Unas gambas congeladas con mayonesa de bote y ketchup no es lo que yo entiendo como un plato de lujo.
Disculpe, pero está usted hablando de las versiones chungas que hacían algunos desaprensivos, ésas con un mogollón de gambas escuchimizadas y mal descongeladas que casi parecían plancton. En mis mejores momentos siempre he estado hecho de marisco bien fresco y salsa casera.
Si usted lo dice... Para acabar, ¿cómo ve usted su futuro?
Estoy bastante animado. Los fans de lo retro suspiran por mí en los Estados Unidos, y en el Reino Unido hay chefs que me están reivindicando, como Jamie Oliver o Gordon Ramsay. Mire, usted que es tan moderno y tan así se podía marcar un tanto diciendo que soy enrollado otra vez.
Pues no es mala idea. Cualquier día de estos le reinvento y publico su receta en el blog.
Le estaría muy agradecido. Si lo hace, mándeme el recorte por correo.

Fuentes: http://www.biscayenne.com / http://elcomidista.elpais.com

10 de noviembre de 2018

COCINA VIEJUNA: EL PIJAMA


En España la cocina viejuna fue aquella que dominó el panorama culinario entre los años 60 y 90 y que solía hacer su aparición en banquetes, cenas navideñas y rancios cócteles de empresa. Su objetivo fundamental era el de sorprendernos con sus juegos visuales a base de gelatina, mayonesa, limones con forma de cestita y otras elaboradas creaciones que, paradójicamente, daban a la comida un aspecto de lo menos apetitoso. Normalmente ese tipo de recetas comenzaron como el no va más de la elegancia , pero acabaron masificándose y elaborándose de forma cada vez más alejada de la receta original. 

Una vez popularizados y versionados de mil horribles maneras o con sospechosos ingredientes , aquellos platos anteriormente sofisticados acabaron perdieron su atractivo. Podría decirse que en sí misma y bien elaborada no era mala, pero sí horriblemente fea para nuestros cánones estéticos actuales.

De los buenos platos iniciales más representativos del estilo viejuno pueden destacarse , por ejemplo, el cóctel de gambas , la tarta al whisky ,las cosas rellenas: tomates, huevos, piña, ternera, o bien un menú compuesto de  melón con jamón de primero, solomillo Wellington de segundo y pijama como postre.

Hoy nos ocuparemos de la historia de ese excesivo superpostre llamado pijama en nuestro país.

August Escoffier 
La Sra. Nellie Melba, una gran cantante de nacionalidad australiana, cantó en Covent Garden en Londres con Jean de Reszke en 1894. Vivía en el Hotel Savoy cerca de Covent Garden, cuando yo dirigía las cocinas de este importante establecimiento. Una tarde Madame Melba me ofreció dos asientos de orquesta. para la opera Lohengrin en la que actuaba, y en la cual aparece un cisne.
A la noche siguiente la señora Melba ofreció una pequeña cena a algunos íntimos entre cuyos invitados estaba Monseñor, el Duc d'Orleans y para demostrarle mi agradecimiento por los asientos que ella me había ofrecido gentilmente, le hice un postre exclusivo para ella.
Utilicé un magnífico cisne tallado en un bloque de hielo y puse entre las dos alas una copa de plata. Cubrí el fondo de la copa con helado con vainilla y sobre este fino lecho de helado , coloqué melocotones con carne blanca que poché durante unos minutos en un jarabe de vainilla y los enfrié. Un puré de frambuesas frescas cubría completamente los melocotones, con un ligero velo de azúcar hilado sobre ellos.
Pero fue solo en 1899 en la apertura del Carlton en Londres cuando el Pêche Melba conquistó su popularidad. En el servicio regular, el "Melba Peach" es un postre más fácil de preparar: solo cubra el fondo de una taza de cristal de helado de vainilla; coloque sobre encima los melocotones de pulpa blanca y tierna, madura, limpia de sus pieles, cocidos por unos minutos en un jarabe ligero perfumado con vainilla y luego enmascare los melocotones con un puré de frambuesas frescas y dulces. Opcionalmente, podemos arrojar sobre los melocotones, un ligero velo de azúcar hilado.
Carta de Auguste Escoffier
 Nellie Melba

En 1894 la diva australiana cantante de ópera Nellie Melba, nombre artístico de Helen Porter Michel (1861-1931), tenía un affaire con Louis-Philippe, Duque de Orleans, que estaba hospedado en el Savoy de Londres, cuyas cocinas dirigía Auguste Escoffier. El Duque encargó al genial cocinero un banquete para homenajear el reparto que representaba la ópera Lohengrin de Richard Wagner en el Covent Garden y le dio total libertad al maestro para componer el menú. 


Aquella noche, Escoffier confió el restaurante a su segundo de cocina y se fue a la Ópera para disfrutar de la voz de su ídolo, Madame Melba. Durante la velada, la aparición del cisne que sirve el caballero del Grial inspiró al chef: esculpir un cisne de hielo. Las alas transparentes de la escultura helada abrazarían un cuenco de cristal lleno de melocotones cocidos en un ligero almíbar, helado de vainilla , un poco de Chantilly y puré de fresas. 

La cena fue un éxito y la espectacular puesta en escena de los postres, con figura de hielo incluida, suscitó la efusiva felicitación de la concurrencia y de la propia diva. Pero Escoffier no estaba del todo satisfecho, encontraba la salsa de fresas demasiado ácida para el conjunto. Sería posteriormente, en un segundo encuentro en el Hotel Ritz de París cuando la diva, recordándole a Escoffier el postre servido aquel día, le pidió que se lo volviese a preparar. Para volver a sorprender a la dama sustituyó la salsa de fresas , que le parecía demasiado ácida, por un un culis de frambuesas frescas. El postre gustó tanto, que le puso el nombre de ella : Pêche Melba ( Melocotón Melba).


Y del “ Pêche Melba" se pasó al “pijama” cuando en la Barcelona de los años 50  desembarcó la Sexta Flota de los Estados Unidos  , la unidad de la marina americana que opera en el Mediterráneo y los marineros estadounidenses atracaban habitualmente en el puerto barcelonés y gastaban generosamente sus dólares en las Ramblas, el Barrio Chino y los diversos bares y restaurantes de la zona. Cerca de allí estaba -y aún sigue- el histórico restaurante 7 Portes, abierto en 1836 y decano de la gastronomía barcelonesa. Los oficiales americanos que entraban a comer pedían a veces de postre Pêche Melba (“Melocotón Melba”), que había pasado  rápidamente al recetario internacional y era demandado en muchos países. 

El restaurante 7 Portes que no disponía en su carta del solicitado Pêach Melba, en respuesta a la demanda extranjera creó el Pijama como una versión local del citado postre. Era un plato que culminaba las aspiraciones gastronómicas de aquella época, combinando los ingredientes a disposición, y al incluir nata, flan, melocotón y otras frutas en almíbar y bolas de helado tenía -como la receta original- componentes fríos y del tiempo”. Al parecer Peach Melba pronunciado en inglés guardaba cierta similitud fonética con la palabra “pijama”, y así se bautizó. 

El “pijama” se convirtió en un superpostre compuesto de flan coronado con nata montada, piña y melocotón en almíbar y bolas de helado, que se extendió rápidamente por restaurantes primero barceloneses, después de la costa catalana y luego por todo el litoral mediterráneo y el interior de España, convirtiéndose también en el ambiente doméstico en el remate final de una copiosa comida en fiestas señaladas. A veces también podía incluir como detalle exótico sombrillitas de cóctel y una bengala para rematar.

El pijama de otros tiempos
El pijama con receta clásica del 7 Portes

El pijama fue postre estrella en España  los años 60 hasta los 90, que podía estar sublime o vomitivo dependiendo de los productos utilizados por el hostelero. Desgraciadamente eran legión los pijamas compuestos de flan industrial, nata en spray y horrendo helado de corte, de ése en el que los tres colores sabían igual. Seguramente por esa falta de respeto y de amor por las cosas bien hechas el pijama cayó en desgracia y se pasó de moda, aunque sigue sobreviviendo gracias a versiones menos recargadas y hechas con productos de calidad, como la que sigue sirviendo el 7 Portes, con flan casero, melocotón , helado de fresa, vainilla, nata montada y ciruelas y cerezas confitadas. 

Caricatura de Ferrán Adriá / Dibujo de Ferrán Adriá para la Deconstrucción del Melocotón Melba

El último plato creado por el el Bulli restaurante, fue la adaptación del Melocotón Melba , en la participaron los 45 cocineros que trabajaban en la cocina como stagiers. Tras estudiar todas las propuestas, el equipo de el Bulli y Ferran Adriá decidió que la receta del melocotón Melba se presentaría como una deconstrucción secuencial del postre original de Escoffier, compuesto por melocotón, helado de vainilla y frambuesa.


La deconstrucción consiste en disgregar los elementos de un plato y someterlos a modificaciones de textura y temperatura, mientras que la secuencia permite disfrutar de diferentes platos a partir del mismo producto o receta, que se presenta en varias elaboraciones.

Componentes de la Deconstrucción del  Melocotón Melba ( 2011) -Ferrán Adriá
Cucurucho de caramelo de frambuesa, shots de melocotón, aceite de almendra amarga, crema inglesa montada.
Infusión de hojas de melocotonero, con frambuesa Lyo, vaina de vainilla y en la taza donde se sirve la infusión, se pone pulpa de vainilla.
Huesos melocotón miméticos, liofilizado de espuma de almendra y aceite de almendra amarga.

Huesos de  melocotón mimético de puré de melocotón congelado (tipo sorbete) y otro de leche almendra tostada.

Moshi de vainilla con kirsh, esférico ovalado con polvo de frambuesa Lyo por encima en línea.
Ffondue crema inglesa montada y para mojar melocotón Cru en almíbar de vainilla, chip de vainilla, melocotón Lyo , frambuesa fresca , frambuesa liofilizada.
Todo servido sobre una bandeja de hielo.
La secuencia del melocotón Melba estuvo formada por cuatro platos: huesos (falsos huesos miméticos de melocotón y moshi moshi de vainilla), infusión (una infusión de hojas de melocotonero con frambuesa liofilizada, vainas y pulpa de vainilla), cornetto (cucurucho de frambuesa, shots de melocotón, aceite de almendra amarga y crema montada de vainilla) y fondue (melocotón fresco, cru y lyo, chip de vainilla y frambuesa fresca y lyo para untar en una crema de vainilla con frambuesa). 

En la elaboración de esa última cena para 50 invitados, amigos y familiares de elBulli, acompañaron a la plantilla de esta temporada del restaurante todos los jefes de cocina que pasaron por elBulli y alguno de los mejores cocineros del mundo, como René Redzepi (Noma), Grand Achat (Alinea), Massimo Bottura (Osteria Francescana), Joan Roca (El Celler de Can Roca), Andoni Luis Aduriz (Mugaritz), y José Andrés (Think Food Group), que en su día fueron stagiaires en elBulli.